César Hildebrandt
El evento lo organizaron la Universidad del Pacífico e Interbank y concluyó el pasado lunes. Se llamó “Seminario Internacional: Claves de una Estrategia Competitiva”. Concurrieron todos los capitanes de empresa, los almirantes de las finanzas, los cabos sueltos del comercio y los funcionarios públicos con algo que decir en este país que administra Alan García.
La estrella indiscutida fue Michael Porter, considerado por un amplio sector de la prensa internacional como el más reconocido especialista en competitividad de las economías globalizadas. El diario “Gestión”, por ejemplo, lo presentó así: “el gurú mundial sobre estrategia y competitividad”.
Porter, profesor fulgurante del Harvard Business School y autor de 16 libros, vino a ponerle nota al modelo QUE NOS ESTA DOMINANDO. Las llamadas “fuerzas vivas” fueron a escuchar a esta mente brillante, que ha asesorado a empresas como Dupont y Procter and Gamble y cuyo libro “The Competitive Advantage of Nations”, publicado en 1990, se convirtió en referente de todo análisis serio que se hiciera en torno a lo que puede hacer fuerte a un país en una economía sin fronteras aparentes como la actual.
¿Y qué le dijo al empresariado peruano Michael Porter?
Pues le dijo varias cosas (y acudo a la crónica que sobre esa noche memorable hiciera para “Gestión” Alfredo Prado): La primera es que el Perú carece de una política de largo plazo en materia de competitividad. La segunda es que la economía peruana no tiene un rumbo definido. La tercera es que el crecimiento económico del Perú –hecho que la estadística confirma- no se ha reflejado en beneficio de la mayoría de la población. La cuarta es que el Perú ha vivido estos años “una ilusión exportadora” porque las cifras en azul proceden del alza de las materias primas, mientras que nuestra exportación de productos con valor agregado permanece inmóvil.
La quinta es que el Perú padece de un atraso dramático en relación a la invención y la tecnología. “El Perú -apuntó- no sólo no ha avanzado en este rubro: parece haber retrocedido”. La sexta es que la mayor parte de la inversión extranjera “no viene a crear nuevas empresas sino para comprar negocios ya existentes”. Y añadió, con espantosa exactitud, lo siguiente: “Cuando un inversionista piensa en una nueva fábrica no piensa en el Perú”. La séptima es que, a largo plazo, las dificultades del Perú tendrán que ver con la baja productividad, la pésima educación, el deficiente sistema de salud, las debilidades en infraestructura física, la desigualdad social, la aplastante corrupción y el alto nivel de informalidad.
La octava es que los éxitos peruanos de los últimos años pueden irse al demonio sino limpiamos el sistema judicial, sino defendemos los derechos de propiedad y si no fumigamos y reordenamos la disuasiva burocracia creada para entorpecer.
¿Dijo algo más el señor Michael Porter? Sí. Dijo también que el TLC con China tiene tal grado de asimetría que corremos el riesgo de quedarnos congelados como abastecedores de materias primas, que es como los chinos nos ven también en el futuro.
Dijo todo eso y a las pocas horas regresó a su cátedra de Administración de Negocios en Harvard.
Los empresarios peruanos quedaron estupefactos.
Esta vez la verdad no venía de un ideólogo adversario ni de un Premio Nobel que juega al caviaraje para lavar culpas. Venía de aquella lumbrera internacional que alguna vez escribió “Técnicas para analizar industrias y competidores”, un libro que ha sido 53 veces reeditado y que está traducido a 17 idiomas.
Estupefactos. Esa es la palabra. La farsa la había descubierto, sin dificultad, un especialista de los Estados Unidos.
¿Se atreverá la Caverna a refutarlo? Por lo pronto, ha guardado un delicioso silencio. Mercedes Aráoz, azafata de LAN Chile en sus sueños más dorados, no ha dicho una palabra. Los columnistas políglotas del borbonismo limeño se han callado en todos los idiomas que dominan.
No atinan a nada. Se están recuperando del sopapo.
martes, 29 de diciembre de 2009
jueves, 24 de diciembre de 2009
El método de las 5 S.
JORGE IBÁÑEZ VIZCARRA
El método de las 5 S es una práctica de calidad ideada en Japón referida al mantenimiento del entorno de trabajo por parte de todos. Dicha práctica es realizada en gran parte de instituciones públicas como privadas de todo el mundo con excelentes resultados por su sencillez y efectividad para realizar.
Las 5 S no debe ser entendido como una moda pasajera, sino como una conducta de la vida diaria. Por tanto, es necesario realizar un cambio de mentalidad en las personas involucradas en la organización para evitar su resistencia a la implementación. Por ello, el primer paso consiste en preparar mentalmente a los empleados para que acepten las 5 S antes de dar comienzo a la campaña. Como un aspecto preliminar al esfuerzo de las 5 S, debe asignarse un tiempo para analizar la filosofía implícita de las 5 S y sus beneficios:
1. SIGNIFICADO DE LAS 5 S
El método de las 5 S representa acciones que son principios expresados con cinco palabras japonesas que empiezan con la letra S. Cada palabra tiene un significado que puede variar de acuerdo a la literatura que se analice al respecto pero que en general expresa lo siguiente:
· Seiri (Organización y Clasificación)
· Seiton (Orden)
· Seiso (Limpieza)
· Seiketsu (Sistematizar)
· Shitsuke (Disciplina)
1.1 SEIRI (ORGANIZACIÓN Y CLASIFICACIÓN): Consiste en diferenciar entre elementos necesarios e innecesarios en el lugar de trabajo y descargar estos últimos. Para ello se debe proceder con las siguientes recomendaciones:
· Todo lo que se usa menos de una vez al año se debe desechar (vender, regalar o botar).
· De lo que queda, todo aquello que se usa menos de una vez al mes se aparta (por ejemplo, en la sección de archivos, o en el almacén en la fábrica)
· De lo que queda, todo aquello que se usa menos de una vez por semana se aparta no muy lejos (típicamente en un armario en la oficina, o en una zona de almacenamiento en la fábrica)
· De lo que queda, todo lo que se usa menos de una vez por día se deja en el puesto de trabajo.
· De lo que queda, todo lo que se usa menos de una vez por hora está en el puesto de trabajo, al alcance de la mano.
· Y lo que se usa al menos una vez por hora se coloca directamente sobre el personal (lapicero, cinta métrica, etc).
1.2 SEITON (ORDEN): Consiste en clasificar los ítems por uso y disponerlos como corresponde para minimizar el tiempo de búsqueda y el esfuerzo. Para hacer esto, cada ítem debe tener una ubicación, un nombre y un volumen designados. Debe especificarse no sólo la ubicación, sino también el número máximo de ítems que se permite.
Los ítems que se dejan en el lugar de trabajo deben colocarse en el área designada. En otras palabras, cada ítem debe tener su propia ubicación y, viceversa, cada espacio en el lugar de trabajo también debe tener su destino señalado. Las marcas en el piso, paredes o en las estaciones de trabajo indican las ubicaciones apropiadas del trabajo en proceso, herramientas, etc.
Las normas de Seiton son:
· Organizar racionalmente el puesto de trabajo (proximidad, objetos pesados fáciles de coger o sobre un soporte, ...)
· Definir las reglas de ordenamiento
· Hacer obvia la colocación de los objetos
· Los objetos de uso frecuente deben estar cerca del operario
· Clasificar los objetos por orden de utilización
· Estandarizar los puestos de trabajo
1.3 SEISO (LIMPIEZA): Un aspecto importante en toda empresa es la limpieza de sus instalaciones, tanto las que dan la cara a los consumidores como las líneas de producción. Por ello es necesario limpiar el entorno de trabajo, incluidas las máquinas y herramientas, lo mismo que pisos, paredes y otras áreas del lugar de trabajo. Esto a su vez nos permitirá verificar el estado de las herramientas de trabajo y poder descubrir muchos defectos de funcionamiento. Cuando la máquina está cubierta de aceite, hollín y polvo, es difícil identificar cualquier problema que se pueda estar formando. Sin embargo, mientras se limpia la máquina podemos detectar con facilidad una fuga de aceite, una grieta que se esté formando en la cubierta, o tuercas y tornillos flojos. Una vez reconocidos estos problemas, puede solucionarse con facilidad.
1.4 SEIKETSU (SISTEMATIZAR): Como se ha mencionado antes, el método de las 5 S no es una moda sino un estilo de vida, por lo cual es necesario mantener las tres primeras etapas desarrolladas en forma continua y diaria. En esta parte es necesario un liderazgo de la parte directiva o gerencial de la institución con la intención de diseñar sistemas y procedimientos que aseguren la continuidad de seiri, seiton y seiso. El compromiso, respaldo e involucramiento de la gerencia en las 5 S se vuelve algo esencial. Por ejemplo, los gerentes deben determinar con qué frecuencia se debe llevar a cabo seiri, seiton y seiso, y qué personas deben estar involucradas. Esto debe hacer parte del programa anual de planeación.
1.5 SHITSUKE (DISCIPLINA): La adopción como parte de un estilo de vida de las 5 S hará que las personas que continuamente practican seiri, seiton, seiso y seiketsu, adquieran autodisciplina. De tal forma que se puede considerar como una filosofía, una forma de vida en nuestro trabajo diario. En esta etapa final, la gerencia debe haber establecido los estándares para cada paso de las 5 S, y asegurarse de que se esté siguiendo dichos estándares. Los estándares deben abarcar formas de evaluar el progreso en cada uno de los cinco pasos.
2. RELACIÓN DE LAS 5 S CON EL DECÁLOGO DEL DESARROLLO
Los principios descritos tienen estrecha relación con el Decálogo del Desarrollo, siendo su aplicación en la rutina diaria una forma de vida que permita a los emprendedores colaborar con el desarrollo del país, sin importar la ideología partidaria.
Ello se puede hacer desarrollando actitudes, valores o compromisos a seguir, que puedan originar la mejora de nuestras potencialidades que nos lleven a no necesitar de tener la riqueza alrededor, sino de ser nosotros mismos capaces de generarla aprovechando para ello todas nuestras capacidades y potencialidades.
Esas características, hábitos o principios que los habitantes de la gran mayoría de los países desarrollados tienen y los cuales no son practicados en su vida diaria por la población en los países subdesarrollados, son descritos en los principios del Decálogo del Desarrollo, estando muy relacionado con la filosofía de las 5 S.
3. APLICACIÓN DE LAS 5 S EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Resulta conveniente resaltar que el método de las 5 S no es solo aplicable en la empresa privada, pudiendo ser de mucha utilidad su implantación en la administración pública. ¿Cuántos de nosotros hemos sufrido por demoras de trámites o pérdida de documentos en alguna institución pública?
El principal problema es la falta de hábito para mantener una política dentro de una institución que muchas veces cuenta con alta rotación de funcionarios, en la cual no se institucionalizan las buenas prácticas y por lo cual no hay un registro de las acciones que se llevan a cabo para la mejora de la administración.
Es común ver ahora el gran incremento de proyectos institucionales en las diferentes instituciones públicas por el cual se renueva el mobiliario y equipo tecnológico dentro de las oficinas, sin embargo, el no contar con los hábitos adecuados puede generar que en muy poco tiempo las oficinas se vean nuevamente recargadas de papeles en las oficinas que muchas veces no generan ningún nuevo valor o aporte al procedimiento.
4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
· Hay muchos paradigmas que vencer para la correcta implementación del método de las 5 S, uno de ello es la resistencia del personal a realizar la limpieza de su área de trabajo. Muchos dirán que llevan años trabajando y para iniciar la etapa de limpieza, es necesario que venga el personal encargado de dicha labor para que el personal administrativo pueda guiarlos en las labores. Esta actitud tiene que cambiar cuando los trabajadores empiezan a comprender la importancia del orden y la limpieza dentro de su ambiente de trabajo, necesario para mejorar la calidad y productividad de sus labores.
· Se logrará mayor espacio en los lugares de trabajo con lo cual habrá una mejor imagen ante los contribuyentes o público en general que asista a las oficinas.
· Los gerentes deben ser los líderes del cambio en la administración pública, para lo cual deben estar preparados para poder iniciar y guiar el cambio dentro de su área, fomentando la aplicación de las 5 S.
El método de las 5 S es una práctica de calidad ideada en Japón referida al mantenimiento del entorno de trabajo por parte de todos. Dicha práctica es realizada en gran parte de instituciones públicas como privadas de todo el mundo con excelentes resultados por su sencillez y efectividad para realizar.
Las 5 S no debe ser entendido como una moda pasajera, sino como una conducta de la vida diaria. Por tanto, es necesario realizar un cambio de mentalidad en las personas involucradas en la organización para evitar su resistencia a la implementación. Por ello, el primer paso consiste en preparar mentalmente a los empleados para que acepten las 5 S antes de dar comienzo a la campaña. Como un aspecto preliminar al esfuerzo de las 5 S, debe asignarse un tiempo para analizar la filosofía implícita de las 5 S y sus beneficios:
1. SIGNIFICADO DE LAS 5 S
El método de las 5 S representa acciones que son principios expresados con cinco palabras japonesas que empiezan con la letra S. Cada palabra tiene un significado que puede variar de acuerdo a la literatura que se analice al respecto pero que en general expresa lo siguiente:
· Seiri (Organización y Clasificación)
· Seiton (Orden)
· Seiso (Limpieza)
· Seiketsu (Sistematizar)
· Shitsuke (Disciplina)
1.1 SEIRI (ORGANIZACIÓN Y CLASIFICACIÓN): Consiste en diferenciar entre elementos necesarios e innecesarios en el lugar de trabajo y descargar estos últimos. Para ello se debe proceder con las siguientes recomendaciones:
· Todo lo que se usa menos de una vez al año se debe desechar (vender, regalar o botar).
· De lo que queda, todo aquello que se usa menos de una vez al mes se aparta (por ejemplo, en la sección de archivos, o en el almacén en la fábrica)
· De lo que queda, todo aquello que se usa menos de una vez por semana se aparta no muy lejos (típicamente en un armario en la oficina, o en una zona de almacenamiento en la fábrica)
· De lo que queda, todo lo que se usa menos de una vez por día se deja en el puesto de trabajo.
· De lo que queda, todo lo que se usa menos de una vez por hora está en el puesto de trabajo, al alcance de la mano.
· Y lo que se usa al menos una vez por hora se coloca directamente sobre el personal (lapicero, cinta métrica, etc).
1.2 SEITON (ORDEN): Consiste en clasificar los ítems por uso y disponerlos como corresponde para minimizar el tiempo de búsqueda y el esfuerzo. Para hacer esto, cada ítem debe tener una ubicación, un nombre y un volumen designados. Debe especificarse no sólo la ubicación, sino también el número máximo de ítems que se permite.
Los ítems que se dejan en el lugar de trabajo deben colocarse en el área designada. En otras palabras, cada ítem debe tener su propia ubicación y, viceversa, cada espacio en el lugar de trabajo también debe tener su destino señalado. Las marcas en el piso, paredes o en las estaciones de trabajo indican las ubicaciones apropiadas del trabajo en proceso, herramientas, etc.
Las normas de Seiton son:
· Organizar racionalmente el puesto de trabajo (proximidad, objetos pesados fáciles de coger o sobre un soporte, ...)
· Definir las reglas de ordenamiento
· Hacer obvia la colocación de los objetos
· Los objetos de uso frecuente deben estar cerca del operario
· Clasificar los objetos por orden de utilización
· Estandarizar los puestos de trabajo
1.3 SEISO (LIMPIEZA): Un aspecto importante en toda empresa es la limpieza de sus instalaciones, tanto las que dan la cara a los consumidores como las líneas de producción. Por ello es necesario limpiar el entorno de trabajo, incluidas las máquinas y herramientas, lo mismo que pisos, paredes y otras áreas del lugar de trabajo. Esto a su vez nos permitirá verificar el estado de las herramientas de trabajo y poder descubrir muchos defectos de funcionamiento. Cuando la máquina está cubierta de aceite, hollín y polvo, es difícil identificar cualquier problema que se pueda estar formando. Sin embargo, mientras se limpia la máquina podemos detectar con facilidad una fuga de aceite, una grieta que se esté formando en la cubierta, o tuercas y tornillos flojos. Una vez reconocidos estos problemas, puede solucionarse con facilidad.
1.4 SEIKETSU (SISTEMATIZAR): Como se ha mencionado antes, el método de las 5 S no es una moda sino un estilo de vida, por lo cual es necesario mantener las tres primeras etapas desarrolladas en forma continua y diaria. En esta parte es necesario un liderazgo de la parte directiva o gerencial de la institución con la intención de diseñar sistemas y procedimientos que aseguren la continuidad de seiri, seiton y seiso. El compromiso, respaldo e involucramiento de la gerencia en las 5 S se vuelve algo esencial. Por ejemplo, los gerentes deben determinar con qué frecuencia se debe llevar a cabo seiri, seiton y seiso, y qué personas deben estar involucradas. Esto debe hacer parte del programa anual de planeación.
