Felipe Pardo y Aliaga
En el mundo de la información y la comunicación, se registra en las últimas décadas un proceso creciente de concentración y monopolizació n a escala mundial y regional. El proceso de fusiones, reestructuraciones y adquisiciones transfronterizas ha dado lugar al nacimiento de unos pocos conglomerados multimedias que controlan los medios, la industria cultural y del entretenimiento, además de la Internet , etc. a nivel planetario. Entre ellas se puede mencionar a AOL-Timer Warner, Disney, News Corporation, Vivendi Universal y Bertelsmann, Microsoft.
Estos conglomerados cumplen un doble rol: como agentes discursivos y como agentes económicos. En tanto actores económicos se inscriben en una de las actividades de mayor desarrollo y que más ganancias genera, a tal punto que desde ellas han surgido los mayores multimillonarios del mundo, como Bill Gates. Como agentes “discursivos” no solo “venden y legitiman el ideario global sino que también lo transforman en discurso social hegemónico, difundiendo visiones del mundo y modos de vida que transfieren al mercado la regulación de las demandas colectivas. La llamada gran midia fabrica el consenso sobre la superioridad de las economías abiertas, insistiendo en que no hay salida fuera de las recetas neoliberales” (1)
Aunque las transnacionales mediáticas asentadas en Estados Unidos tienen una gran influencia en la región, sus competidores de origen europeo, principalmente de España (como el grupo PRISA y Telefónica Móviles (2), están conduciendo a una diversificació n de la dependencia y a un incremento de la subordinación cultural e informativa de América Latina y del Caribe. Las transnacionales del Norte controlan en la región la telefonía fija y móvil, los servicios de Internet, las comunicaciones satelitales y las redes de televisión. Las cadenas de televisión por cable (CNN, MTV, Cartoon Network, Discovery Channel), las agencias de información y sus servicios para radio y televisión de los países desarrollados, llegan con sus mensajes a millones de teleespectadores, radioescuchas o lectores, en asocio con los medios locales.
En América Latina también se produce un proceso de concentración mediática en los mismos grupos tradicionales dominantes que históricamente han detentado el poder económico y político, mismos que ha entrado en alianza, de manera subordinada, con el capital transnacional. Entre los conglomerados latinoamericanos de mayor influencia se puede mencionar a Televisa de México, O Globo de Brasil, el grupo Clarín de Argentina, el grupo Cisneros de Venezuela, el Mercurio de Chile y Caracol de Colombia, entre otros. “La concentración en pocas manos dificulta la entrada de nuevas empresas, estilos y contenidos en el mercado. Más aún: homogeniza el noticiero y estandariza el entretenimiento. Poderosos, los controladores son contrarios a la crítica y al cuestionamiento a sus procedimientos. En el caso de las emisoras de radio y televisión, que dependen de concesiones públicas para operar, el caso es peor, ya que la condición pública, los compromisos que se derivan de la concesión y las contrapartidas sociales son simplemente olvidados”. (3)
El proceso de monopolización también se reproduce en las redes globales de comunicación, particularmente en la Internet. En lo que se refiere al gobierno de Internet, Estados Unidos controla la red de redes a través de la Corporación para la Asignación de Nombres y Números de Internet (ICANN, por sus siglas en inglés), un organismo de derecho privado dependiente del Departamento de Comercio de Estados Unidos. “ La ICANN es la gran controladora de la red. Se basa en un dispositivo técnico constituido por 13 poderosos ordenadores, denominados "servidores raíces", instalados en Estados Unidos (cuatro en California y seis cerca de Washington), en Europa (Estocolmo y Londres) y en Japón (Tokio)”. (4) (5)
EE.UU., durante los debates de la segunda fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), realizada en Túnez, mostró una tenaz oposición a perder la hegemonía de Internet, aunque, por la presión internacional, dio paso a la creación de un Foro sobre la Gobernanza de Internet, una instancia de deliberaciones que no alterará el control que mantiene sobre la red mundial de computadoras.
