Por Oswaldo Carpio
Uno de los factores más destacados de la cultura andina es el religioso que da cuenta de la cosmovisión andina. Las investigaciones demuestran que en la cosmovisión andina se creía en la existencia de dioses de carácter local, regional y pan regional que acompañaron a los antiguos hombres andinos durante milenios. Estas creencias no se han extinguido Testigos de ese mundo antiguo son las Huacas y los extraordinarios Templos Ceremoniales que se encuentran en la costa peruana, en la sierra y en la selva alta. La música, la danza, la orfebrería, la platería, las confecciones y textiles expresan una sofisticada elaboración. Elaborados con colores y tintes naturales que se han preservado por siglos, son importantes hoy en un mundo post moderno en el que importantes grupos humanos buscan reencontrarse con sus orígenes en un nuevo equilibro con el medio ambiente.
En el Perú actual se tienen que superar las tendencias regresivas de la sociedad de castas y estamental fundada por España a lo largo del virreinato. Los antiguos peruanos durante ese período fueron extranjeros en su propia tierra. Explotados, oprimidos, expulsados y excluidos han sobrevivido casi quinientos años. El sistema cultural e ideológico del virreinato aún subsiste y es dominante vastos espacios con graves consecuencias políticas y sociales.
El Perú es heredero de prácticamente cinco siglos de exclusión, marginación, injusticia y racismo. Aún predomina en el país la mentalidad rentista ajena a una ética del trabajo. El mercantilismo por que grupos empresariales se asociación con el Estado, ganan concursos, cuentan con leyes propias y excepciones tributarias. La intolerancia ajena a la democracia, la libertad y la modernidad. El incumplimiento a las leyes, expresado en la frase,”la ley se acata pero no se cumple” con la que tomaban juramento las autoridades virreinales. Esta herencia cultural materializada en el gamonalismo, la servidumbre, la manipulación, la mentira se expresa, claramente, en la cultura criolla y sus diversas manifestaciones: el autoritarismo, la demagogia, la corrupción, la manipulación, la exclusión y la tentación permanente de hacer renacer el virreinato, de “blanquear indios y zambos”, desconociendo la presencia viva de los diversos pueblos andinos y valores como el trabajo, la asociación para el trabajo y la búsqueda del progreso. La migración interna ha dado lugar a la formación de ciudades pobres e insalubres, en la que predomina el desempleo y diversas formas de violencia. En estas ciudades se abren paso diversas expresiones culturales en las que predomina lo andino, algunas de ellas distorsionadas. Asimismo, más de dos millones de mujeres y hombres peruanos se encuentran en diversos países de Europa, Norte América y América del Sur, así como en Asia y Oceanía.
El Perú actual se encuentra en un largo tránsito hacia una modernidad que no culmina. Los grupos predominantes incorporan y rechazan -simultáneamente- a los diversos pueblos tanto desde el punto de vista étnico, cultural como económico y social. La sociedad de castas predominante en el Virreinato del Perú se fortaleció durante la república y subsiste hasta hoy. Sin embargo, en el mundo mayoritario, la tendencia hacia el mestizaje y la fusión cultural es inexorable. La discriminación étnica subsiste -sobre todo en la televisión y en la publicidad- pero el mundo andino va tomando todos los espacios.
El futuro del Perú es el de una república andina -y una comunidad andina de naciones- que se abre paso en el mundo globalizado, que produce y exporta bienes y servicios peculiares. Alcanzar un espacio en el mundo global y en el mercado mundial requiere de líderes que tomen conciencia de la extraordinaria fuerza cultural resultado de miles de años de evolución, que amen a estos pueblos y que entiendan la magnitud del reto. La afirmación de la identidad y el reencuentro con la historia es peruanizar el Perú. Pero eso no es nacionalismo ni xenofobia como mentes limitadas han querido entender. Los pueblos andinos integran, suman, unen. No rechazan.
El renacimiento de las mujeres y hombres del Perú será resultado del conocimiento de sí mismos, de la superior armonía interior –identidad, reencuentro con la historia- y de las otras dos armonías fundamentales: armonía con la naturaleza y con los otros seres humanos y pueblos del mundo.
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