1.5 SHITSUKE (DISCIPLINA): La adopción como parte de un estilo de vida de las 5 S hará que las personas que continuamente practican seiri, seiton, seiso y seiketsu, adquieran autodisciplina. De tal forma que se puede considerar como una filosofía, una forma de vida en nuestro trabajo diario. En esta etapa final, la gerencia debe haber establecido los estándares para cada paso de las 5 S, y asegurarse de que se esté siguiendo dichos estándares. Los estándares deben abarcar formas de evaluar el progreso en cada uno de los cinco pasos.
2. RELACIÓN DE LAS 5 S CON EL DECÁLOGO DEL DESARROLLO
Los principios descritos tienen estrecha relación con el Decálogo del Desarrollo, siendo su aplicación en la rutina diaria una forma de vida que permita a los emprendedores colaborar con el desarrollo del país, sin importar la ideología partidaria.
Ello se puede hacer desarrollando actitudes, valores o compromisos a seguir, que puedan originar la mejora de nuestras potencialidades que nos lleven a no necesitar de tener la riqueza alrededor, sino de ser nosotros mismos capaces de generarla aprovechando para ello todas nuestras capacidades y potencialidades.
Esas características, hábitos o principios que los habitantes de la gran mayoría de los países desarrollados tienen y los cuales no son practicados en su vida diaria por la población en los países subdesarrollados, son descritos en los principios del Decálogo del Desarrollo, estando muy relacionado con la filosofía de las 5 S.
3. APLICACIÓN DE LAS 5 S EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Resulta conveniente resaltar que el método de las 5 S no es solo aplicable en la empresa privada, pudiendo ser de mucha utilidad su implantación en la administración pública. ¿Cuántos de nosotros hemos sufrido por demoras de trámites o pérdida de documentos en alguna institución pública?
El principal problema es la falta de hábito para mantener una política dentro de una institución que muchas veces cuenta con alta rotación de funcionarios, en la cual no se institucionalizan las buenas prácticas y por lo cual no hay un registro de las acciones que se llevan a cabo para la mejora de la administración.
Es común ver ahora el gran incremento de proyectos institucionales en las diferentes instituciones públicas por el cual se renueva el mobiliario y equipo tecnológico dentro de las oficinas, sin embargo, el no contar con los hábitos adecuados puede generar que en muy poco tiempo las oficinas se vean nuevamente recargadas de papeles en las oficinas que muchas veces no generan ningún nuevo valor o aporte al procedimiento.
4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
· Hay muchos paradigmas que vencer para la correcta implementación del método de las 5 S, uno de ello es la resistencia del personal a realizar la limpieza de su área de trabajo. Muchos dirán que llevan años trabajando y para iniciar la etapa de limpieza, es necesario que venga el personal encargado de dicha labor para que el personal administrativo pueda guiarlos en las labores. Esta actitud tiene que cambiar cuando los trabajadores empiezan a comprender la importancia del orden y la limpieza dentro de su ambiente de trabajo, necesario para mejorar la calidad y productividad de sus labores.
· Se logrará mayor espacio en los lugares de trabajo con lo cual habrá una mejor imagen ante los contribuyentes o público en general que asista a las oficinas.
· Los gerentes deben ser los líderes del cambio en la administración pública, para lo cual deben estar preparados para poder iniciar y guiar el cambio dentro de su área, fomentando la aplicación de las 5 S.
viernes, 11 de diciembre de 2009
Sociales, Humanidades y Letras
LOS PARIENTES POBRES
Rocío Silva-Santisteban
«Papá, quiero estudiar historia». El padre del supuesto futuro historiador podría caer sobre su escritorio tras un colapso nervioso. «¿Historia?» diría, «pero si eso no sirve para nada». Y es verdad, pero desde cierto punto de vista. Para los empresarios tradicionales o los ingenieros severos, las carreras de humanidades y sociales así como las de letras no sirven para nada, porque no producen ese ansiado rédito que, tras años de inversión universitaria, algunos progenitores poco flexibles esperan recibir de sus hijos. Pero desde el otro lado de la orilla -el del hijo, el de la humanidad- estas carreras permiten la formación de profesionales y pensadores que expliquen el mundo desde sus esencias, desde sus procesos internos, desde el tiempo que les toca vivir. Como lo sostiene el historiador mexicano Ernesto de la Torre «los estudios históricos son necesarios para interpretar a la humanidad y para evitar que se manipule la realidad».
La historia, la filosofía, la literatura, la antropología, la sociología y toda una serie de disciplinas que conforman el amplio espectro de las ciencias sociales, las humanidades y las letras son profesiones que en un país como el nuestro se ven cuestionadas por abanderados del neoliberalismo por su falta de efectividad pragmática. Pero como dice Abelardo Oquendo, profesor principal de literatura, «querer ser pragmático es querer destruir la universidad. Yo me niego, me resisto siquiera a mirarlo de ese modo».
Tradicionalmente se ha calificado a estas profesiones como intelectuales o académicas, cuyo ejercicio fundamental se sostiene en el plano de la inteligencia, sin intereses subyugantes de utilidad inmediata. Pero esta es sólo una posición. Pues hoy, lo demuestran los hechos, muchas de las personas que se dedican a estas áreas del pensamiento pueden jugar un rol importante en el propio desarrollo de la empresa, entrando a plantear nuevas formas de interrelación con la realidad ultradinámica. Como lo sostiene lúcidamente Augusto Alvarez Rodrich de Apoyo: «siento que hoy en día tal como operan las empresas, se demanda un servicio multidisciplinario. Personas con esos estudios tienen un potencial muy alto».
Por supuesto, los grados de interrelación con las demandas de la sociedad están ligados íntimamente a sus necesidades preferenciales. En el Perú es imprescindible dar prioridad a urgencias profesionales, pero no porque entremos en una fiebre neoliberal debemos desdeñar las carreras que de alguna forma han permitido que el hombre se eleve sobre la máquina. No tendría sentido tampoco plantear el fomento de disciplinas como la literatura, pero mantener a los pocos estudiosos de esa área es substancial, para poder repetir como Vallejo «son pocos, pero son».
Sociólogos en la Backus
La sociología tuvo su gran etapa de crecimiento durante la década de los 70. En 1976, según un informe del CONUP 5795 personas estudiaban esta disciplina. GRADE señala que el año 1965, 20 personas ingresaron a esta carrera; en 1975, 1064; y en 1980, 1489. El año 1991 ingresaron sólo 779, es decir, que después de varios años de crecimiento sostenido se produce el crak - sonido parecido al de un ladrillo del Muro cayendo al suelo- y las expectativas por ser sociólogo disminuyen considerablemente.
Gonzalo Portocarrero, exdecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica, explica este fenómeno: «A mediados y fines de los 80 se produce un bajón en los estudiantes de sociales por diferentes motivos: la crisis económica, la dificultad de encontrar trabajo, la pérdida de relevancia del discurso sociológico de inspiración marxista, la crisis de la izquierda. Todo esto provocó una pérdida de glamour en las ciencias sociales».
¿Y qué pasó con todos esos sociólogos de los 70? En realidad las cifras son engañosas, porque si bien es cierto que muchos ingresaron a estudiar esta carrera, pocos terminaron y muchos se desviaron a diferentes actividades, la principal de ellas: la militancia partidaria.
Un sociólogo, que fungió de alumno durante la etapa que podríamos llamar de transición (1988-1992) y que prefiere mantenerse en el anonimato, confiesa que escogió sociología «inquietado porque era una carrera que me acercaba a la discusión política y a la preocupación por lo social. Lo curioso es que el perfil de la gente que estudiaba sociología en esa época era todavía el de personas preocupadas por la transformación, por entender el país y entender las macroestructuras». Pero la cosa cambia lentamente después de la crisis del socialismo y del paradigma marxista. «Es allí que empiezan los estudios de las subjetividades, de las múltiples realidades. Recuerdo que uno de mis profesores, Guillermo Nugent, decía que no entendía cómo era posible que todavía hubiera sociólogos que vieran a la realidad como una palta con una sola pepa, cuando para él la realidad es una chirimoya».
Hoy en día los sociólogos palteados tienen la obligación de ponerse las pilas, pero además los prejuicios en torno a esta profesión deben descartarse porque no permiten que los cambios introducidos sean viables. «Cuando les presentas el cartón de sociólogo no se imaginan quién es, se piensa que es alguien que ha leído a Marta Harnecker siete veces y con eso no sirve...», dice Alvarez Rodrich explicando el prejuicio de los empresarios.
Pero las cosas han variado substancialmente. Los sociólogos «posmodernos», por decirlo de alguna manera, deben estar preparados para asumir los retos de una sociedad ágil, dinámica y de continuo cambio como la nuestra.
«¿En qué puede trabajar un sociólogo hoy en día? Lo fundamental en cualquier empresa es el marketing y esto no es sino entender el comportamiento de la gente cuando le lanzas un producto. Un profesional de la sociología tiene mucho por aportar en ese esquema; lo que pasa es que no se necesita al típico sociólogo formado en los 70 pues en esa época te preparaban para otra cosa...» afirma Alvarez.
Según una encuesta realizada por Apoyo sobre mercado educativo, la Pontificia Universidad Católica es percibida como la mejor universidad privada, sobre todo en el área de ciencias sociales. Es seguramente por este motivo que de un total de dos mil bachilleres de sociología, el 90 % tiene trabajo en su especialidad, y de ellos el 45 % trabaja en ONGs.
Este año el plan de estudios de ciencias sociales ha sido reformado totalmente, incorporándose nuevos cursos electivos para que sean los mismos alumnos lo que vayan armando, según sus intereses, su propia formación. Aldo Panfichi, coordinador del área de Sociología en la Faculta de CCSS de la PUC, señala que el cambio de perspectiva se centra en la flexibilidad, reforzando el núcleo central de la formación, pero planteando diversos registros en el análisis desde diferentes metodologías.
Asimismo, Portocarrero agrega: «se están abriendo nuevas vetas para los sociólogos en el Estado y en la empresa privada, por ejemplo, para entender a la empresa no sólo como una reunión de gente sino como personas que deben crear una cultura institucional con consecuencias directas en la productividad y la rentabilidad. La sociología trata de crear un diseño de la empresa a partir de una identificación con ella en lugar de verla como algo hostil. En estos momentos varios de nuestros estudiantes están haciendo prácticas en la Volvo y en la Backus».
Pero como sostiene nuestro joven sociólogo anónimo: «es importante distinguir la cuestión teórica de la laboral, los cambios de ahora se producen porque la preocupación de la Universidad se centra en pensar "uy... en qué van a trabajar nuestros muchachos". Lo que ahora necesitamos es un cambio de perspectivas, un giro radical que nos reoriente».
Interdisciplina: humanismo futurista
Casi todos los entrevistados han pronunciado una palabra que parece clave para entender al científico social del año 2000: interdisciplina. Todos han insistido en que para el mundo del futuro se requieren personas que tengan la formación adecuada para adaptarse a los cambios: pensamiento sintético e integrador, habilidad para encontrar soluciones a problemas nuevos, manejo y proceso de información, manejo además de las disciplinas afines y la tecnología informática de punta, de elementos de física, ecología, matemáticas y lógica. ¿Supersociólogo? No, simplemente lo que Macera ha denominado un científico social polivalente.
Así, entonces, sería imprescindible desarrollar cursos que vinculen unas disciplinas con otras, pero no sólo yuxtaponiéndolas sino integrándolas. El intelectual de hoy en día debe ser una persona con gran solvencia en su especialidad, pero que al mismo tiempo mantenga una curiosidad permanente y una capacidad de relacionar las diversas áreas del conocimiento. Durante mucho tiempo la realidad ha sido parcelada por las distintas disciplinas y se puso énfasis en lo específico; ahora la idea es manejar lo específico pero con un criterio amplio para engarzarlo con lo general.
Esta idea aparentemente vanguardista no tiene nada de novedosa. Es, en el fondo, un intento de retorno a la esencia misma de la universidad: la concepción orgánica del saber. Lo que Tomás Moro y Erasmo de Rotterdam pusieron de moda hace cientos de años: el humanismo.
Puros a pesar de todo
Entre las carreras de letras y humanidades han sido múltiples las ramificaciones que han surgido con los años. Por ejemplo, etnología y antropología formaban antes (en los años 40) parte de historia, pero como cursos de últimos ciclos en sus planes de estudio.
Las ramificaciones se han producido generalmente por el desarrollo de ciertos sectores del conocimiento o por la necesidad práctica de otros, como por ejemplo las carreras de comunicación social. Durante muchos años los periodistas aprendían en la práctica y generalmente eran personas que habían estudiado alguna carrera de letras, que manejaban bien el idioma y que poseían una inquietud por la investigación casi detectivesca. Entonces eran enrolados en los distintos medios y aprendían en la calle. O también se trataba de personas apasionadas por la literatura, con un manejo admirable del lenguaje, pero que no veían posibilidades cercanas de vivir de ella, como es el caso de Vallejo, Valdelomar y mucho más cerca del propio Mario Vargas Llosa en sus años iniciales.
Hoy en día el panorama ha cambiado avasalladoramente y los periodistas hasta se especializan en ciertas subcategorías como medios audiovisuales o prensa. Los literatos que pretendían vivir de esta suerte de contacto esporádico con la realidad se ven desfasados.
Entonces, la pregunta natural que surge de este nuevo orden de cosas, sería: ¿qué pueden ofrecer las universidades para que las personas que se dedican a las carreras de humanidades «duras» -como las denomina Patricia de Arregui en Quehacer 99-, es decir a la filosofía, la linguística o la literatura, puedan encontrar un territorio propicio para poner en práctica, más allá de la enseñanza, estos conocimientos?
Abelardo Oquendo es tajante al respecto: «eso tiene para mí dos supuestos: uno, que la literatura deba servir para algo más allá de lo que siempre ha servido (si ha servido), y el segundo es el supuesto de que la universidad tenga que responder de manera pragmática a ciertas necesidades sociales. Pero la literatura, para mí felizmente, siempre seguirá siendo literatura pura, algo que en términos pragmáticos no sirve para nada. Para lo único que sirven los egresados de ciertas disciplinas es para enseñar esas disciplinas, para formar otros como él que no tengan función aparente dentro del mercado de trabajo. Es desgraciadamente así y la universidad no tiene nada que ofrecer como alternativa, plantearlo de otra manera sería un error de perspectiva». Claro como el agua. Los llamados a seguir este tipo de carreras, que están en alza desde hace dos años deben saber desde el principio que si se quieren dedicar a lo que la universidad les brinda, será a leer y a enseñar más adelante. Desgraciadamente hacerlo ahora en el Perú es casi un suicidio. Vivir de enseñar sólo en la universidad una carrera así -a menos que se sea profesor principal a tiempo completo de la PUC y con remuneración por cargo- es en la práctica imposible.
Muchos de los literatos son el ejemplo perfecto del pluriempleado: además de enseñar en la universidad, lo hacen en institutos, academias, ejercen el periodismo o trabajan «cachueleando» donde se pueda. ¿Y tiempo para leer? That is the question. En el mejor de los casos al caer la noche, apenas un par de horitas antes de dormir; en el peor, durante los tediosos -y peligrosos- viajes en combi. La investigación literaria está siempre en manos de los más osados que, además de pluriempleados, estudian un doctorado o maestría en la mismísima patria tierra.
Por supuesto hay muchos que han salido del país con becas, pero los que permanecen aquí deben esforzarse el triple por mantenerse al día en los avances de la disciplina, que son múltiples en estos últimos años. Pero, ¿vale la pena mantenerse puro?, ¿será alguna vez posible dedicarse a un empleo, además de la universidad, vinculado íntimamente con lo que apasiona a un literato: leer ficción?
Antonio Cornejo Polar, destacado crítico literario y catedrático en la Universidad de Berkeley, plantea una salida viable y digna, relacionada también con la empresa privada: «Se debería de tomar en cuenta todo lo referente a la cultura escrita: cursos, talleres, programas para formar gente vinculada a la producción del libro: desde correctores de estilo hasta directores literarios de editoriales, todo el mundo del libro podría ser un campo de aplicación. Lo mismo podría pensarse del periodismo cultural. En general, pienso que debería de haber una apertura a lo que podríamos llamar la cultura de la letra».
Pero mientras la cultura de la letra, las editoriales y la producción de libros sea restringida, la sociedad sigue reclamando de los humanistas una pragmática efectiva vinculada a una función específica en el mercado. Esta exigencia no tiene sentido y a pesar de que la ponen sobre el tapete ahora los neoliberales, como señala Cornejo Polar, ha sido resuelta hace siglos aceptando que no todos tenemos que ser absolutamente funcionales respecto a la sociedad. «Estudiar humanidades -señala Cornejo- es igual que estudiar matemática pura o física teórica; no todo tiene que tener una función que uno pueda medir en soles. Las letras y las ciencias sociales son aptitudes humanas, que funcionan como necesidades para la gente, y que se cubren a través de conocimientos que aparentemente son inútiles pero sin los cuales la humanidad no sería tal».
Rocío Silva-Santisteban
«Papá, quiero estudiar historia». El padre del supuesto futuro historiador podría caer sobre su escritorio tras un colapso nervioso. «¿Historia?» diría, «pero si eso no sirve para nada». Y es verdad, pero desde cierto punto de vista. Para los empresarios tradicionales o los ingenieros severos, las carreras de humanidades y sociales así como las de letras no sirven para nada, porque no producen ese ansiado rédito que, tras años de inversión universitaria, algunos progenitores poco flexibles esperan recibir de sus hijos. Pero desde el otro lado de la orilla -el del hijo, el de la humanidad- estas carreras permiten la formación de profesionales y pensadores que expliquen el mundo desde sus esencias, desde sus procesos internos, desde el tiempo que les toca vivir. Como lo sostiene el historiador mexicano Ernesto de la Torre «los estudios históricos son necesarios para interpretar a la humanidad y para evitar que se manipule la realidad».