En lo que se refiere a la industria del software es conocido el dominio monopólico de la estadounidense Microsoft, aunque su “imperio” informático está siendo cada vez más cuestionado por el movimiento de software libre que gana cada vez más terreno y por gobiernos que han adoptado el software de fuente abierta. De otro lado, algunos estudios indican que 14 empresas absorben el 60% del tiempo que los navegantes pasan conectados a la Internet. Con relación a los idiomas, el 80% de los contenidos difundidos en los sitios Web está en inglés, pese a que solo el 10% de la población mundial maneja este idioma. (6)
En América Latina y el Caribe aún está lejos de superarse la denominada brecha digital que es la expresión de las “brechas sociales, económicas, políticas y culturales, existentes dentro y entre las sociedades”. Aunque en la región, según datos de la CEPAL , el número de usuarios de la Internet se multiplicó por 12 entre 1998-2004 (desde 6 hasta 72 millones), esto representa solo el 14% de la población latinoamericana y caribeña, lo que contrasta con el 50% de los habitantes de los países desarrollados. El acceso a Internet se concentra en las capas de mayor nivel económico (7) y es usado más por hombres que por mujeres, en tanto que amplios sectores pobres del campo y de las ciudades, grupos étnicos y minorías forman parte del gran contingente que se está quedando fuera de los potenciales beneficios de las nuevas tecnologías.
Pero además del control global que ejerce EE.UU. sobre Internet y la llamada brecha digital, existen otros factores y tendencias en la comunicación que hacen ver las limitaciones y restricciones de la Internet y de las comunicaciones globales. Nos estamos refiriendo a los efectos negativos de los sistemas mediáticos sobre las identidades y las culturas; la emergencia de los regímenes de los “derechos de autor” y la erosión del dominio público del conocimiento global; los atentados a los derechos humanos en la campo digital, sobre todo después del 11 de septiembre de 2001, fecha a partir de la cual se han adoptado regulaciones más fuertes para la vigilancia electrónica a nivel global, atentando contra la privacidad y la libertad de expresión de los ciudadanos/as. (8)
Los factores señalados anteriormente permiten decir que el derecho a la
comunicación que todos los ciudadanos y ciudadanas tenemos, se encuentra amenazado por un nuevo tipo de dictadura: la dictadura del mercado que ha transformado a la información en una mercancía, despojándola de su esencia fundamental que es la de constituir un bien público. La información ahora es la mercancía que permite la realización de la ganancia. Esta mercancía, por lo tanto, se encuentra sometida a las llamadas leyes del mercado: a la oferta, la demanda y la competencia. Sometidos al parámetro implacable del rating, los medios no escatiman ningún método para ganar audiencias. Todo o casi todo es válido en este campo: la pornografía, el sensacionalismo, la simplificació n de la información, la programación de la televisión basura, el uso de la mentira, el chantaje y la manipulación. Fruto de todo esto, el sentido público de la comunicación queda gravemente golpeado e igualmente el derecho de los/as ciudadanos/as a estar debidamente informados, aspecto indispensable para poder participar plenamente en todos los aspectos de la vida democrática de un país, de un municipio o de una comunidad. Y esto no solo para las épocas electorales -que a eso se reducen las democracias formales- sino cuando se toman decisiones claves que tienen que ver con el presente y futuro de nuestros pueblos y países.
