jueves, 14 de agosto de 2008

Día internacional de los pueblos indígenas: ¿De qué estamos hablando?

Posted: 11 Aug 2008 11:23 AM CDT
Artículo por Omar Cavero

Hace catorce años, en 1994, la ONU declaró al 9 de Agosto como día internacional de los pueblos indígenas. En el Perú este día ha pasado tan desapercibido como la problemática social que engloba. La atención mediática ha sido muy pobre y la voluntad política por poner en agenda este tema ha destacado por su ausencia. Pero ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de pueblos indígenas? Esa es una pregunta que es necesario responder. Trataré de esbozar un acercamiento general a modo de presentación del tema, dejando de lado el proceso peruano.

En líneas generales es a inicios de la década de los 90' que la noción de "pueblos indígenas" (o "pueblos originarios") aparece con fuerza en el terreno político de algunos países de la región y en las instancias de derecho internacional. El tema entra en agenda a partir de movilizaciones sociales que se dan en casi todo el continente conmemorando 500 años de resistencia al colonialismo. Los países en que las organizaciones indígenas tienen mayor impacto son Ecuador, Bolivia y México; sin embargo, la ola recorre todo Latinoamérica, y todo el mundo. El tema toma una importancia tal, que en 1994 la ONU declara el día internacional de los pueblos indígenas y la OIT publica el convenio Nº169 sobre pueblos indígenas y tribales –convenio que, por cierto, el Perú suscribe. El año pasado, asimismo, se publica la "Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas". Se trata de un proceso en constante avance, a pesar de que nuestro país se encuentre todavía bastante relegado.
Pero ahora sí abordemos la pregunta planteada líneas arriba. Cuando hablamos de pueblos indígenas estamos aludiendo a dos temas importantes: 1) que existe una continuidad cultural y social entre los pueblos indígenas presentes en este territorio antes de la invasión colonial española; y los pueblos indígenas de hoy; y 2) que nuestros Estados nacionales son ilegítimos y excluyentes, debido a que han seguido un modelo de comunidad nacional homogénea que no ha incluido a las poblaciones originarias.
Los pueblos indígenas reclaman Estados plurinacionales, de unidad en la diversidad, donde cada nacionalidad tenga autonomía frente a su territorio. Exigen que se respete la voluntad de los pueblos a partir de procesos de consulta. Desde su propia vivencia proponen una democracia verdadera, donde se asegure justamente la libertad de ser diferente y la igualdad de derechos para todos, donde todos puedan hablar su idioma sin problemas, donde el trato sea igualitario entre las razas diferentes. Y todo ello -entre otras demandas- resulta más que un simple reclamo de ciudadanía. Se trata de un cuestionamiento general al modelo de Estado-nación, y va más allá.
Los pueblos indígenas cuestionan hoy también al modelo de desarrollo occidental e incluso al paradigma eurocéntrico de la modernidad. Frente a la noción de progreso, que se ha traducido históricamente en un afán constante de búsqueda de "una vida mejor"; las nacionalidades originarias proponen el "vivir bien". La civilización occidental, argumentan, ha instalado en las personas una ambición desmedida, que ha llevado al individualismo y a una relación instrumental con la naturaleza que nos tiene al borde de un colapso ecológico universal. La naturaleza no está muerta, sostienen. Ese pensamiento, que antes pudo haber sido tachado como tradicional y atrasado, hoy demuestra una sabiduría mucho mayor al supuesto pensamiento "civilizado"; un pensamiento que ya no es único, que gracias a la organización activa de los pueblos indígenas está siendo cuestionado cada vez con más fuerza: hay diversas formas de conocer y de ser.
El impulso democrático del movimiento indígena, que, surgiendo desde lo cultural se extiende a la integridad del sistema social; toma una gran importancia. Si bien en el Perú no existe aún un movimiento indígena de grandes dimensiones, han comenzado a formarse organizaciones que toman estos discursos como bandera. Con su actividad están erosionando progresivamente los discursos hegemónicos racistas y uniculturales, que presentan a lo originario como inferior; paso imprescindible para lograr un fuerza social orgánica desde las comunidades y las urbes.
Hablar de la propuesta de los movimientos indígenas, no es hablar de un reclamo cultural sectorializado y exclusivo de las poblaciones originarias. Ese es quizás el mayor temor dese las elites criollas. Pero la verdad es que la propuesta indianista busca un modelo diferente de sociedad y aboga justamente por nuevos patrones de relaciones sociales en las que, indígenas y no indígenas, podamos vivir en respeto muto, en condiciones de igualdad y con dignidad; hasta llegar al momento en que hablar de indígenas y no indígenas será innecesario, porque cada quien podrá vivir en libertad su propia particularidad.

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