La historia, la filosofía, la literatura, la antropología, la sociología y toda una serie de disciplinas que conforman el amplio espectro de las ciencias sociales, las humanidades y las letras son profesiones que en un país como el nuestro se ven cuestionadas por abanderados del neoliberalismo por su falta de efectividad pragmática. Pero como dice Abelardo Oquendo, profesor principal de literatura, «querer ser pragmático es querer destruir la universidad. Yo me niego, me resisto siquiera a mirarlo de ese modo».
Tradicionalmente se ha calificado a estas profesiones como intelectuales o académicas, cuyo ejercicio fundamental se sostiene en el plano de la inteligencia, sin intereses subyugantes de utilidad inmediata. Pero esta es sólo una posición. Pues hoy, lo demuestran los hechos, muchas de las personas que se dedican a estas áreas del pensamiento pueden jugar un rol importante en el propio desarrollo de la empresa, entrando a plantear nuevas formas de interrelación con la realidad ultradinámica. Como lo sostiene lúcidamente Augusto Alvarez Rodrich de Apoyo: «siento que hoy en día tal como operan las empresas, se demanda un servicio multidisciplinario. Personas con esos estudios tienen un potencial muy alto».
Por supuesto, los grados de interrelación con las demandas de la sociedad están ligados íntimamente a sus necesidades preferenciales. En el Perú es imprescindible dar prioridad a urgencias profesionales, pero no porque entremos en una fiebre neoliberal debemos desdeñar las carreras que de alguna forma han permitido que el hombre se eleve sobre la máquina. No tendría sentido tampoco plantear el fomento de disciplinas como la literatura, pero mantener a los pocos estudiosos de esa área es substancial, para poder repetir como Vallejo «son pocos, pero son».
Sociólogos en la Backus
La sociología tuvo su gran etapa de crecimiento durante la década de los 70. En 1976, según un informe del CONUP 5795 personas estudiaban esta disciplina. GRADE señala que el año 1965, 20 personas ingresaron a esta carrera; en 1975, 1064; y en 1980, 1489. El año 1991 ingresaron sólo 779, es decir, que después de varios años de crecimiento sostenido se produce el crak - sonido parecido al de un ladrillo del Muro cayendo al suelo- y las expectativas por ser sociólogo disminuyen considerablemente.
Gonzalo Portocarrero, exdecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica, explica este fenómeno: «A mediados y fines de los 80 se produce un bajón en los estudiantes de sociales por diferentes motivos: la crisis económica, la dificultad de encontrar trabajo, la pérdida de relevancia del discurso sociológico de inspiración marxista, la crisis de la izquierda. Todo esto provocó una pérdida de glamour en las ciencias sociales».
¿Y qué pasó con todos esos sociólogos de los 70? En realidad las cifras son engañosas, porque si bien es cierto que muchos ingresaron a estudiar esta carrera, pocos terminaron y muchos se desviaron a diferentes actividades, la principal de ellas: la militancia partidaria.
Un sociólogo, que fungió de alumno durante la etapa que podríamos llamar de transición (1988-1992) y que prefiere mantenerse en el anonimato, confiesa que escogió sociología «inquietado porque era una carrera que me acercaba a la discusión política y a la preocupación por lo social. Lo curioso es que el perfil de la gente que estudiaba sociología en esa época era todavía el de personas preocupadas por la transformación, por entender el país y entender las macroestructuras». Pero la cosa cambia lentamente después de la crisis del socialismo y del paradigma marxista. «Es allí que empiezan los estudios de las subjetividades, de las múltiples realidades. Recuerdo que uno de mis profesores, Guillermo Nugent, decía que no entendía cómo era posible que todavía hubiera sociólogos que vieran a la realidad como una palta con una sola pepa, cuando para él la realidad es una chirimoya».
Hoy en día los sociólogos palteados tienen la obligación de ponerse las pilas, pero además los prejuicios en torno a esta profesión deben descartarse porque no permiten que los cambios introducidos sean viables. «Cuando les presentas el cartón de sociólogo no se imaginan quién es, se piensa que es alguien que ha leído a Marta Harnecker siete veces y con eso no sirve...», dice Alvarez Rodrich explicando el prejuicio de los empresarios.
Pero las cosas han variado substancialmente. Los sociólogos «posmodernos», por decirlo de alguna manera, deben estar preparados para asumir los retos de una sociedad ágil, dinámica y de continuo cambio como la nuestra.
«¿En qué puede trabajar un sociólogo hoy en día? Lo fundamental en cualquier empresa es el marketing y esto no es sino entender el comportamiento de la gente cuando le lanzas un producto. Un profesional de la sociología tiene mucho por aportar en ese esquema; lo que pasa es que no se necesita al típico sociólogo formado en los 70 pues en esa época te preparaban para otra cosa...» afirma Alvarez.
Según una encuesta realizada por Apoyo sobre mercado educativo, la Pontificia Universidad Católica es percibida como la mejor universidad privada, sobre todo en el área de ciencias sociales. Es seguramente por este motivo que de un total de dos mil bachilleres de sociología, el 90 % tiene trabajo en su especialidad, y de ellos el 45 % trabaja en ONGs.
Este año el plan de estudios de ciencias sociales ha sido reformado totalmente, incorporándose nuevos cursos electivos para que sean los mismos alumnos lo que vayan armando, según sus intereses, su propia formación. Aldo Panfichi, coordinador del área de Sociología en la Faculta de CCSS de la PUC, señala que el cambio de perspectiva se centra en la flexibilidad, reforzando el núcleo central de la formación, pero planteando diversos registros en el análisis desde diferentes metodologías.
Asimismo, Portocarrero agrega: «se están abriendo nuevas vetas para los sociólogos en el Estado y en la empresa privada, por ejemplo, para entender a la empresa no sólo como una reunión de gente sino como personas que deben crear una cultura institucional con consecuencias directas en la productividad y la rentabilidad. La sociología trata de crear un diseño de la empresa a partir de una identificación con ella en lugar de verla como algo hostil. En estos momentos varios de nuestros estudiantes están haciendo prácticas en la Volvo y en la Backus».
Pero como sostiene nuestro joven sociólogo anónimo: «es importante distinguir la cuestión teórica de la laboral, los cambios de ahora se producen porque la preocupación de la Universidad se centra en pensar "uy... en qué van a trabajar nuestros muchachos". Lo que ahora necesitamos es un cambio de perspectivas, un giro radical que nos reoriente».
Interdisciplina: humanismo futurista
Casi todos los entrevistados han pronunciado una palabra que parece clave para entender al científico social del año 2000: interdisciplina. Todos han insistido en que para el mundo del futuro se requieren personas que tengan la formación adecuada para adaptarse a los cambios: pensamiento sintético e integrador, habilidad para encontrar soluciones a problemas nuevos, manejo y proceso de información, manejo además de las disciplinas afines y la tecnología informática de punta, de elementos de física, ecología, matemáticas y lógica. ¿Supersociólogo? No, simplemente lo que Macera ha denominado un científico social polivalente.
Así, entonces, sería imprescindible desarrollar cursos que vinculen unas disciplinas con otras, pero no sólo yuxtaponiéndolas sino integrándolas. El intelectual de hoy en día debe ser una persona con gran solvencia en su especialidad, pero que al mismo tiempo mantenga una curiosidad permanente y una capacidad de relacionar las diversas áreas del conocimiento. Durante mucho tiempo la realidad ha sido parcelada por las distintas disciplinas y se puso énfasis en lo específico; ahora la idea es manejar lo específico pero con un criterio amplio para engarzarlo con lo general.
Esta idea aparentemente vanguardista no tiene nada de novedosa. Es, en el fondo, un intento de retorno a la esencia misma de la universidad: la concepción orgánica del saber. Lo que Tomás Moro y Erasmo de Rotterdam pusieron de moda hace cientos de años: el humanismo.
Puros a pesar de todo
Entre las carreras de letras y humanidades han sido múltiples las ramificaciones que han surgido con los años. Por ejemplo, etnología y antropología formaban antes (en los años 40) parte de historia, pero como cursos de últimos ciclos en sus planes de estudio.
Las ramificaciones se han producido generalmente por el desarrollo de ciertos sectores del conocimiento o por la necesidad práctica de otros, como por ejemplo las carreras de comunicación social. Durante muchos años los periodistas aprendían en la práctica y generalmente eran personas que habían estudiado alguna carrera de letras, que manejaban bien el idioma y que poseían una inquietud por la investigación casi detectivesca. Entonces eran enrolados en los distintos medios y aprendían en la calle. O también se trataba de personas apasionadas por la literatura, con un manejo admirable del lenguaje, pero que no veían posibilidades cercanas de vivir de ella, como es el caso de Vallejo, Valdelomar y mucho más cerca del propio Mario Vargas Llosa en sus años iniciales.
Hoy en día el panorama ha cambiado avasalladoramente y los periodistas hasta se especializan en ciertas subcategorías como medios audiovisuales o prensa. Los literatos que pretendían vivir de esta suerte de contacto esporádico con la realidad se ven desfasados.
Entonces, la pregunta natural que surge de este nuevo orden de cosas, sería: ¿qué pueden ofrecer las universidades para que las personas que se dedican a las carreras de humanidades «duras» -como las denomina Patricia de Arregui en Quehacer 99-, es decir a la filosofía, la linguística o la literatura, puedan encontrar un territorio propicio para poner en práctica, más allá de la enseñanza, estos conocimientos?
Abelardo Oquendo es tajante al respecto: «eso tiene para mí dos supuestos: uno, que la literatura deba servir para algo más allá de lo que siempre ha servido (si ha servido), y el segundo es el supuesto de que la universidad tenga que responder de manera pragmática a ciertas necesidades sociales. Pero la literatura, para mí felizmente, siempre seguirá siendo literatura pura, algo que en términos pragmáticos no sirve para nada. Para lo único que sirven los egresados de ciertas disciplinas es para enseñar esas disciplinas, para formar otros como él que no tengan función aparente dentro del mercado de trabajo. Es desgraciadamente así y la universidad no tiene nada que ofrecer como alternativa, plantearlo de otra manera sería un error de perspectiva». Claro como el agua. Los llamados a seguir este tipo de carreras, que están en alza desde hace dos años deben saber desde el principio que si se quieren dedicar a lo que la universidad les brinda, será a leer y a enseñar más adelante. Desgraciadamente hacerlo ahora en el Perú es casi un suicidio. Vivir de enseñar sólo en la universidad una carrera así -a menos que se sea profesor principal a tiempo completo de la PUC y con remuneración por cargo- es en la práctica imposible.
Muchos de los literatos son el ejemplo perfecto del pluriempleado: además de enseñar en la universidad, lo hacen en institutos, academias, ejercen el periodismo o trabajan «cachueleando» donde se pueda. ¿Y tiempo para leer? That is the question. En el mejor de los casos al caer la noche, apenas un par de horitas antes de dormir; en el peor, durante los tediosos -y peligrosos- viajes en combi. La investigación literaria está siempre en manos de los más osados que, además de pluriempleados, estudian un doctorado o maestría en la mismísima patria tierra.
Por supuesto hay muchos que han salido del país con becas, pero los que permanecen aquí deben esforzarse el triple por mantenerse al día en los avances de la disciplina, que son múltiples en estos últimos años. Pero, ¿vale la pena mantenerse puro?, ¿será alguna vez posible dedicarse a un empleo, además de la universidad, vinculado íntimamente con lo que apasiona a un literato: leer ficción?
Antonio Cornejo Polar, destacado crítico literario y catedrático en la Universidad de Berkeley, plantea una salida viable y digna, relacionada también con la empresa privada: «Se debería de tomar en cuenta todo lo referente a la cultura escrita: cursos, talleres, programas para formar gente vinculada a la producción del libro: desde correctores de estilo hasta directores literarios de editoriales, todo el mundo del libro podría ser un campo de aplicación. Lo mismo podría pensarse del periodismo cultural. En general, pienso que debería de haber una apertura a lo que podríamos llamar la cultura de la letra».
Pero mientras la cultura de la letra, las editoriales y la producción de libros sea restringida, la sociedad sigue reclamando de los humanistas una pragmática efectiva vinculada a una función específica en el mercado. Esta exigencia no tiene sentido y a pesar de que la ponen sobre el tapete ahora los neoliberales, como señala Cornejo Polar, ha sido resuelta hace siglos aceptando que no todos tenemos que ser absolutamente funcionales respecto a la sociedad. «Estudiar humanidades -señala Cornejo- es igual que estudiar matemática pura o física teórica; no todo tiene que tener una función que uno pueda medir en soles. Las letras y las ciencias sociales son aptitudes humanas, que funcionan como necesidades para la gente, y que se cubren a través de conocimientos que aparentemente son inútiles pero sin los cuales la humanidad no sería tal».
martes, 8 de diciembre de 2009
Perú: Una economía vulnerable y al garete
Teófilo Bellido
Contrariando el discurso triunfalista de Alan García respecto a la fuerza y crecimiento de la economía peruana, Michael Porter, considerado a nivel mundial un gurú en estrategia y competitividad de las economías globalizadas, ha sostenido que el Perú atraviesa tiempos económicamente peligrosos debido a que las fuerzas que explican el crecimiento de los últimos años no son sostenibles por ser cortoplacistas, no generan competitividad y carecen de rumbo definido. El espacio de su disertación fue el seminario internacional “Claves de una estrategia corporativa”, organizado recientemente por la Universidad del Pacífico e Interbank en la ciudad de Lima. Michael Porter de 61 años, es profesor y director del Instituto para la Estrategia y la Competitividad de la Universidad de Harvard, Estados Unidos de Norteamérica.
Ante un sorprendido auditorio colmado de adalides empresarios, altos ejecutivos de la empresa privada y las finanzas, y dándole lecciones al Ministro de Economía, Porter, señaló con meridiana claridad que “El Perú ha crecido mucho en los últimos años, pero ese crecimiento no se ha reflejado en la mayoría de la población”. Una clara reprobación a las políticas económicas implementadas por la trilogía Fujimori -Toledo y García, empecinados en aferrarse al fundamentalismo neoliberal, crecimiento favorable a un reducido grupo económico y financiero, en tanto se acrecienta la brecha de la desigualdad económica y social, en esencia generadora de los conflictos sociales. Una economía que no genera desarrollo igualitario por la inequidad redistributiva que la alimenta, primando la voracidad empresarial de enriquecimiento.
Mientras exista ese tipo de redistribución, los esfuerzos del gobierno y el coro que lo acompaña con la “teoría” que en algún momento el modelo económico va a “chorrear” para los trabajadores y la mayoría de la población, no tiene sustento alguno.
A la charlatanería de la fortaleza en las exportaciones, el profesor de la Harvard Business School , autor de 16 libros, sostuvo que “El Perú ha vivido una ilusión exportadora en los últimos años, porque esta variable se ha incrementado principalmente por el aumento de precios de las materias primas en el mercado internacional, mientras que las exportaciones de productos con valor agregado y de servicios casi se ha estancado”. Por lo tanto, se confirma que estamos frente a una economía frágil debido al patrón primario exportador que la sustenta, modelo que para nada nos conduce al desarrollo, salvo a un reducido grupo favorecido por los precios de los recursos explotados.
De igual modo aseveró que “…En términos de tecnología Perú no ha avanzado en este siglo y no apunta hacia ninguna parte, y mas bien retrocede”.
Al referirse a la inversión extranjera, a la que Alan García en su afán servil y violentando muchas veces la soberanía y los intereses nacionales, invoca sin límites y condiciones como la panacea para la solución del tema empleo y desarrollo del país, Porter señaló “…al Perú no vienen inversiones para crear nuevas empresas, sino para comprar negocios ya existentes. La inversión extranjera debería estar construyendo nuevas fábricas, creando nuevas tecnologías y experiencias, pero eso no está sucediendo, lo cual es un signo peligroso porque significa que los inversionistas extranjeros que quieran construir fábricas no están pensando en el Perú”.
La baja productividad, competitividad y un entorno desfavorable para los negocios, además de la pésima educación, mal sistema de salud, deficiente infraestructura física y el elevado nivel de corrupción atentan contra el desarrollo que se debe generar, según relató Michael Porter. Además, manifestó que el débil sistema legal, la estabilidad política, la falta de eficacia de los derechos de propiedad y la excesiva burocracia para el sector privado juegan en contra de Perú.
Una alocución que golpea en el rostro del inquilino de palacio y su séquito del Poder Ejecutivo, la derecha y la mafia corrupta que cogobierna el país. Un discurso al que la prensa sometida prefiere disimular o tratarla muy suavemente para no irritar las iras de sus amos.
No es pues que sólo la izquierda o una voz antisistema cuestione al modelo económico que se implementa en el Perú, cuyas consecuencias desfavorables recaen en los sectores más desposeídos y pueblos marginados del interior del país. Son los propios teóricos de la globalización, los capos del management internacional quienes apuntan contra un mal insostenible, sin futuro, al que sólo defienden quienes viven y engordan a su sombra.
