domingo, 8 de noviembre de 2009

REFLEXIONES EN TORNO A LA INCLUSIÓN Y SUS IMPLICANCIAS EN LA BÚSQUEDA DE OPCIONES DE DESARROLLO SUSTENTABLE

Rodrigo Arce Rojas

Cuando alguien se refiere a la inclusión social está haciendo alusión a un concepto positivo que alude a que todas las personas deben tener los mismos derechos, las oportunidades y posibilidades para desarrollarse plenamente. Es un concepto que compartimos. No obstante, quisiera profundizar el análisis en tanto se plantea la necesidad de avanzar hacia un desarrollo inclusivo.

Tendríamos que empezar entendiendo los conceptos. Incluir alude a la idea de contener, circunscribir, considerar, tomar en cuenta. Por su parte la palabra inclusión hace referencia a introducción, inserción, implantación entre otros significados. En esencia el sentido de la inclusión es formar parte de un todo.
Ahora bien, si yo planteo ser incluido, estoy queriendo decir:
• Considérame
• Tenme presente
• Tenme en cuenta
• Hazme partícipe

O dicho de otra forma:
• No te olvides de mí
• Recuerda que existo

Ahora revisemos lo que sucede con la palabra exclusión que implica separación, eliminación, descarte, sustracción. Quiere decir entonces que las personas o grupos que son excluyentes están obrando bajo alguna de las siguientes premisas:
• Aquí estamos completos
• Somos los que somos y los que deberíamos estar

En otras palabras están diciendo a los excluidos:
• No existes
• No eres
• No estás

Quiere decir entonces que en el binomio inclusión-exclusión existen las siguientes ideas centrales:
• El mundo está dividido entre incluidos y los excluidos
• Hay un modelo, situación o condición ideal en el que sólo participan los incluidos
• Hay personas o grupos que desean ser incluidos en tal modelo, situación o condición ideal.

Inmediatamente la mente evoca una serie de palabras vinculadas a esta situación: egoísmo, segregación, discriminación, racismo, favoritismo. La pregunta inmediata es: ¿Por qué se da esta situación? Algunas de las respuestas que podríamos ensayar son:
• El temor a lo desconocido
• La seudo-especiación que realiza el hombre ante sus diferentes
• El confort de lo homogéneo
• Privilegio para el ejercicio de derechos

Una expresión que grafica muy bien esta situación es: “todos somos iguales, aunque unos más iguales que otros”. Tal situación nos lleva a reconocer que la “situación ideal” de privilegio tiene dos características: aquella situación que queremos que sea y aquella situación que realmente es. Una cosa es por ejemplo la democracia soñada y otra cosa es el ejercicio real de la democracia en nuestros países.

Pero no es sólo querer ser incluido pues se dan casos donde ya estás incluido aún cuando tú no seas consciente de ello. Una cosa es que tú tengas control sobre tu espacio vital y otra cosa es que ya estés incluido en el ámbito de dominio del otro. Se produce entonces un proceso de enajenación en el que ya no eres dueño ni siquiera de tus decisiones aunque creas tenerlo. Se trata entonces un proceso marcado por las diferencias de poder. Hay otros que toman decisiones que te afectan o toman decisiones por ti aunque no lo sepas o no lo desees. Bajo tal contexto debes revisar tu ejercicio de autodeterminación.

También se pueden dar casos donde estás excluido aunque pienses o sientas que estás incluido. En algunos casos te toleran pero no necesariamente te respetan. No te reconocen como sujeto político. Te ven pero no te miran, te oyen pero no te escuchan.

Así mismo se constatan otras situaciones: crisis política, crisis ecológica, crisis económica y crisis moral que obliga a repensar el modelo civilizatorio y movimiento bidireccional entre el mundo oficial y el mundo real. Por ejemplo pobladores urbanos que buscan la paz bucólica del mundo rural, indígenas que forman pueblos en las ciudades, citadinos que buscan experiencias sensoriales y espirituales de los pueblos indígenas, indígenas que abandonan sus prácticas de solidaridad y reciprocidad, pobladores que regresan al trueque como medio de interrelación económica en propuestas de economía solidaria, sólo por mencionar algunos casos.

Las preguntas que brotan enseguida son:
• ¿A qué me quiero incluir?
• ¿Quién incluye a quién?
• ¿Quién excluye a quién?

Significa entonces que el binomio inclusión-exclusión:
• Está definido por las relaciones de poder
• No necesariamente es un tema cuantitativo de mayorías o minorías
• Se producen inclusiones y exclusiones conscientes e inconscientes
• No existe una única direccionalidad, a veces los prejuicios se dan en ambos sentidos.
• No necesariamente la condición buscada es la mejor condición en términos de sustentabilidad
• La condición ideal no es un proceso acabado y está en permanente construcción, deconstrucción y reconstrucción.

Así como hay una escala entre la tolerancia y el respeto (como condición superior) habría también que re-significar la inclusión. Compartiendo su sentido original habría que incluir algunos aspectos tales como:
• De la aceptación de la Multiculturalidad a la pluriculturalidad y a la interculturalidad
• Del conocimiento y reconocimiento a la valoración del otro en cuanto a sujeto político pleno de derechos individuales y colectivos
• De la aceptación de la diversidad a la valoración de la sociodiversidad y demodiversidad como capital cultural para la búsqueda de propuesta de modelos de desarrollo contextuales.
• Del valor de la diferencia a la valoración genuina de las cosmovisiones y cosmosentires que de cuenta de las múltiples formas de expresión y manifestación de la humanidad en su conjunto como gran familia de nuestra morada común que es el planeta tierra.

La inclusión por tanto no es una concesión o un favor que hace un grupo al otro. Refiere fundamentalmente a un tema de equidad y de derechos humanos entendidos con enfoque de interculturalidad. No se trata por tanto de procesos de uniformización, integración o asimilación sino de administración consciente del valor de la diversidad, las diferencias y la importancia fundamental del respeto.

Estas ideas tienen aplicación en todo orden de la vida humana pues no se trata únicamente “cómo te incluyo” en mi paradigma sino precisamente cómo favorezco para que los diferentes paradigmas puedan conversar y encontrar puentes que contribuyan a propuestas de bienestar, buen vivir, la vida buena, modelo que no se agota en un enfoque antropocéntrico y hay la necesidad de una mirada y un sentimiento cosmocéntrico.

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