Teófilo Bellido
Contrariando el discurso triunfalista de Alan García respecto a la fuerza y crecimiento de la economía peruana, Michael Porter, considerado a nivel mundial un gurú en estrategia y competitividad de las economías globalizadas, ha sostenido que el Perú atraviesa tiempos económicamente peligrosos debido a que las fuerzas que explican el crecimiento de los últimos años no son sostenibles por ser cortoplacistas, no generan competitividad y carecen de rumbo definido. El espacio de su disertación fue el seminario internacional “Claves de una estrategia corporativa”, organizado recientemente por la Universidad del Pacífico e Interbank en la ciudad de Lima. Michael Porter de 61 años, es profesor y director del Instituto para la Estrategia y la Competitividad de la Universidad de Harvard, Estados Unidos de Norteamérica.
Ante un sorprendido auditorio colmado de adalides empresarios, altos ejecutivos de la empresa privada y las finanzas, y dándole lecciones al Ministro de Economía, Porter, señaló con meridiana claridad que “El Perú ha crecido mucho en los últimos años, pero ese crecimiento no se ha reflejado en la mayoría de la población”. Una clara reprobación a las políticas económicas implementadas por la trilogía Fujimori -Toledo y García, empecinados en aferrarse al fundamentalismo neoliberal, crecimiento favorable a un reducido grupo económico y financiero, en tanto se acrecienta la brecha de la desigualdad económica y social, en esencia generadora de los conflictos sociales. Una economía que no genera desarrollo igualitario por la inequidad redistributiva que la alimenta, primando la voracidad empresarial de enriquecimiento.
Mientras exista ese tipo de redistribución, los esfuerzos del gobierno y el coro que lo acompaña con la “teoría” que en algún momento el modelo económico va a “chorrear” para los trabajadores y la mayoría de la población, no tiene sustento alguno.
A la charlatanería de la fortaleza en las exportaciones, el profesor de la Harvard Business School , autor de 16 libros, sostuvo que “El Perú ha vivido una ilusión exportadora en los últimos años, porque esta variable se ha incrementado principalmente por el aumento de precios de las materias primas en el mercado internacional, mientras que las exportaciones de productos con valor agregado y de servicios casi se ha estancado”. Por lo tanto, se confirma que estamos frente a una economía frágil debido al patrón primario exportador que la sustenta, modelo que para nada nos conduce al desarrollo, salvo a un reducido grupo favorecido por los precios de los recursos explotados.
De igual modo aseveró que “…En términos de tecnología Perú no ha avanzado en este siglo y no apunta hacia ninguna parte, y mas bien retrocede”.
Al referirse a la inversión extranjera, a la que Alan García en su afán servil y violentando muchas veces la soberanía y los intereses nacionales, invoca sin límites y condiciones como la panacea para la solución del tema empleo y desarrollo del país, Porter señaló “…al Perú no vienen inversiones para crear nuevas empresas, sino para comprar negocios ya existentes. La inversión extranjera debería estar construyendo nuevas fábricas, creando nuevas tecnologías y experiencias, pero eso no está sucediendo, lo cual es un signo peligroso porque significa que los inversionistas extranjeros que quieran construir fábricas no están pensando en el Perú”.
La baja productividad, competitividad y un entorno desfavorable para los negocios, además de la pésima educación, mal sistema de salud, deficiente infraestructura física y el elevado nivel de corrupción atentan contra el desarrollo que se debe generar, según relató Michael Porter. Además, manifestó que el débil sistema legal, la estabilidad política, la falta de eficacia de los derechos de propiedad y la excesiva burocracia para el sector privado juegan en contra de Perú.
Una alocución que golpea en el rostro del inquilino de palacio y su séquito del Poder Ejecutivo, la derecha y la mafia corrupta que cogobierna el país. Un discurso al que la prensa sometida prefiere disimular o tratarla muy suavemente para no irritar las iras de sus amos.
No es pues que sólo la izquierda o una voz antisistema cuestione al modelo económico que se implementa en el Perú, cuyas consecuencias desfavorables recaen en los sectores más desposeídos y pueblos marginados del interior del país. Son los propios teóricos de la globalización, los capos del management internacional quienes apuntan contra un mal insostenible, sin futuro, al que sólo defienden quienes viven y engordan a su sombra.
No se trata únicamente de mejorar el modelo ni apuntalar el sistema, se trata de realizar profundos cambios económicos, sociales y políticos orientados a la transformación radical de nuestra sociedad. Ello exige persistir en la lucha frontal contra el modelo económico neoliberal, acumulando todas las fuerzas posibles para abrir el paso a un nuevo gobierno que concrete los cambios de fondo que el país demanda. La unidad más amplia de las fuerzas democráticas, nacionalistas y de izquierda, los trabajadores y sectores sociales emergentes que luchan por el cambio, está a la orden del día.
martes, 8 de diciembre de 2009
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