No se trata únicamente de mejorar el modelo ni apuntalar el sistema, se trata de realizar profundos cambios económicos, sociales y políticos orientados a la transformación radical de nuestra sociedad. Ello exige persistir en la lucha frontal contra el modelo económico neoliberal, acumulando todas las fuerzas posibles para abrir el paso a un nuevo gobierno que concrete los cambios de fondo que el país demanda. La unidad más amplia de las fuerzas democráticas, nacionalistas y de izquierda, los trabajadores y sectores sociales emergentes que luchan por el cambio, está a la orden del día.
Contrariando el discurso triunfalista de Alan García respecto a la fuerza y crecimiento de la economía peruana, Michael Porter, considerado a nivel mundial un gurú en estrategia y competitividad de las economías globalizadas, ha sostenido que el Perú atraviesa tiempos económicamente peligrosos debido a que las fuerzas que explican el crecimiento de los últimos años no son sostenibles por ser cortoplacistas, no generan competitividad y carecen de rumbo definido. El espacio de su disertación fue el seminario internacional “Claves de una estrategia corporativa”, organizado recientemente por la Universidad del Pacífico e Interbank en la ciudad de Lima. Michael Porter de 61 años, es profesor y director del Instituto para la Estrategia y la Competitividad de la Universidad de Harvard, Estados Unidos de Norteamérica.
Ante un sorprendido auditorio colmado de adalides empresarios, altos ejecutivos de la empresa privada y las finanzas, y dándole lecciones al Ministro de Economía, Porter, señaló con meridiana claridad que “El Perú ha crecido mucho en los últimos años, pero ese crecimiento no se ha reflejado en la mayoría de la población”. Una clara reprobación a las políticas económicas implementadas por la trilogía Fujimori -Toledo y García, empecinados en aferrarse al fundamentalismo neoliberal, crecimiento favorable a un reducido grupo económico y financiero, en tanto se acrecienta la brecha de la desigualdad económica y social, en esencia generadora de los conflictos sociales. Una economía que no genera desarrollo igualitario por la inequidad redistributiva que la alimenta, primando la voracidad empresarial de enriquecimiento.
Mientras exista ese tipo de redistribución, los esfuerzos del gobierno y el coro que lo acompaña con la “teoría” que en algún momento el modelo económico va a “chorrear” para los trabajadores y la mayoría de la población, no tiene sustento alguno.
A la charlatanería de la fortaleza en las exportaciones, el profesor de la Harvard Business School , autor de 16 libros, sostuvo que “El Perú ha vivido una ilusión exportadora en los últimos años, porque esta variable se ha incrementado principalmente por el aumento de precios de las materias primas en el mercado internacional, mientras que las exportaciones de productos con valor agregado y de servicios casi se ha estancado”. Por lo tanto, se confirma que estamos frente a una economía frágil debido al patrón primario exportador que la sustenta, modelo que para nada nos conduce al desarrollo, salvo a un reducido grupo favorecido por los precios de los recursos explotados.
De igual modo aseveró que “…En términos de tecnología Perú no ha avanzado en este siglo y no apunta hacia ninguna parte, y mas bien retrocede”.
Al referirse a la inversión extranjera, a la que Alan García en su afán servil y violentando muchas veces la soberanía y los intereses nacionales, invoca sin límites y condiciones como la panacea para la solución del tema empleo y desarrollo del país, Porter señaló “…al Perú no vienen inversiones para crear nuevas empresas, sino para comprar negocios ya existentes. La inversión extranjera debería estar construyendo nuevas fábricas, creando nuevas tecnologías y experiencias, pero eso no está sucediendo, lo cual es un signo peligroso porque significa que los inversionistas extranjeros que quieran construir fábricas no están pensando en el Perú”.
La baja productividad, competitividad y un entorno desfavorable para los negocios, además de la pésima educación, mal sistema de salud, deficiente infraestructura física y el elevado nivel de corrupción atentan contra el desarrollo que se debe generar, según relató Michael Porter. Además, manifestó que el débil sistema legal, la estabilidad política, la falta de eficacia de los derechos de propiedad y la excesiva burocracia para el sector privado juegan en contra de Perú.
Una alocución que golpea en el rostro del inquilino de palacio y su séquito del Poder Ejecutivo, la derecha y la mafia corrupta que cogobierna el país. Un discurso al que la prensa sometida prefiere disimular o tratarla muy suavemente para no irritar las iras de sus amos.
No es pues que sólo la izquierda o una voz antisistema cuestione al modelo económico que se implementa en el Perú, cuyas consecuencias desfavorables recaen en los sectores más desposeídos y pueblos marginados del interior del país. Son los propios teóricos de la globalización, los capos del management internacional quienes apuntan contra un mal insostenible, sin futuro, al que sólo defienden quienes viven y engordan a su sombra.
No se trata únicamente de mejorar el modelo ni apuntalar el sistema, se trata de realizar profundos cambios económicos, sociales y políticos orientados a la transformación radical de nuestra sociedad. Ello exige persistir en la lucha frontal contra el modelo económico neoliberal, acumulando todas las fuerzas posibles para abrir el paso a un nuevo gobierno que concrete los cambios de fondo que el país demanda. La unidad más amplia de las fuerzas democráticas, nacionalistas y de izquierda, los trabajadores y sectores sociales emergentes que luchan por el cambio, está a la orden del día.
viernes, 20 de noviembre de 2009
Razones de geopolítica en las relaciones peruano-chilenas
Pacto de no agresión sin disuasión
Embajador Oswaldo de Rivero.
Los pactos de no agresión se supone que son entre países que tienen temor de agredirse. Implican así la existencia de una disuasión mutua. Sin embargo, en el caso del Perú y Chile, debido a la actual correlación de fuerzas militares, nuestro país no disuade a Chile. Entonces, un pacto de no agresión en estas condiciones sería un pacto asimétrico, que sólo expresaría el temor del Perú a ser agredido. Una confirmación pública que estamos disuadidos y que la paz en el Pacífico sudamericano depende ahora de la hegemonía militar chilena.
Felizmente Chile se equivocó y no aceptó el pacto asimétrico propuesto por el Perú. Si lo hubiera hecho, habría legitimado su hegemonía militar.
En las actuales circunstancias un verdadero pacto de no agresión con Chile sería muy difícil. Sólo posible si éste congela sus adquisiciones militares por un buen lapso de tiempo y reconoce durante ese periodo el derecho del Perú a modernizar su defensa nacional. Sólo un pacto así, que busca la simetría, a través del equilibrio militar, permitiría una disuasión mutua que garantizaría la paz. Sin embargo, Chile nunca lo va aceptar porque lo que pretende es que su relación con el Perú marche siempre signada por su hegemonía militar.
Ahora, el Perú pretendería una suerte de pacto de no agresión en Sudamérica. Sin embargo, esta propuesta no tiene mensaje sudamericano porque en verdad no hay ni un solo casus belli en la región. Todos los países saben que es una propuesta basada en el temor del Perú frente al armamentismo chileno. Y nadie se va comprar el pleito, menos el Brasil, que viene de rearmarse como Chile, va permitir que surja una presión sudamericana contra la modernización militar. Tampoco Venezuela y Colombia que están en pleno rearme. La verdad es que el Perú no tiene poder para impedir este proceso de modernización de las defensas nacionales sudamericanas.
También pretender un pacto de no agresión en Sudamérica tiene un mal mensaje para nuestra “relación especial” con el Brasil. Implícitamente se le está diciendo a éste que no tiene capacidad para establecer una paz brasilera porque existe una carrera armamentista (Brasil incluido). Que su iniciativa, el Consejo de Defensa Sudamericano, no sirve porque hay que hacer que nuestros países pacten por enésima vez la no agresión ya pactada entre ellos en la ONU, la OEA, el TIAR y la UNASUR, como si estuviéramos al borde de la guerra por toda Sudamérica.
Esta iniciativa del pacto de no agresión ha sido estratégicamente mal pensada o no pensada. Si queremos la paz con Chile no hay otro camino que la disuasión porque nuestra debilidad es precisamente la fuente de potenciales incidentes armados en torno del caso en La Haya. En vez de embarcarnos en piruetas diplomáticas y lamentos que no llevan a nada hay que practicar una realpolitk dotando también al Perú con una defensa nacional moderna frente a la preocupante hegemonía militar chilena. Ya es hora.
Embajador Oswaldo de Rivero.
Los pactos de no agresión se supone que son entre países que tienen temor de agredirse. Implican así la existencia de una disuasión mutua. Sin embargo, en el caso del Perú y Chile, debido a la actual correlación de fuerzas militares, nuestro país no disuade a Chile. Entonces, un pacto de no agresión en estas condiciones sería un pacto asimétrico, que sólo expresaría el temor del Perú a ser agredido. Una confirmación pública que estamos disuadidos y que la paz en el Pacífico sudamericano depende ahora de la hegemonía militar chilena.
Felizmente Chile se equivocó y no aceptó el pacto asimétrico propuesto por el Perú. Si lo hubiera hecho, habría legitimado su hegemonía militar.
En las actuales circunstancias un verdadero pacto de no agresión con Chile sería muy difícil. Sólo posible si éste congela sus adquisiciones militares por un buen lapso de tiempo y reconoce durante ese periodo el derecho del Perú a modernizar su defensa nacional. Sólo un pacto así, que busca la simetría, a través del equilibrio militar, permitiría una disuasión mutua que garantizaría la paz. Sin embargo, Chile nunca lo va aceptar porque lo que pretende es que su relación con el Perú marche siempre signada por su hegemonía militar.
Ahora, el Perú pretendería una suerte de pacto de no agresión en Sudamérica. Sin embargo, esta propuesta no tiene mensaje sudamericano porque en verdad no hay ni un solo casus belli en la región. Todos los países saben que es una propuesta basada en el temor del Perú frente al armamentismo chileno. Y nadie se va comprar el pleito, menos el Brasil, que viene de rearmarse como Chile, va permitir que surja una presión sudamericana contra la modernización militar. Tampoco Venezuela y Colombia que están en pleno rearme. La verdad es que el Perú no tiene poder para impedir este proceso de modernización de las defensas nacionales sudamericanas.
También pretender un pacto de no agresión en Sudamérica tiene un mal mensaje para nuestra “relación especial” con el Brasil. Implícitamente se le está diciendo a éste que no tiene capacidad para establecer una paz brasilera porque existe una carrera armamentista (Brasil incluido). Que su iniciativa, el Consejo de Defensa Sudamericano, no sirve porque hay que hacer que nuestros países pacten por enésima vez la no agresión ya pactada entre ellos en la ONU, la OEA, el TIAR y la UNASUR, como si estuviéramos al borde de la guerra por toda Sudamérica.
Esta iniciativa del pacto de no agresión ha sido estratégicamente mal pensada o no pensada. Si queremos la paz con Chile no hay otro camino que la disuasión porque nuestra debilidad es precisamente la fuente de potenciales incidentes armados en torno del caso en La Haya. En vez de embarcarnos en piruetas diplomáticas y lamentos que no llevan a nada hay que practicar una realpolitk dotando también al Perú con una defensa nacional moderna frente a la preocupante hegemonía militar chilena. Ya es hora.
domingo, 8 de noviembre de 2009
REFLEXIONES EN TORNO A LA INCLUSIÓN Y SUS IMPLICANCIAS EN LA BÚSQUEDA DE OPCIONES DE DESARROLLO SUSTENTABLE
Rodrigo Arce Rojas
Cuando alguien se refiere a la inclusión social está haciendo alusión a un concepto positivo que alude a que todas las personas deben tener los mismos derechos, las oportunidades y posibilidades para desarrollarse plenamente. Es un concepto que compartimos. No obstante, quisiera profundizar el análisis en tanto se plantea la necesidad de avanzar hacia un desarrollo inclusivo.
Tendríamos que empezar entendiendo los conceptos. Incluir alude a la idea de contener, circunscribir, considerar, tomar en cuenta. Por su parte la palabra inclusión hace referencia a introducción, inserción, implantación entre otros significados. En esencia el sentido de la inclusión es formar parte de un todo.
Ahora bien, si yo planteo ser incluido, estoy queriendo decir:
• Considérame
• Tenme presente
• Tenme en cuenta
• Hazme partícipe
O dicho de otra forma:
• No te olvides de mí
• Recuerda que existo
Ahora revisemos lo que sucede con la palabra exclusión que implica separación, eliminación, descarte, sustracción. Quiere decir entonces que las personas o grupos que son excluyentes están obrando bajo alguna de las siguientes premisas:
• Aquí estamos completos
• Somos los que somos y los que deberíamos estar
En otras palabras están diciendo a los excluidos:
• No existes
• No eres
• No estás
Quiere decir entonces que en el binomio inclusión-exclusión existen las siguientes ideas centrales:
• El mundo está dividido entre incluidos y los excluidos
• Hay un modelo, situación o condición ideal en el que sólo participan los incluidos
• Hay personas o grupos que desean ser incluidos en tal modelo, situación o condición ideal.
Inmediatamente la mente evoca una serie de palabras vinculadas a esta situación: egoísmo, segregación, discriminación, racismo, favoritismo. La pregunta inmediata es: ¿Por qué se da esta situación? Algunas de las respuestas que podríamos ensayar son:
• El temor a lo desconocido
• La seudo-especiación que realiza el hombre ante sus diferentes
• El confort de lo homogéneo
• Privilegio para el ejercicio de derechos
Una expresión que grafica muy bien esta situación es: “todos somos iguales, aunque unos más iguales que otros”. Tal situación nos lleva a reconocer que la “situación ideal” de privilegio tiene dos características: aquella situación que queremos que sea y aquella situación que realmente es. Una cosa es por ejemplo la democracia soñada y otra cosa es el ejercicio real de la democracia en nuestros países.
Pero no es sólo querer ser incluido pues se dan casos donde ya estás incluido aún cuando tú no seas consciente de ello. Una cosa es que tú tengas control sobre tu espacio vital y otra cosa es que ya estés incluido en el ámbito de dominio del otro. Se produce entonces un proceso de enajenación en el que ya no eres dueño ni siquiera de tus decisiones aunque creas tenerlo. Se trata entonces un proceso marcado por las diferencias de poder. Hay otros que toman decisiones que te afectan o toman decisiones por ti aunque no lo sepas o no lo desees. Bajo tal contexto debes revisar tu ejercicio de autodeterminación.
También se pueden dar casos donde estás excluido aunque pienses o sientas que estás incluido. En algunos casos te toleran pero no necesariamente te respetan. No te reconocen como sujeto político. Te ven pero no te miran, te oyen pero no te escuchan.
Así mismo se constatan otras situaciones: crisis política, crisis ecológica, crisis económica y crisis moral que obliga a repensar el modelo civilizatorio y movimiento bidireccional entre el mundo oficial y el mundo real. Por ejemplo pobladores urbanos que buscan la paz bucólica del mundo rural, indígenas que forman pueblos en las ciudades, citadinos que buscan experiencias sensoriales y espirituales de los pueblos indígenas, indígenas que abandonan sus prácticas de solidaridad y reciprocidad, pobladores que regresan al trueque como medio de interrelación económica en propuestas de economía solidaria, sólo por mencionar algunos casos.
Las preguntas que brotan enseguida son:
• ¿A qué me quiero incluir?
• ¿Quién incluye a quién?
• ¿Quién excluye a quién?
Significa entonces que el binomio inclusión-exclusión:
• Está definido por las relaciones de poder
• No necesariamente es un tema cuantitativo de mayorías o minorías
• Se producen inclusiones y exclusiones conscientes e inconscientes
• No existe una única direccionalidad, a veces los prejuicios se dan en ambos sentidos.
• No necesariamente la condición buscada es la mejor condición en términos de sustentabilidad
• La condición ideal no es un proceso acabado y está en permanente construcción, deconstrucción y reconstrucción.
Así como hay una escala entre la tolerancia y el respeto (como condición superior) habría también que re-significar la inclusión. Compartiendo su sentido original habría que incluir algunos aspectos tales como:
• De la aceptación de la Multiculturalidad a la pluriculturalidad y a la interculturalidad
• Del conocimiento y reconocimiento a la valoración del otro en cuanto a sujeto político pleno de derechos individuales y colectivos
• De la aceptación de la diversidad a la valoración de la sociodiversidad y demodiversidad como capital cultural para la búsqueda de propuesta de modelos de desarrollo contextuales.
• Del valor de la diferencia a la valoración genuina de las cosmovisiones y cosmosentires que de cuenta de las múltiples formas de expresión y manifestación de la humanidad en su conjunto como gran familia de nuestra morada común que es el planeta tierra.
La inclusión por tanto no es una concesión o un favor que hace un grupo al otro. Refiere fundamentalmente a un tema de equidad y de derechos humanos entendidos con enfoque de interculturalidad. No se trata por tanto de procesos de uniformización, integración o asimilación sino de administración consciente del valor de la diversidad, las diferencias y la importancia fundamental del respeto.