Si bien en el continente ya no se ejerce una abierta censura de prensa y ya no se queman libros en las calles como en las épocas dictatoriales, ahora, en el marco de las democracias formales, funcionan otros factores más sutiles que permiten a la elites privilegiadas “fabricar el consenso” y mantener el statu quo, como señala Noam Chomsky. Esos factores tienen que ver con el uso del marketing –que igual sirve para vender candidatos o camisas- , la sobreinformació n, la apropiación privada del espectro radioeléctrico y en general con la utilización del sistema mediático para ocultar, desinformar, manipular o adormecer. Esto no quiere decir, no obstante, que no se empleen métodos autoritarios, retaliaciones económicas, recursos legales e incluso la violencia y el asesinato para acallar a medios y periodistas críticos. (9)
Ante el descrédito de los partidos políticos, los medios han adquirido “un inusitado nivel de poderío en la conducción de la existencia social. Esto ha ocurrido a lo largo de los tres últimos lustros debido principalmente a dos fenómenos. Por una parte, grandes avances telemáticos en las técnicas de comunicación que han contribuido en mucho a aumentar el alcance y la calidad de la información, así como a acentuar la concentración de la propiedad de los medios. Y por otra, con mayor peso aún que la innovación tecnológica, la profunda pérdida de credibilidad, de autoridad y respeto que han experimentado los partidos políticos por su deficiente desempeño en la conducción de los negocios públicos y por su generalmente impune envolvimiento en la corrupción en múltiples maneras” (10). La política ya no tiene como escenario las calles y las plazas, sino los sets de televisión, las cabinas radiales y las páginas de los diarios y las revistas.
Notas
(1) De Moraes, Dénis (2003) O capital da midia na lógica da globalizaçâo, Por uma outra comunicação, midia, mundialização cultual e poder, Río de Janeiro, Editora Record.
(2) Tras la compra de la filial de Bellsouth en Argentina a mediados de enero del 2005, la empresa española de telecomunicaciones completó una operación de dominio en diez países latinoamericanos que arrancó en marzo de 2004. Ver: OMAL “Telefónica Móviles afianza su estrategia de expansión en Latinoamérica”, http://alainet. org/active/ 7547&lang=es, 2005-01-21
(3) Rogério Christofoletti, “Dez impasses para uma efetiva crítica de mídia no Brasil”, http://www.saladepr ensa.org/ 2004-01-31
(4) Ramonet Ignacio, “El control de Internet”,
http://www.mondiplo .com/isum/ Direct.jsp? ISUM_
(5) El vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica, Néstor Busso señala que la ICCAN maneja cuatro áreas básicas: 1) adjudica los nombres de dominio (es decir, las terminaciones .com, .org, .edu, .gov, etc.) y el código de cada país, 2) Concede los números de protocolos de Internet (llamados IP), que son 12 dígitos que llevan cada computadora para ser reconocida por otra; 3) Controla los “servidores raíz” que analizan las equivalencias de los IP y los dominios para que el tráfico fluya en orden y 4) Controla los “standards técnicos” para asegurar la interoperatividad de toda la red. Busso Néstor, “Estados Unidos Vs. el Mundo terminó en empate” : http://alainet. org/active/ 9778&lang=en, 2005-11-16)
(6) “Obstáculos planteados por el orden internacional vigente”: http://www.cubaminr ex.cu/Sociedad_ Informaciom/ Cuba_TIC/ Obstaculos. htm
(7) El 20% más rico de la población mundial acapara el 93,3% de los accesos a Internet, frente al 20% más pobre que apenas tiene el 0,2% de las líneas, PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano de la ONU 2004, Ediciones Mundi-Prensa.
(8) Seán Siochrú, “Los derechos a la comunicación y la campaña CRIS”, América tina en Movimiento, N° 399-400, Quito, ALAI,
2005-10-12
(9) Decir la verdad se paga con la vida. Durante 2004, en el mundo
fueron asesinados 117 trabajadores de la prensa, de los cuales 20
correspondieron a América Latina. En los primeros cuatro meses de
2005, el número de reporteros latinoamericanos muertos ascendió a 8,
según la Federación Latinoamericana de Periodistas. Uribe Hernán, “En 2004 asesinaron a 117 periodistas. Veinte de ellos de América Latina”
http://alainet. org/active/ 7391&lang=en 2005-01-09
(10) Beltrán Salmón Luis Ramiro, “La ética periodística en Bolivia: situación y perspectivas”, http://www.saladepr ensa.org/ 2004-02-27
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