Estas ideas tienen aplicación en todo orden de la vida humana pues no se trata únicamente “cómo te incluyo” en mi paradigma sino precisamente cómo favorezco para que los diferentes paradigmas puedan conversar y encontrar puentes que contribuyan a propuestas de bienestar, buen vivir, la vida buena, modelo que no se agota en un enfoque antropocéntrico y hay la necesidad de una mirada y un sentimiento cosmocéntrico.
Cuando alguien se refiere a la inclusión social está haciendo alusión a un concepto positivo que alude a que todas las personas deben tener los mismos derechos, las oportunidades y posibilidades para desarrollarse plenamente. Es un concepto que compartimos. No obstante, quisiera profundizar el análisis en tanto se plantea la necesidad de avanzar hacia un desarrollo inclusivo.
Tendríamos que empezar entendiendo los conceptos. Incluir alude a la idea de contener, circunscribir, considerar, tomar en cuenta. Por su parte la palabra inclusión hace referencia a introducción, inserción, implantación entre otros significados. En esencia el sentido de la inclusión es formar parte de un todo.
Ahora bien, si yo planteo ser incluido, estoy queriendo decir:
• Considérame
• Tenme presente
• Tenme en cuenta
• Hazme partícipe
O dicho de otra forma:
• No te olvides de mí
• Recuerda que existo
Ahora revisemos lo que sucede con la palabra exclusión que implica separación, eliminación, descarte, sustracción. Quiere decir entonces que las personas o grupos que son excluyentes están obrando bajo alguna de las siguientes premisas:
• Aquí estamos completos
• Somos los que somos y los que deberíamos estar
En otras palabras están diciendo a los excluidos:
• No existes
• No eres
• No estás
Quiere decir entonces que en el binomio inclusión-exclusión existen las siguientes ideas centrales:
• El mundo está dividido entre incluidos y los excluidos
• Hay un modelo, situación o condición ideal en el que sólo participan los incluidos
• Hay personas o grupos que desean ser incluidos en tal modelo, situación o condición ideal.
Inmediatamente la mente evoca una serie de palabras vinculadas a esta situación: egoísmo, segregación, discriminación, racismo, favoritismo. La pregunta inmediata es: ¿Por qué se da esta situación? Algunas de las respuestas que podríamos ensayar son:
• El temor a lo desconocido
• La seudo-especiación que realiza el hombre ante sus diferentes
• El confort de lo homogéneo
• Privilegio para el ejercicio de derechos
Una expresión que grafica muy bien esta situación es: “todos somos iguales, aunque unos más iguales que otros”. Tal situación nos lleva a reconocer que la “situación ideal” de privilegio tiene dos características: aquella situación que queremos que sea y aquella situación que realmente es. Una cosa es por ejemplo la democracia soñada y otra cosa es el ejercicio real de la democracia en nuestros países.
Pero no es sólo querer ser incluido pues se dan casos donde ya estás incluido aún cuando tú no seas consciente de ello. Una cosa es que tú tengas control sobre tu espacio vital y otra cosa es que ya estés incluido en el ámbito de dominio del otro. Se produce entonces un proceso de enajenación en el que ya no eres dueño ni siquiera de tus decisiones aunque creas tenerlo. Se trata entonces un proceso marcado por las diferencias de poder. Hay otros que toman decisiones que te afectan o toman decisiones por ti aunque no lo sepas o no lo desees. Bajo tal contexto debes revisar tu ejercicio de autodeterminación.
También se pueden dar casos donde estás excluido aunque pienses o sientas que estás incluido. En algunos casos te toleran pero no necesariamente te respetan. No te reconocen como sujeto político. Te ven pero no te miran, te oyen pero no te escuchan.
Así mismo se constatan otras situaciones: crisis política, crisis ecológica, crisis económica y crisis moral que obliga a repensar el modelo civilizatorio y movimiento bidireccional entre el mundo oficial y el mundo real. Por ejemplo pobladores urbanos que buscan la paz bucólica del mundo rural, indígenas que forman pueblos en las ciudades, citadinos que buscan experiencias sensoriales y espirituales de los pueblos indígenas, indígenas que abandonan sus prácticas de solidaridad y reciprocidad, pobladores que regresan al trueque como medio de interrelación económica en propuestas de economía solidaria, sólo por mencionar algunos casos.
Las preguntas que brotan enseguida son:
• ¿A qué me quiero incluir?
• ¿Quién incluye a quién?
• ¿Quién excluye a quién?
Significa entonces que el binomio inclusión-exclusión:
• Está definido por las relaciones de poder
• No necesariamente es un tema cuantitativo de mayorías o minorías
• Se producen inclusiones y exclusiones conscientes e inconscientes
• No existe una única direccionalidad, a veces los prejuicios se dan en ambos sentidos.
• No necesariamente la condición buscada es la mejor condición en términos de sustentabilidad
• La condición ideal no es un proceso acabado y está en permanente construcción, deconstrucción y reconstrucción.
Así como hay una escala entre la tolerancia y el respeto (como condición superior) habría también que re-significar la inclusión. Compartiendo su sentido original habría que incluir algunos aspectos tales como:
• De la aceptación de la Multiculturalidad a la pluriculturalidad y a la interculturalidad
• Del conocimiento y reconocimiento a la valoración del otro en cuanto a sujeto político pleno de derechos individuales y colectivos
• De la aceptación de la diversidad a la valoración de la sociodiversidad y demodiversidad como capital cultural para la búsqueda de propuesta de modelos de desarrollo contextuales.
• Del valor de la diferencia a la valoración genuina de las cosmovisiones y cosmosentires que de cuenta de las múltiples formas de expresión y manifestación de la humanidad en su conjunto como gran familia de nuestra morada común que es el planeta tierra.
La inclusión por tanto no es una concesión o un favor que hace un grupo al otro. Refiere fundamentalmente a un tema de equidad y de derechos humanos entendidos con enfoque de interculturalidad. No se trata por tanto de procesos de uniformización, integración o asimilación sino de administración consciente del valor de la diversidad, las diferencias y la importancia fundamental del respeto.
Estas ideas tienen aplicación en todo orden de la vida humana pues no se trata únicamente “cómo te incluyo” en mi paradigma sino precisamente cómo favorezco para que los diferentes paradigmas puedan conversar y encontrar puentes que contribuyan a propuestas de bienestar, buen vivir, la vida buena, modelo que no se agota en un enfoque antropocéntrico y hay la necesidad de una mirada y un sentimiento cosmocéntrico.
sábado, 31 de octubre de 2009
LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA COMO EJE DEL DESARROLLO SOCIAL
Un desafió por fortalecer las capacidades desde un enfoque territorial.
Lic. Dony A. Callupe Laureano[1]
INTRODUCCION
La participación ciudadana directa es un factor esencial para que los espacios locales se conviertan en un nuevo status de desarrollo social y humano, por lo que se hace relevante identificar cuales son los requisitos básicos con los que se debe contar como sociedad para avanzar en esta dirección, la Participación Social activa. En este sentido es necesario contar con voluntades personales y con institucionalidades establecidas que faciliten dicha participación.
En tal sentido el presente ensayo trata de demostrar que un factor primordial para el desarrollo local es la participación ciudadana como gestor de ciudadanía y promoción de capacidades, con un enfoque territorial.
En esta lógica es que la iniciativa de desarrollar una actividad donde, "mediante el trabajo en común de maestros y discípulos", se debata, discuta y se adiestre a los participantes en los conceptos y herramientas existentes que apunten a conseguir un DESARROLLO LOCAL PARTICIPATIVO[2].
ANTECEDENTES
La participación ciudadana es un concepto determinado históricamente, pero también se ve afectado por diferentes corrientes de pensamiento[3]. Por estas razones, para poder explicar la evolución de la participación ciudadana en nuestro país, es necesario, además de hacer un recuento histórico de sus momentos clave, revisar el desarrollo teórico por el que ha pasado este concepto. Este repaso servirá para identificar cuáles fueron las corrientes ideológicas que le han dado fundamento y legitimidad a la participación.
En las últimas dos décadas se ha afianzado el proceso de democratización en la mayor parte del mundo. Si bien algunos países aún siguen en el proceso de la transición o apenas están aprendiendo a vivir bajo el nuevo régimen, otras naciones ya se han topado con ciertos límites y con los retos que la democracia representativa conlleva. Al mismo tiempo, las sociedades, y de manera paralela, la democracia están en constante evolución, lo cual implica una continua redefinición de las necesidades y demandas de los ciudadanos. Entre más exigente sea la ciudadanía, más amplias serán sus expectativas y demandas respecto de la democracia. Si antes la sociedad sólo exigía que su voto contara, ahora se demandan "bienes" asociados con la llamada democracia sustantiva, tales como el bienestar social y una mayor influencia en la definición de las políticas públicas.
La democracia siempre se ha asociado con participación ciudadana. No obstante, el tema cobró importancia cuando, a pesar de contar con un sistema democrático, las sociedades de algunos países no se sentían satisfechas con las consecuencias negativas que la democracia podía presentar, lo que provocó una crisis de satisfacción y desilusión de este sistema de gobierno.
Para Iván Escobar, entre las causas de esta crisis se pueden mencionar: el incumplimiento por parte del gobierno de los principios de igualdad y libertad; el desprestigio de la clase política causada por la imposición de intereses personales o de grupo; el aumento de congresos desvinculados de la ciudadanía que los eligió; la existencia de grupos oligárquicos; la falta de representatividad de los partidos políticos; el dominio total de la vida política por parte de partidos políticos cerrados y que no practican la democracia interna; el predominio de la política mercadotécnica y un Estado debilitado ante los efectos de la globalización[4].
Para dar respuesta al creciente descontento resultante de esta crisis, se introdujo el concepto de democracia ampliada o democracia de ciudadanía, el cual no sólo implica la participación de la sociedad a través del voto, sino que introduce otros derechos y una nueva relación entre los ciudadanos y el gobierno[5].
Por ejemplo, de acuerdo con Kofi Annan, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), "la democratización verdadera es algo más que las elecciones"[4], es decir que las elecciones por si mismas no garantizan la democracia, sino que son parte de un proceso más amplio. Es por esto que, como se puede ver en el cuadro 2.1, en 1999 la ONU, a través de su Comisión de Derechos Humanos, publicó su lista de derechos democráticos, entre los cuales está el derecho al voto, pero también el derecho a recibir y difundir información, el derecho a la participación política, y el derecho a tener un gobierno transparente, entre otros.
Desde otra perspectiva, más amplia que la anterior, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) establece en su Informe sobre la democracia en América Latina 2004 el concepto de ciudadanía integral, el cual implica que los ciudadanos puedan ejercer sin límites sus derechos civiles, sociales y políticos[6]. Un régimen que asegure estos tres tipos de derechos a su sociedad, ya no es una democracia electoral, sino una democracia de ciudadanía[7].
APORTES TEÓRICOS.
¿Que es desarrollo local?[8].
Desarrollo local no es únicamente desarrollo municipal. El sistema productivo local, que incluye entre otros elementos, el conjunto de relaciones y eslabonamientos productivos y comerciales relevantes para explicar la eficiencia productiva y competitividad de la base económica de un determinado territorio, no tiene porqué coincidir con las fronteras o delimitaciones administrativas de un municipio o provincia.
Desarrollo local no es sólo desarrollo endógeno. Muchas iniciativas de desarrollo local se basan también en el aprovechamiento de oportunidades de dinamismo exógeno. Lo importante es saber "endogeneizar" dichas oportunidades externas dentro de una estrategia de desarrollo decidida localmente.
El desarrollo local es un enfoque territorial y de "abajo-arriba" , pero debe buscar también intervenciones de los restantes niveles decisionales del Estado (provincia, región y nivel central) que faciliten el logro de los objetivos de la estrategia de desarrollo local. Se precisa, pues, de una eficiente coordinación de los diferentes niveles territoriales de las administraciones públicas y de un contexto integrado coherente de las diferentes políticas de desarrollo entre esos niveles. Las decisiones de "arriba-abajo" son también importantes para el enfoque del desarrollo local.
Asimismo, hay que añadir que el desarrollo local no se limita exclusivamente al desarrollo económico local. Se trata de un enfoque integrado en el cual deben considerarse igualmente los aspectos ambientales, culturales, sociales, institucionales y de desarrollo humano del ámbito territorial respectivo.
Es una convicción personal el creer que es posible ejercer una democracia participativa con una sociedad comprometida con su desarrollo, es decir, una comunidad responsable para informarse, opinar y ser protagonista del avance propio y del de la nación entera. Este cambio de enfoque, ya no centrado en la simple representació n, es el principio fundamental de quienes llevamos adelante esta iniciativa.
Lo territorial un enfoque de desarrollo[9].
La definición se posa sobre lo territorial, aparece la caracterizació n de los niveles. Según Esser y otros (citado por Bervejillo 1995) el espacio meso es aquel donde los actores se relacionan cara a cara, "el Estado y los actores sociales negocian las necesarias políticas de apoyo e impulsan la formación social de estructuras" 11. Se diferencia del contexto macro que presiona a las empresas para que mejoren su perfomance y el nivel micro, los programas o acciones que procuran eficiencia, dirigidos a poblaciones objetivo. Lo local coincidiría con el espacio meso, siendo así el lugar de encuentro de actores diversos, un espacio de articulación de intereses y proyectos comunes.
Defino lo local desde la hipótesis de lo que denomino "gobierno de lo local", que resulta de "una combinación todavía no conocida de cogestión entre gobierno formal local y comunidad". Parto de la premisa que en todo "local" hay una forma estatal (y por ende gobierno formal), esto es, no hay un local debajo de un nivel mínimo de gobierno descentralizado y en todo "local" hay una forma social (y por ende una comunidad organizada) que se articulan y producen un "gobierno de lo local". Con esta definición alcanzo como "locales" a diversas situaciones que son algo más que el gobierno municipal (o que cualquier otro nivel descentralizado de gobierno), por que incluyo a la sociedad.
Aunque en su versión simplificada el concepto arrastre siempre hacia la imagen de un municipio o de una localidad bien definida en lo físico, y en el extremo, a un municipio que es localidad o una localidad que es municipio, lo local no puede quedar necesariamente enmarcado en una localidad. Por el contrario puede tratarse de un espacio dentro de la localidad o bien un área microregional que (el valle del mantaro - Hyo) integra a varias localidades.
El Desarrollo Local Participativo (DLP)[10].
Cuando analizamos a este autor recrea una combinación de ciudadania y participación donde conceptualiza que son iniciativas locales de grupos sociales presentes en una determinada zona geográfica, que propendan a la expansión de capacidades y favorezcan el despliegue de las potencialidades del ser humano.
El Desarrollo Local Participativo (DLP), son las iniciativas locales de grupos sociales presentes en una determinada zona geográfica, que propendan a la expansión de capacidades y favorezcan el despliegue de las potencialidades del ser humano. En este sentido, el DLP, apoya la ejecución de iniciativas de grupos sociales, sobre una amplia coordinación interinstitucional, en el marco de la participación ciudadana como política de los gobiernos democráticos y manejando con un enfoque de sostenibilidad, la diversidad de recursos naturales existentes.
Estas iniciativas deberán ser identificadas y priorizadas dentro de un proceso de concertación y diálogo liderado por las organizaciones de base de activa participación política, económica y social. Queremos poner énfasis en que no solo se trata de la ejecución de proyectos con un enfoque local o micro, sino también la conceptualizació n estratégica de proyectos de importancia regional y nacional.
En el DLP es un proceso de concertación y diálogo, participan miembros de los grupos sociales, instituciones del Estado, sociedad civil y sector privado. El apoyo a iniciativas locales se sustenta en la existencia de pueblos con identidad y cultura, que poseen un conjunto de conocimientos y habilidades relevantes para el desarrollo local y la sostenibilidad de sus espacios. Apoyar el DLP, o dicho de otro modo, apoyar y potenciar iniciativas locales, debe contribuir además a mitigar actividades productivas y de servicios no sostenibles.
El DLP es el apoyo a iniciativas locales, que busca con la participación activa del poblador local, facilitar su auto desarrollo, lograr su autonomía y libertad. En este sentido, el desafío mayor es diseñar estrategias coherentes, entregando beneficio neto a través de aportes y ejecución de proyectos en el mediano y largo plazo, creando capacidad de gestión local. El DLP, no busca aplicar recetas ni plantillas comunes para encontrar y resolver los problemas existentes. La idea es respetar, las identidades culturales, sociales, económicas y ambientales, diferenciando lo que es la asistencia y buscando libertad e integridad en las acciones; es decir, fomentando el autodesarrollo. La estrategia del DLP se orienta a conseguir una acción colectiva, de tal modo que la población local mejore sus condiciones de vida, con ética, inteligencia y eficacia.
ALGUNOS ELEMENTOS PERSONALES A TOMAR EN CUENTA
Existen elementos primordiales que se tiene que fortalecer y poner en práctica en un proceso de desarrollo local donde van a determinar, a fin de cuentas, el modelo de gestión del desarrollo que será conducido por la municipalidad y la sociedad civil. Hay por lo menos cuatro elementos claves para asegurar la gestión participativa de desarrollo local:
1. El liderazgo del proceso (en este caso la municipalidad y líderes de base) debe tener un objetivo político claro y debe ser capaz de transmitirlo a la población.
2. Es necesario determinar las herramientas a ser utilizadas en el proceso. Por ejemplo la concertación de actores, en tanto permite articular esfuerzos y construir alianzas; o en el caso del presupuesto participativo, que define un " espacio", un mecanismo institucional para la decisión de la población sobre el gasto público. En ambos casos se abren canales de participación ciudadana que se van institucionalizando a partir de espacios públicos donde se discute y construyen consensos.
3. Las instancias de decisión deben ser claras, así como los roles de cada actor en el proceso, de manera tal que los actores puedan determinar qué es negociable y qué no.
Los instrumentos de una gestión participativa apuntan importantes del desarrollo local: el fortalecimiento de las capacidades de gestión de la municipalidad; y el fortalecimiento de las competencias de los actores locales, convirtiéndose en interlocutores con poder y legitimidad ante el gobierno.
CONCLUSIONES:
En el presente ensayo se ha respondido a la interrogante planteada en la introducción donde se concluye que, es necesario fortalecer ciertas capacidades en la sociedad civil.
· Una de ellas, evidentemente, es la ciudadanía, requisito fundamental para la concertación. La ciudadanía es un principio de igualdad. Es un estatus que garantiza a los individuos iguales derechos y deberes, libertades y restricciones, poderes y responsabilidades. Pero la ciudadanía es, al mismo tiempo, la actualización (la puesta en práctica) de estas dimensiones en una comunidad. Por eso la ciudadanía no es sólo un estatus legal, sino la pertenencia y participación de los ciudadanos en una comunidad. La pertenencia implica una identidad compartida y una convicción subjetiva del derecho a intervenir en la determinación de las condiciones de su propio desarrollo. Sin embargo, la ciudadanía en un país como el Perú no viene con la partida de nacimiento. Depende de ciertas condiciones materiales y sociales que la mayoría de sus habitantes, pobres y marginados del "mercado", no posee.
Otro componente importante de la ciudadanía es el de la representació n, segundo requisito para la concertación. La democratizació n de la sociedad peruana puede verse no sólo (y no tanto) en el reconocimiento formal de la igualdad ante la ley sino en el aumento de la capacidad asociativa de los miembros de la sociedad. Esto nos lleva al tema de la organización, y de cuáles son sus niveles de representació n hoy en día.
· Una de las características de los sectores populares en nuestro país es su capacidad de organización mostrada durante décadas. El movimiento popular se construyó a partir de estas organizaciones que se nuclearon en torno a las necesidades básicas de las poblaciones pobres. La organización de los setenta se daba en torno a un agrupamiento territorial, y se denominaba organización vecinal (dado que representaba a un grupo de vecinos ante las autoridades) . A medida que la ciudad se ha desarrollado, se han multiplicado y diversificado las necesidades e intereses de los habitantes. En sus inicios, la organización vecinal era capaz de aglutinar las demandas de los pobladores que giraban en torno a las necesidades básicas. En la actualidad, los intereses de los productores, comerciantes, padres de familia, mujeres, jóvenes y niños no se orientan en una misma dirección, y las asociaciones existentes no han logrado canalizar sus expectativas. En conclusión el tejido social se ha hecho más denso y la representació n social ha visto seriamente afectada porque no se ha adecuado a esa "densidad".
Por tanto, los procesos democráticos y de participación para el desarrollo local requieren de tres condiciones básicas para ser exitosos: que existan ciudadanos, que existan organizaciones y que existan instituciones. Es más: a la vez que son condiciones, estos procesos contribuyen a generar ciudadanía, a fortalecer el tejido social y a crear instituciones. Se trata entonces de procesos sistémicos: cuando el sistema funciona (es decir resuelve los problemas de la comunidad), se logra que las personas crean en él.
REFLEXIONES FINALES.
Los procesos de gestión participativa, se han convertido también en proceso de aprendizaje, y van generando una serie de beneficios como son el fortalecimiento de los actores y la promoción de la ciudadanía en el seno de la comunidad, la mejora de la gobernabilidad en la ciudad, por el hecho de que se refuerzan los acuerdos entre los diferentes actores sociales, públicos y privados, y la acción concertada que multiplica – y no sólo suma - los recursos existentes y aumenta la eficiencia y la legitimidad del gobierno local.
La participación en el proceso de planificación del desarrollo local debe estar articulada a la institucionalizació n de las prácticas democráticas de la sociedad civil. Las organizaciones más tradicionales van adquiriendo una nueva dinámica y se van generando otros espacios organizativos en función los nuevos intereses de los diferentes grupos existentes.
El espacio local no tiene sentido sin el espacio mayor[11] con el que se articula. Las condiciones básicas para una gestión local participativa y democrática, dependen del espacio mayor para lograr ser sostenibles en el tiempo. Si bien esto es cierto, también lo es que cada vez más ciertos procesos participativos a nivel local están contribuyendo con fuerza a cambiar procesos nacionales. Cada vez más gobiernos locales entienden que una gestión participativa les otorga mayor legitimidad y hace más eficiente la gobernabilidad local.
BIBLIOGRAFIA:
*Arocena, José 1995 "El desarrollo local, un desafío contemporáneo" (Venezuela: Nueva Sociedad).
*Funtowicz Silvio y De Marchi Bruna 2000 "Ciencia posnormal, complejidad reflexiva y sustentabilidad" en La complejidad ambiental Enrique Leff comp. (SIGLO XXI: México)
*Poggiese, Héctor et alli 1999 "El papel de las redes en desarrollo local como prácticas asociadas entre estado y sociedad" en Los Noventa... D. Filmus comp. (Eudeba/FLACSO: Bs.As.)
*Poggiese. Héctor 2000 "Movimientos sociales, formulación de políticas y redes mixtas socio-gubernamental es para un nuevo "saber-hacer" en la gestión de la ciudad" (CLACSO:Bs.As. ), en prensa.
*ALBUQUERQUE, Francisco, 1994: "Apuntes sobre estrategia competitiva internacional y papel de las regiones". Cuadernos del ILPES, Santiago de Chile.
*AROCENA José, 1896: Le développement par l'initiative locale. Le cas français., L'Harmattan, Paris.
*BARREIRO, Fernando, 1998: "Los agentes de desarrollo". Cuadernos del CLAEH, N° 45/46, Montevideo, Uruguay.
*BERVEJILLO Federico, 1995: "Nuevos procesos y estrategias de desarrollo. Territorios en la globalización" , en Revista PRISMA, Universidad Católica del Uruguay, Montevideo.
*DE MATTOS Carlos, 1994: "Capital, población y territorio en la América Austral, ¿dispersión o concentración? .Ponencia presentada en el Seminario "Distribución y movilidad territorial de la población y desarrollo humano", Bariloche, Argentina.
MCLCP, Informe anual 2006 - PCM.
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[1] Sociólogo, Especialista en Políticas Sociales con mención en Infancia y Juventud, estudios de Maestría en Economía con Mención en Desarrollo Regional y Local.
[2] Gestión Local participativa, Mariana Llona, DESCO
[3] Natacha Molina, "participació n ciudadana, género y participación de la mujer" en Primer seminario conceptual sobre participación ciudadana y evaluación de políticas públicas, FLACSO, s/f, en http://www.eurosur. org/FLACSO/ confere2. htm (consulta: 4 noviembre 2005).
[4] Iván Escobar, "El sistema representativo y la democracia semidirecta" en Hugo Concha Cantú, coord., Sistema representativo y democracia semidirecta, UNAM, México, 2002, 136.
[5] PNUD, Informe sobre la democracia en América Latina: Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos, 2004, 44 y 54.
[6] Kofi Annan, en "Informe sobre la democracia en América Latina: Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos", 2004, 47.
[7] Según lo establecido en el PNUD, los derechos civiles son las garantías contra la opresión; los derechos sociales son el acceso al bienestar y los derechos políticos implican permitir a los ciudadanos ser parte de las decisiones públicas.
[8] Arocena, José 1995 "El desarrollo local, un desafío contemporáneo" (Venezuela :Nueva Sociedad)
[9] BERVEJILLO Federico, 1995: "Nuevos procesos y estrategias de desarrollo. Territorios en la globalización" , en Revista PRISMA, Universidad Católica del Uruguay, Montevideo, N° 4.
[10] DE MATTOS Carlos, 1994: "Capital, población y territorio en la América Austral, ¿dispersión o concentración? .Ponencia presentada en el Seminario "Distribución y movilidad territorial de la población y desarrollo humano", Bariloche, Argentina.
[11] Informe Anual de la MCLCP 2006 Lima.
Lic. Dony A. Callupe Laureano[1]
INTRODUCCION
La participación ciudadana directa es un factor esencial para que los espacios locales se conviertan en un nuevo status de desarrollo social y humano, por lo que se hace relevante identificar cuales son los requisitos básicos con los que se debe contar como sociedad para avanzar en esta dirección, la Participación Social activa. En este sentido es necesario contar con voluntades personales y con institucionalidades establecidas que faciliten dicha participación.
En tal sentido el presente ensayo trata de demostrar que un factor primordial para el desarrollo local es la participación ciudadana como gestor de ciudadanía y promoción de capacidades, con un enfoque territorial.
En esta lógica es que la iniciativa de desarrollar una actividad donde, "mediante el trabajo en común de maestros y discípulos", se debata, discuta y se adiestre a los participantes en los conceptos y herramientas existentes que apunten a conseguir un DESARROLLO LOCAL PARTICIPATIVO[2].
ANTECEDENTES
La participación ciudadana es un concepto determinado históricamente, pero también se ve afectado por diferentes corrientes de pensamiento[3]. Por estas razones, para poder explicar la evolución de la participación ciudadana en nuestro país, es necesario, además de hacer un recuento histórico de sus momentos clave, revisar el desarrollo teórico por el que ha pasado este concepto. Este repaso servirá para identificar cuáles fueron las corrientes ideológicas que le han dado fundamento y legitimidad a la participación.
En las últimas dos décadas se ha afianzado el proceso de democratización en la mayor parte del mundo. Si bien algunos países aún siguen en el proceso de la transición o apenas están aprendiendo a vivir bajo el nuevo régimen, otras naciones ya se han topado con ciertos límites y con los retos que la democracia representativa conlleva. Al mismo tiempo, las sociedades, y de manera paralela, la democracia están en constante evolución, lo cual implica una continua redefinición de las necesidades y demandas de los ciudadanos. Entre más exigente sea la ciudadanía, más amplias serán sus expectativas y demandas respecto de la democracia. Si antes la sociedad sólo exigía que su voto contara, ahora se demandan "bienes" asociados con la llamada democracia sustantiva, tales como el bienestar social y una mayor influencia en la definición de las políticas públicas.
La democracia siempre se ha asociado con participación ciudadana. No obstante, el tema cobró importancia cuando, a pesar de contar con un sistema democrático, las sociedades de algunos países no se sentían satisfechas con las consecuencias negativas que la democracia podía presentar, lo que provocó una crisis de satisfacción y desilusión de este sistema de gobierno.
Para Iván Escobar, entre las causas de esta crisis se pueden mencionar: el incumplimiento por parte del gobierno de los principios de igualdad y libertad; el desprestigio de la clase política causada por la imposición de intereses personales o de grupo; el aumento de congresos desvinculados de la ciudadanía que los eligió; la existencia de grupos oligárquicos; la falta de representatividad de los partidos políticos; el dominio total de la vida política por parte de partidos políticos cerrados y que no practican la democracia interna; el predominio de la política mercadotécnica y un Estado debilitado ante los efectos de la globalización[4].
Para dar respuesta al creciente descontento resultante de esta crisis, se introdujo el concepto de democracia ampliada o democracia de ciudadanía, el cual no sólo implica la participación de la sociedad a través del voto, sino que introduce otros derechos y una nueva relación entre los ciudadanos y el gobierno[5].
Por ejemplo, de acuerdo con Kofi Annan, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), "la democratización verdadera es algo más que las elecciones"[4], es decir que las elecciones por si mismas no garantizan la democracia, sino que son parte de un proceso más amplio. Es por esto que, como se puede ver en el cuadro 2.1, en 1999 la ONU, a través de su Comisión de Derechos Humanos, publicó su lista de derechos democráticos, entre los cuales está el derecho al voto, pero también el derecho a recibir y difundir información, el derecho a la participación política, y el derecho a tener un gobierno transparente, entre otros.
Desde otra perspectiva, más amplia que la anterior, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) establece en su Informe sobre la democracia en América Latina 2004 el concepto de ciudadanía integral, el cual implica que los ciudadanos puedan ejercer sin límites sus derechos civiles, sociales y políticos[6]. Un régimen que asegure estos tres tipos de derechos a su sociedad, ya no es una democracia electoral, sino una democracia de ciudadanía[7].
APORTES TEÓRICOS.
¿Que es desarrollo local?[8].
Desarrollo local no es únicamente desarrollo municipal. El sistema productivo local, que incluye entre otros elementos, el conjunto de relaciones y eslabonamientos productivos y comerciales relevantes para explicar la eficiencia productiva y competitividad de la base económica de un determinado territorio, no tiene porqué coincidir con las fronteras o delimitaciones administrativas de un municipio o provincia.
Desarrollo local no es sólo desarrollo endógeno. Muchas iniciativas de desarrollo local se basan también en el aprovechamiento de oportunidades de dinamismo exógeno. Lo importante es saber "endogeneizar" dichas oportunidades externas dentro de una estrategia de desarrollo decidida localmente.
El desarrollo local es un enfoque territorial y de "abajo-arriba" , pero debe buscar también intervenciones de los restantes niveles decisionales del Estado (provincia, región y nivel central) que faciliten el logro de los objetivos de la estrategia de desarrollo local. Se precisa, pues, de una eficiente coordinación de los diferentes niveles territoriales de las administraciones públicas y de un contexto integrado coherente de las diferentes políticas de desarrollo entre esos niveles. Las decisiones de "arriba-abajo" son también importantes para el enfoque del desarrollo local.
Asimismo, hay que añadir que el desarrollo local no se limita exclusivamente al desarrollo económico local. Se trata de un enfoque integrado en el cual deben considerarse igualmente los aspectos ambientales, culturales, sociales, institucionales y de desarrollo humano del ámbito territorial respectivo.
Es una convicción personal el creer que es posible ejercer una democracia participativa con una sociedad comprometida con su desarrollo, es decir, una comunidad responsable para informarse, opinar y ser protagonista del avance propio y del de la nación entera. Este cambio de enfoque, ya no centrado en la simple representació n, es el principio fundamental de quienes llevamos adelante esta iniciativa.
Lo territorial un enfoque de desarrollo[9].
La definición se posa sobre lo territorial, aparece la caracterizació n de los niveles. Según Esser y otros (citado por Bervejillo 1995) el espacio meso es aquel donde los actores se relacionan cara a cara, "el Estado y los actores sociales negocian las necesarias políticas de apoyo e impulsan la formación social de estructuras" 11. Se diferencia del contexto macro que presiona a las empresas para que mejoren su perfomance y el nivel micro, los programas o acciones que procuran eficiencia, dirigidos a poblaciones objetivo. Lo local coincidiría con el espacio meso, siendo así el lugar de encuentro de actores diversos, un espacio de articulación de intereses y proyectos comunes.
Defino lo local desde la hipótesis de lo que denomino "gobierno de lo local", que resulta de "una combinación todavía no conocida de cogestión entre gobierno formal local y comunidad". Parto de la premisa que en todo "local" hay una forma estatal (y por ende gobierno formal), esto es, no hay un local debajo de un nivel mínimo de gobierno descentralizado y en todo "local" hay una forma social (y por ende una comunidad organizada) que se articulan y producen un "gobierno de lo local". Con esta definición alcanzo como "locales" a diversas situaciones que son algo más que el gobierno municipal (o que cualquier otro nivel descentralizado de gobierno), por que incluyo a la sociedad.
Aunque en su versión simplificada el concepto arrastre siempre hacia la imagen de un municipio o de una localidad bien definida en lo físico, y en el extremo, a un municipio que es localidad o una localidad que es municipio, lo local no puede quedar necesariamente enmarcado en una localidad. Por el contrario puede tratarse de un espacio dentro de la localidad o bien un área microregional que (el valle del mantaro - Hyo) integra a varias localidades.
El Desarrollo Local Participativo (DLP)[10].
Cuando analizamos a este autor recrea una combinación de ciudadania y participación donde conceptualiza que son iniciativas locales de grupos sociales presentes en una determinada zona geográfica, que propendan a la expansión de capacidades y favorezcan el despliegue de las potencialidades del ser humano.
El Desarrollo Local Participativo (DLP), son las iniciativas locales de grupos sociales presentes en una determinada zona geográfica, que propendan a la expansión de capacidades y favorezcan el despliegue de las potencialidades del ser humano. En este sentido, el DLP, apoya la ejecución de iniciativas de grupos sociales, sobre una amplia coordinación interinstitucional, en el marco de la participación ciudadana como política de los gobiernos democráticos y manejando con un enfoque de sostenibilidad, la diversidad de recursos naturales existentes.
Estas iniciativas deberán ser identificadas y priorizadas dentro de un proceso de concertación y diálogo liderado por las organizaciones de base de activa participación política, económica y social. Queremos poner énfasis en que no solo se trata de la ejecución de proyectos con un enfoque local o micro, sino también la conceptualizació n estratégica de proyectos de importancia regional y nacional.
En el DLP es un proceso de concertación y diálogo, participan miembros de los grupos sociales, instituciones del Estado, sociedad civil y sector privado. El apoyo a iniciativas locales se sustenta en la existencia de pueblos con identidad y cultura, que poseen un conjunto de conocimientos y habilidades relevantes para el desarrollo local y la sostenibilidad de sus espacios. Apoyar el DLP, o dicho de otro modo, apoyar y potenciar iniciativas locales, debe contribuir además a mitigar actividades productivas y de servicios no sostenibles.
El DLP es el apoyo a iniciativas locales, que busca con la participación activa del poblador local, facilitar su auto desarrollo, lograr su autonomía y libertad. En este sentido, el desafío mayor es diseñar estrategias coherentes, entregando beneficio neto a través de aportes y ejecución de proyectos en el mediano y largo plazo, creando capacidad de gestión local. El DLP, no busca aplicar recetas ni plantillas comunes para encontrar y resolver los problemas existentes. La idea es respetar, las identidades culturales, sociales, económicas y ambientales, diferenciando lo que es la asistencia y buscando libertad e integridad en las acciones; es decir, fomentando el autodesarrollo. La estrategia del DLP se orienta a conseguir una acción colectiva, de tal modo que la población local mejore sus condiciones de vida, con ética, inteligencia y eficacia.
ALGUNOS ELEMENTOS PERSONALES A TOMAR EN CUENTA
Existen elementos primordiales que se tiene que fortalecer y poner en práctica en un proceso de desarrollo local donde van a determinar, a fin de cuentas, el modelo de gestión del desarrollo que será conducido por la municipalidad y la sociedad civil. Hay por lo menos cuatro elementos claves para asegurar la gestión participativa de desarrollo local:
1. El liderazgo del proceso (en este caso la municipalidad y líderes de base) debe tener un objetivo político claro y debe ser capaz de transmitirlo a la población.
2. Es necesario determinar las herramientas a ser utilizadas en el proceso. Por ejemplo la concertación de actores, en tanto permite articular esfuerzos y construir alianzas; o en el caso del presupuesto participativo, que define un " espacio", un mecanismo institucional para la decisión de la población sobre el gasto público. En ambos casos se abren canales de participación ciudadana que se van institucionalizando a partir de espacios públicos donde se discute y construyen consensos.
3. Las instancias de decisión deben ser claras, así como los roles de cada actor en el proceso, de manera tal que los actores puedan determinar qué es negociable y qué no.
Los instrumentos de una gestión participativa apuntan importantes del desarrollo local: el fortalecimiento de las capacidades de gestión de la municipalidad; y el fortalecimiento de las competencias de los actores locales, convirtiéndose en interlocutores con poder y legitimidad ante el gobierno.
CONCLUSIONES:
En el presente ensayo se ha respondido a la interrogante planteada en la introducción donde se concluye que, es necesario fortalecer ciertas capacidades en la sociedad civil.
· Una de ellas, evidentemente, es la ciudadanía, requisito fundamental para la concertación. La ciudadanía es un principio de igualdad. Es un estatus que garantiza a los individuos iguales derechos y deberes, libertades y restricciones, poderes y responsabilidades. Pero la ciudadanía es, al mismo tiempo, la actualización (la puesta en práctica) de estas dimensiones en una comunidad. Por eso la ciudadanía no es sólo un estatus legal, sino la pertenencia y participación de los ciudadanos en una comunidad. La pertenencia implica una identidad compartida y una convicción subjetiva del derecho a intervenir en la determinación de las condiciones de su propio desarrollo. Sin embargo, la ciudadanía en un país como el Perú no viene con la partida de nacimiento. Depende de ciertas condiciones materiales y sociales que la mayoría de sus habitantes, pobres y marginados del "mercado", no posee.
Otro componente importante de la ciudadanía es el de la representació n, segundo requisito para la concertación. La democratizació n de la sociedad peruana puede verse no sólo (y no tanto) en el reconocimiento formal de la igualdad ante la ley sino en el aumento de la capacidad asociativa de los miembros de la sociedad. Esto nos lleva al tema de la organización, y de cuáles son sus niveles de representació n hoy en día.
· Una de las características de los sectores populares en nuestro país es su capacidad de organización mostrada durante décadas. El movimiento popular se construyó a partir de estas organizaciones que se nuclearon en torno a las necesidades básicas de las poblaciones pobres. La organización de los setenta se daba en torno a un agrupamiento territorial, y se denominaba organización vecinal (dado que representaba a un grupo de vecinos ante las autoridades) . A medida que la ciudad se ha desarrollado, se han multiplicado y diversificado las necesidades e intereses de los habitantes. En sus inicios, la organización vecinal era capaz de aglutinar las demandas de los pobladores que giraban en torno a las necesidades básicas. En la actualidad, los intereses de los productores, comerciantes, padres de familia, mujeres, jóvenes y niños no se orientan en una misma dirección, y las asociaciones existentes no han logrado canalizar sus expectativas. En conclusión el tejido social se ha hecho más denso y la representació n social ha visto seriamente afectada porque no se ha adecuado a esa "densidad".
Por tanto, los procesos democráticos y de participación para el desarrollo local requieren de tres condiciones básicas para ser exitosos: que existan ciudadanos, que existan organizaciones y que existan instituciones. Es más: a la vez que son condiciones, estos procesos contribuyen a generar ciudadanía, a fortalecer el tejido social y a crear instituciones. Se trata entonces de procesos sistémicos: cuando el sistema funciona (es decir resuelve los problemas de la comunidad), se logra que las personas crean en él.
REFLEXIONES FINALES.
Los procesos de gestión participativa, se han convertido también en proceso de aprendizaje, y van generando una serie de beneficios como son el fortalecimiento de los actores y la promoción de la ciudadanía en el seno de la comunidad, la mejora de la gobernabilidad en la ciudad, por el hecho de que se refuerzan los acuerdos entre los diferentes actores sociales, públicos y privados, y la acción concertada que multiplica – y no sólo suma - los recursos existentes y aumenta la eficiencia y la legitimidad del gobierno local.
La participación en el proceso de planificación del desarrollo local debe estar articulada a la institucionalizació n de las prácticas democráticas de la sociedad civil. Las organizaciones más tradicionales van adquiriendo una nueva dinámica y se van generando otros espacios organizativos en función los nuevos intereses de los diferentes grupos existentes.
El espacio local no tiene sentido sin el espacio mayor[11] con el que se articula. Las condiciones básicas para una gestión local participativa y democrática, dependen del espacio mayor para lograr ser sostenibles en el tiempo. Si bien esto es cierto, también lo es que cada vez más ciertos procesos participativos a nivel local están contribuyendo con fuerza a cambiar procesos nacionales. Cada vez más gobiernos locales entienden que una gestión participativa les otorga mayor legitimidad y hace más eficiente la gobernabilidad local.
BIBLIOGRAFIA:
*Arocena, José 1995 "El desarrollo local, un desafío contemporáneo" (Venezuela: Nueva Sociedad).
*Funtowicz Silvio y De Marchi Bruna 2000 "Ciencia posnormal, complejidad reflexiva y sustentabilidad" en La complejidad ambiental Enrique Leff comp. (SIGLO XXI: México)
*Poggiese, Héctor et alli 1999 "El papel de las redes en desarrollo local como prácticas asociadas entre estado y sociedad" en Los Noventa... D. Filmus comp. (Eudeba/FLACSO: Bs.As.)
*Poggiese. Héctor 2000 "Movimientos sociales, formulación de políticas y redes mixtas socio-gubernamental es para un nuevo "saber-hacer" en la gestión de la ciudad" (CLACSO:Bs.As. ), en prensa.
*ALBUQUERQUE, Francisco, 1994: "Apuntes sobre estrategia competitiva internacional y papel de las regiones". Cuadernos del ILPES, Santiago de Chile.
*AROCENA José, 1896: Le développement par l'initiative locale. Le cas français., L'Harmattan, Paris.
*BARREIRO, Fernando, 1998: "Los agentes de desarrollo". Cuadernos del CLAEH, N° 45/46, Montevideo, Uruguay.
*BERVEJILLO Federico, 1995: "Nuevos procesos y estrategias de desarrollo. Territorios en la globalización" , en Revista PRISMA, Universidad Católica del Uruguay, Montevideo.
*DE MATTOS Carlos, 1994: "Capital, población y territorio en la América Austral, ¿dispersión o concentración? .Ponencia presentada en el Seminario "Distribución y movilidad territorial de la población y desarrollo humano", Bariloche, Argentina.
MCLCP, Informe anual 2006 - PCM.
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[1] Sociólogo, Especialista en Políticas Sociales con mención en Infancia y Juventud, estudios de Maestría en Economía con Mención en Desarrollo Regional y Local.
[2] Gestión Local participativa, Mariana Llona, DESCO
[3] Natacha Molina, "participació n ciudadana, género y participación de la mujer" en Primer seminario conceptual sobre participación ciudadana y evaluación de políticas públicas, FLACSO, s/f, en http://www.eurosur. org/FLACSO/ confere2. htm (consulta: 4 noviembre 2005).
[4] Iván Escobar, "El sistema representativo y la democracia semidirecta" en Hugo Concha Cantú, coord., Sistema representativo y democracia semidirecta, UNAM, México, 2002, 136.
[5] PNUD, Informe sobre la democracia en América Latina: Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos, 2004, 44 y 54.
[6] Kofi Annan, en "Informe sobre la democracia en América Latina: Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos", 2004, 47.
[7] Según lo establecido en el PNUD, los derechos civiles son las garantías contra la opresión; los derechos sociales son el acceso al bienestar y los derechos políticos implican permitir a los ciudadanos ser parte de las decisiones públicas.
[8] Arocena, José 1995 "El desarrollo local, un desafío contemporáneo" (Venezuela :Nueva Sociedad)
[9] BERVEJILLO Federico, 1995: "Nuevos procesos y estrategias de desarrollo. Territorios en la globalización" , en Revista PRISMA, Universidad Católica del Uruguay, Montevideo, N° 4.
[10] DE MATTOS Carlos, 1994: "Capital, población y territorio en la América Austral, ¿dispersión o concentración? .Ponencia presentada en el Seminario "Distribución y movilidad territorial de la población y desarrollo humano", Bariloche, Argentina.
[11] Informe Anual de la MCLCP 2006 Lima.
sábado, 17 de octubre de 2009
ESTRATEGIAS PARA LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
José Luis Cozar Mata.
ESTRATEGIAS ESPECÍFICAS PARA LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DE LAS CIENCIAS SOCIALES:
El conocimiento de las Ciencias Sociales, un saber útil y necesario:
Una de las razones que explican el escaso predicamento de las disciplinas de ciencias sociales entre los estudiantes, estriba en la creencias de estos de que el saber que proporcionan estas materias es un conocimiento “ muerto”, poco útil para responder a las demandas del mundo de hoy. “ Los estudiantes tienen bastante claro que la geografía que aprenden conjuga la utilidad cultural con la inutilidad verdaderamente formativa y profesional.
La historia , la geografía y las demás ciencias sociales encierran sin lugar a dudas un valor educativo esencial para todo ciudadano en nuestro días. Debemos apuntar también hacia los aspectos relacionados con la preparación para la vida y su futuro profesional de los estudiantes, con las exigencias del mundo de hoy, pese a los problemas y condicionamientos que este mundo nos plantea.
Son innumerables los argumentos con los que se puede justificar las trascendencia de una educación en las disciplinas sociales. “ El aprendizaje de las Ciencias Sociales es importante pues desarrolla una parte esencial de nuestras capacidades, ayuda a madurar a las personas y las hace más hábiles para resolver problemas determinados en la vida cotidiana y científicos en ultimo término”.
Hoy el mundo se debate entre grandes conflictos agudizados por la generalización de sus defectos en virtud de la capacidad de divulgación y mediación que propician los procesos de interdependencia y mundialización de los medios informáticos y de comunicación.
En referencia a la historia, es notorio que la falsificación de la historia, que se escamotea ante generaciones enteras, a las que se priva de todo conocimiento veraz de sus raices, de su origen, de los pasos por los que han llegado a ser lo que son”. Solo el conocimiento de la historia nos puede poner a salvo de tanta manipulación habitual.
El adiestramiento de habilidades para la observación:
En cualquier actividad de observación se consiguen mejores resultados si previamente se tienen en cuenta consideraciones y recomendaciones como las siguientes, que son válidas tanto para la observación directa como indirecta:
- La observación se apoya en la atención y la reflexión. Por eso observar no solo es percibir una serie de sensaciones. Requiere un proceso interno y cognitivo de elaboración y aplicación de diferentes esquemas y operaciones mentales, cuyo producto final es lo que realmente forma la observación.
La observación atenta no es una cosa simple. Tiene sus bases en la curiosidad acerca de lo que está ocurriendo y que trata de reconocer incluso lo que no se ve a simple vistas. La observación atenta no es una habilidad que dejemos atrás con la edad, sino una habilidad que todo el que aprende refina continuamente a medida que atraviesa unas nuevas experiencias en contextos variados.
Las estrategias de observación pueden tener aplicaciones muy variadas y atender a objetos y campos de conocimientos muy diversos, pero en el ámbito de las Ciencias Sociales es la Geografía las disciplina que más precisa de su aplicación.
El desarrollo de las habilidades para la observación y la lectura del paisaje debe seguir un proceso de aprendizaje progresivo que, partiendo de las realidades concretas que estén a su alcance, y aprovechando la curiosidad y el interés que muestran los alumnos por los aspectos de su medio próximo debe comenzar desde los primeros cursos de Primaria aunque sea en los últimos cursos de la enseñanza obligatoria cuando pueden y deben trabajarse las observaciones con más rigor. En la Educación Secundaria y Bachillerato es cuando la forma más completa, sistemática y analítica, al haber alcanzado los alumnos las capacidades cognitivas necesarias para abordar con aprovechamiento las distintas fases que requieren una observación eficaz.
Técnicas cartográficas y de representación gráfica:
La cartografía es un instrumento significativo y útil equivale a hacer de ella un recurso práctico y habitual a la hora de interpretar los mapas que se nos presentan en multitud de ocasiones y situaciones de la vida cotidiana, en gran variedad de formatos y tipos.
Las habilidades gráficas y las técnicas propias de la ciencia geográfica junto con su estructura conceptual, son la columna vertebral de esta disciplina, y por tanto su dominio exige un entrenamiento que conlleve iniciar lo antes posible.
Puede comenzarse con la lectura de mapas simplificados, con una simbolización muy específica y reducidos elementos, ya que solo hacia los cinco-seis años los niños comienzan a desarrollar la capacidad para tratar cierta información de tipo cartográfico.
De los seis a los nueve años, los niños tienden a detenerse en pequeños detalles en el mapa, obviando los aspectos y las correlaciones de tipo general, lo que dificulta la comprensión e interpretación de los mapas de pequeña escala y, en consecuencia del manejo de los atlas. A los diez-once años de edad ya alcanzan a comprender los mapas a gran escala y en el período hipotético-deductivo pueden ser ya capaces de interpretar correctamente mapas de áreas desconocidas, pero el conocimiento y el dominio de la escala y la orientación resulta problemática hasta los dieciséis años.
Una vez que los alumnos han conocido lo elementos esenciales del lenguaje cartográfico, las prácticas sobre este recursos no debieran restringirse a ejercicios de reproducción de los mapas impresos puesto que esta tarea, como mucho, absorbe su atención por los aspectos técnicos del trabajo, pero les hace olvidar los aspectos cartográficos.
En buena medida las dificultades para la comprensión y el manejo de mapas dependen del modelo didáctico que se desarrolle, pues, mientras en unos modelos el mapa se concibe como un instrumento para identificar y localizar ( modelo tradicional), otros son más exigentes y demandan un ejercicio de mayor especificidad y conceptualización ( modelo teórico) o proyectan un conocimiento valorativo ( modelo crítico).
Al abordar las dificultades en el procesamiento de la información de un mapa geográfico, es importante considerar que la naturaleza de tales problemas se relaciona estrechamente con el tipo de procesamiento que se realiza con la información contenida en dichos materiales. Este procesamiento puede ejecutarse a distintos niveles de complejidad:
A) El procesamiento de la información explícita.
B) El procesamiento de la información implícita.
C) El procesamiento de la información conceptual.
Por otro lado el uso del mapa en el aula no debe limitarse a la clase de geografía o historia, pues otras disciplinas ayudan a su comprensión. En consecuencia, también su enseñanza requiere un tratamiento interdisciplinario que excede a las propias disciplinas sociales. Las matemáticas y el lenguaje aportan referentes para mejorar su uso dando sentido a conceptos como la escala o la descripción del contenido del mapa.
El trabajo con croquis, esquemas espaciales o maquetas facilita también la comprensión de las representaciones espaciales. Sobre todo las maquetas que al utilizar la tercera dimensión suponen un interesante recurso para introducir el concepto de curvas de nivel. La utilización sistemática del globo terráqueo y los mapas topográficos no conviene introducirlos hasta la enseñanza secundaria por su alto grado de abstracción.
ESTRATEGIAS ESPECÍFICAS PARA LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DE LAS CIENCIAS SOCIALES:
El conocimiento de las Ciencias Sociales, un saber útil y necesario:
Una de las razones que explican el escaso predicamento de las disciplinas de ciencias sociales entre los estudiantes, estriba en la creencias de estos de que el saber que proporcionan estas materias es un conocimiento “ muerto”, poco útil para responder a las demandas del mundo de hoy. “ Los estudiantes tienen bastante claro que la geografía que aprenden conjuga la utilidad cultural con la inutilidad verdaderamente formativa y profesional.
La historia , la geografía y las demás ciencias sociales encierran sin lugar a dudas un valor educativo esencial para todo ciudadano en nuestro días. Debemos apuntar también hacia los aspectos relacionados con la preparación para la vida y su futuro profesional de los estudiantes, con las exigencias del mundo de hoy, pese a los problemas y condicionamientos que este mundo nos plantea.
Son innumerables los argumentos con los que se puede justificar las trascendencia de una educación en las disciplinas sociales. “ El aprendizaje de las Ciencias Sociales es importante pues desarrolla una parte esencial de nuestras capacidades, ayuda a madurar a las personas y las hace más hábiles para resolver problemas determinados en la vida cotidiana y científicos en ultimo término”.
Hoy el mundo se debate entre grandes conflictos agudizados por la generalización de sus defectos en virtud de la capacidad de divulgación y mediación que propician los procesos de interdependencia y mundialización de los medios informáticos y de comunicación.
En referencia a la historia, es notorio que la falsificación de la historia, que se escamotea ante generaciones enteras, a las que se priva de todo conocimiento veraz de sus raices, de su origen, de los pasos por los que han llegado a ser lo que son”. Solo el conocimiento de la historia nos puede poner a salvo de tanta manipulación habitual.
El adiestramiento de habilidades para la observación:
En cualquier actividad de observación se consiguen mejores resultados si previamente se tienen en cuenta consideraciones y recomendaciones como las siguientes, que son válidas tanto para la observación directa como indirecta:
- La observación se apoya en la atención y la reflexión. Por eso observar no solo es percibir una serie de sensaciones. Requiere un proceso interno y cognitivo de elaboración y aplicación de diferentes esquemas y operaciones mentales, cuyo producto final es lo que realmente forma la observación.
La observación atenta no es una cosa simple. Tiene sus bases en la curiosidad acerca de lo que está ocurriendo y que trata de reconocer incluso lo que no se ve a simple vistas. La observación atenta no es una habilidad que dejemos atrás con la edad, sino una habilidad que todo el que aprende refina continuamente a medida que atraviesa unas nuevas experiencias en contextos variados.
Las estrategias de observación pueden tener aplicaciones muy variadas y atender a objetos y campos de conocimientos muy diversos, pero en el ámbito de las Ciencias Sociales es la Geografía las disciplina que más precisa de su aplicación.
El desarrollo de las habilidades para la observación y la lectura del paisaje debe seguir un proceso de aprendizaje progresivo que, partiendo de las realidades concretas que estén a su alcance, y aprovechando la curiosidad y el interés que muestran los alumnos por los aspectos de su medio próximo debe comenzar desde los primeros cursos de Primaria aunque sea en los últimos cursos de la enseñanza obligatoria cuando pueden y deben trabajarse las observaciones con más rigor. En la Educación Secundaria y Bachillerato es cuando la forma más completa, sistemática y analítica, al haber alcanzado los alumnos las capacidades cognitivas necesarias para abordar con aprovechamiento las distintas fases que requieren una observación eficaz.
Técnicas cartográficas y de representación gráfica:
La cartografía es un instrumento significativo y útil equivale a hacer de ella un recurso práctico y habitual a la hora de interpretar los mapas que se nos presentan en multitud de ocasiones y situaciones de la vida cotidiana, en gran variedad de formatos y tipos.
Las habilidades gráficas y las técnicas propias de la ciencia geográfica junto con su estructura conceptual, son la columna vertebral de esta disciplina, y por tanto su dominio exige un entrenamiento que conlleve iniciar lo antes posible.
Puede comenzarse con la lectura de mapas simplificados, con una simbolización muy específica y reducidos elementos, ya que solo hacia los cinco-seis años los niños comienzan a desarrollar la capacidad para tratar cierta información de tipo cartográfico.
De los seis a los nueve años, los niños tienden a detenerse en pequeños detalles en el mapa, obviando los aspectos y las correlaciones de tipo general, lo que dificulta la comprensión e interpretación de los mapas de pequeña escala y, en consecuencia del manejo de los atlas. A los diez-once años de edad ya alcanzan a comprender los mapas a gran escala y en el período hipotético-deductivo pueden ser ya capaces de interpretar correctamente mapas de áreas desconocidas, pero el conocimiento y el dominio de la escala y la orientación resulta problemática hasta los dieciséis años.
Una vez que los alumnos han conocido lo elementos esenciales del lenguaje cartográfico, las prácticas sobre este recursos no debieran restringirse a ejercicios de reproducción de los mapas impresos puesto que esta tarea, como mucho, absorbe su atención por los aspectos técnicos del trabajo, pero les hace olvidar los aspectos cartográficos.
En buena medida las dificultades para la comprensión y el manejo de mapas dependen del modelo didáctico que se desarrolle, pues, mientras en unos modelos el mapa se concibe como un instrumento para identificar y localizar ( modelo tradicional), otros son más exigentes y demandan un ejercicio de mayor especificidad y conceptualización ( modelo teórico) o proyectan un conocimiento valorativo ( modelo crítico).
Al abordar las dificultades en el procesamiento de la información de un mapa geográfico, es importante considerar que la naturaleza de tales problemas se relaciona estrechamente con el tipo de procesamiento que se realiza con la información contenida en dichos materiales. Este procesamiento puede ejecutarse a distintos niveles de complejidad:
A) El procesamiento de la información explícita.
B) El procesamiento de la información implícita.
C) El procesamiento de la información conceptual.
Por otro lado el uso del mapa en el aula no debe limitarse a la clase de geografía o historia, pues otras disciplinas ayudan a su comprensión. En consecuencia, también su enseñanza requiere un tratamiento interdisciplinario que excede a las propias disciplinas sociales. Las matemáticas y el lenguaje aportan referentes para mejorar su uso dando sentido a conceptos como la escala o la descripción del contenido del mapa.
El trabajo con croquis, esquemas espaciales o maquetas facilita también la comprensión de las representaciones espaciales. Sobre todo las maquetas que al utilizar la tercera dimensión suponen un interesante recurso para introducir el concepto de curvas de nivel. La utilización sistemática del globo terráqueo y los mapas topográficos no conviene introducirlos hasta la enseñanza secundaria por su alto grado de abstracción.
jueves, 8 de octubre de 2009
HONDURAS
El miedo a una palabra de dos letras
Por Helen Umaña
El 28 de junio venía de Guatemala con el único y exclusivo propósito de votar a favor de la cuarta urna. Veía, en ésta, la posibilidad concreta de un cambio hacia senderos de beneficio colectivo. Era el camino para modificar, con el consenso de todos los partidos políticos y de una amplia difusión y discusión (a través de los medios de comunicación, foros, comentarios, etc.), una Constitución cuyas lagunas son evidentes. La ciencia dice que nada es estático y que todo lo hecho por el ser humano es susceptible de perfeccionarse. Manejar que la cuarta urna lo que pretendía era la reelección de Mel ha sido la distorsión más grande en la historia política del país. La hipotética Constitución se redactaría ya cuando Mel hubiese dejado de ser presidente. Su elaboración estaría, pues, en manos de diputados elegidos por quienes se acercasen a votar. De ahí que la propuesta de la cuarta urna prendiese, con tanto entusiasmo, en la voluntad de los sectores históricamente marginados: campesinos, obreros, grupos étnicos…
Por esa razón, cuando en el bus que me traía de Guatemala me enteré del golpe de Estado, el impacto emocional fue intenso. En esencia, abortar, con alevosía, la semilla de lo que pudo ser un encaminar al país por senderos de equidad y justicia. Darle un golpe de muerte a la posibilidad de un sueño factible: la construcción de una sociedad en donde, no como varita mágica sino como proceso de ardua construcción, se empezasen a solventar las necesidades más urgentes de comida, salud, educación y vivienda para la mayoría. Mel había dado el primer paso. Impedírselo, con el golpe de Estado, fue como abrir la puerta para llevar al país a una espiral de violencia cuyas consecuencias ya se empiezan a sentir: secuestros, asesinatos políticos y persecución a los disidentes. Una realidad que ya se ha instalado en el horizonte de la patria. Al amparo de la nocturnidad y la falta de energía eléctrica, la captura del artista de la caricatura Allan MacDonald (con todo y su hija de diecisiete meses); los asesinatos de Isis Obed Murillo (en el aeropuerto de Toncontín) y de Róger Ivan Bados González y Ramón García, miembros del partido Unificación Democrática (UD) son ominosas señales del abismo hacia el cual Honduras se encamina. A menos que prevalezca la sensatez (que pasa necesariamente por el restablecimiento del Estado de derecho), no es aventurado vaticinar que se está a las puertas de una vorágine social sin precedentes: la reactivación de la tenebrosa Doctrina de la Seguridad Nacional y, como lógica respuesta, la adopción de formas de lucha que llevan consigo incalculables cuotas de dolor y sangre. Una factura que, a la postre, pagará la sociedad en su conjunto. Al respecto, la historia de la humanidad es un espejo en el cual los sectores dominantes del país —por su inveterada miopía— todavía no se han visualizado.
La pesadilla que se repite. El protagonismo de las botas. Las imágenes de los militares apuntando, en posición de combate, a humildes mujeres, a jóvenes imberbes y a personas desarmadas son devastadoras. En Toncontín…, el sonido de las balas. El huir alocado de la gente. El ulular de la ambulancia. El cuerpo frágil sostenido por manos solidarias... Un revivir la estela de sangre y terror que han dejado en Latinoamérica los ejércitos nacionales. Ratificar que el monstruo sigue vivo, agazapado, listo a dar el salto y el zarpazo cuando los grandes consorcios internacionales y sus socios nacionales así lo indiquen. Desde siempre, el brazo armado del poder económico. Y, en niveles de alta graduación, ellos mismos convertidos en poder económico que actúa en defensa de sus intereses.
El contubernio iglesias-poder político. Es indignante el espectáculo de los pastores evangélicos y de la alta jerarquía católica encabezando y bendiciendo las marchas de la oligarquía. Con falaces mensajes bíblicos, violentando las conciencias para llevarlas a la posición política que les permitirá seguir medrando a la sombra de sus iglesias, no casas de oración, sino auténticos emporios económicos. Complementado, todo, con otro bochornoso espectáculo: en un Estado constitucionalmente laico, los «honorables» diputados y sus testigos de honor (Custodio, Aguilar Paz, Leitzelar, Mauricio Villeda, Irma Acosta de Fortín…) agarrándose las manos e inclinando la cabeza, pronunciando una oración en el momento mismo en que, enarbolando una falsa carta de renuncia, ratificaban su traición y consumaban el golpe de Estado.
La guerra mediática. En los meses precedentes al golpe de Estado, la oposición a Mel Zelaya llegó a niveles jamás vistos. Quizá, en ninguna parte del mundo, un periodismo como el hondureño. Especialistas en sesgar y manipular la información. Todos los días mintiendo flagrantemente. Conductores de programas radiales y televisivos moviendo la noticia hacia el lugar en donde sopla el dinero. Tergiversando los hechos para confundir al receptor. Al día siguiente del golpe, desde Radio América, llamando a encauzar el país por las vías de la «normalidad»: «Preséntense en las fábricas, en los negocios…»; «Dejémosle la política a los políticos y que los niños y maestros vuelvan a la escuela, los obreros a sus fábricas…»; «Aquí no ha habido golpe de Estado…»; «Aquí todo es normal»; «Es necesario producir…». En otras palabras, producir para seguir llenando los bolsillos de la minoría… La infamia revestida de amor patrio.
La ambigüedad e indiferencia de la máxima casa de estudios. Duele el comunicado gallo-gallina de las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, institución, en horas más lúcidas, a la vanguardia del pensamiento progresista y democrático. ¿Dónde el análisis de la crisis social y política? ¿Dónde el comunicado orientador para un pueblo carente de instituciones que salvaguarden sus intereses? ¿Cómo puede hablarse de vinculación universidad-sociedad si se evade el compromiso del análisis y del mensaje clarificador? ¿En qué momento se extravió el rumbo de la dignidad?
El manipuleo lingüístico. Desde la espuria sesión del domingo cuando se nombró presidente a Micheletti, éste insistió en que no era un golpe de Estado y lo llamó «un acto de sucesión presidencial». El lenguaje designa realidades y, en función social, no es un instrumento de uso antojadizo. Como se lo hizo ver un corresponsal español, cuando un contingente armado asalta la casa del presidente; lo secuestra y lo envía, contra su voluntad, a Costa Rica, eso sólo puede llamarse golpe de Estado. Aquí y en cualquier parte del mundo. Por más que los medios, los funcionarios y los diplomáticos desleales, mentirosos y oportunistas repitan las palabras del usurpador. El inútil querer tapar el sol con un dedo. La comunidad internacional y el pueblo, que no es el ignorante que muchos creen, lo saben.
El papel de comparsa a que se redujo la querida figura de Ramón Custodio, ¡a quien tanto debo en lo personal!, pero a quien, por respeto a mi propia conciencia, tengo que referirme al haberlo visto en el más triste papel de su carrera! ¡Que es mejor que a Mel lo hayan enviado a Costa Rica ya que, por lo menos, está vivo!, dijo. La cuestión de fondo es el acto ilegal que con él se cometió. Eso era lo que había que condenar. Nunca, con su presencia (es el Comisionado Nacional de Derechos Humanos), avalar la monstruosidad jurídica perpetrada contra un presidente legítimamente electo. Y, como broche de oro: afirmar que eran balas de goma las que usó el ejército la tarde en que, violando la Constitución, vedaron el aterrizaje de Mel en Toncontín. De goma, pero acabaron con la vida de un joven de diecinueve años. (¡Con una humilde «burrita» aguantó las largas horas de espera con un único propósito: vitorear al presidente en el cual había cifrado la esperanza de un mañana mejor! Su pequeña pero gran odisea desde su remoto pueblo y las palabras de su digno padre explicando sus móviles son signos entrañables que hablan de ilusión en un futuro más humano y más digno… , pero también de sueños rotos por la brutalidad represiva…).
En un pueblo hambriento (hace pocos días una campesina, como no había dinero para comprar maíz, para fabricar tortillas, echó mano del que ya estaba «curado» para la siembra; resultado: tres hijos en el hospital y el de cinco años, en el cementerio), en donde el abismo entre ricos y pobres cada vez se hace más profundo y que, por lo mismo, no es cuestión de borrarlo con abrazos de paz y de reconciliación de la «familia hondureña», según cantan los defensores del golpe, la cuarta urna era una opción para intentar cambios positivos. Nunca, al pueblo llano (ese que es marginal y vive en los bordos y en los barrancos de la miseria), se le había dado la oportunidad real de expresar su sentir. Y, con el «Sí», la posibilidad de mejorar un instrumento (una nueva Constitución) que guiase la vida futura de la nación. Lo reiteramos: todo es susceptible de perfeccionarse. Máxime tratándose de la Carta Magna en donde las cuestiones son trascendentales en la cotidiana construcción de la república. Pero los sectores de poder (especialmente la clase política enquistada en el Congreso y que ha esquilmado el erario a través de las grandes erogaciones que se les otorgan a los diputados, supuestamente para obras de beneficio en sus comunidades) le temieron a la avalancha de un «Sí» popular. Sospecharon —con razón— que podía representar el fin de sus incalculables dividendos. El golpe de Estado fue su manera torpe y desesperada de oponerse a la incontenible marea humana que cada vez es más consciente de sus verdaderos intereses y de la mejor forma de defenderlos. Para muestra, una consecuencia inmediata: en un santiamén se hizo añicos la base social de los partidos políticos responsables de la acción delictiva.
Estamos, pues, frente a estatuas con pies de barro. Su desmesurada reacción ante la crucial pregunta de la encuesta abortada revela su debilidad. Son poderosos y se amparan en las múltiples redes nacionales e internacionales que propicia el dinero…, pero le temen al pueblo. Saben que éste es mayoría y que, en justa lid, ellos llevan las de perder. Esa es una de las grandes lecciones que, de estos días trágicos, se debe extraer. Aunque lenta, la rueda de la historia nunca se detiene.
Desde hace treinta años, sólo he escrito sobre arte y literatura. Pero la ruptura del orden constitucional y el descaro con que actuaron Micheletti y sus socios golpistas me sacaron de la voluntaria torre de marfil. Las alucinantes imágenes de esa sesión grotesca en que se le dio un golpe de muerte a la débil democracia hondureña me han confirmado que el artista y el intelectual no pueden esconderse en una pretendida neutralidad. Tratándose del bienestar colectivo no hay apoliticidad que valga. El silencio equivale a aquiescencia y complicidad. Por lo tanto, tomo partido. En los momentos decisivos —cuando está en juego el devenir de los años futuros en Latinoamérica— a lo estético, se sobrepone la opción ética. Y ésta me dice, con claridad meridiana, de qué lado están la razón y la justicia.
Mis palabras no pretenden formular un análisis de la situación (para eso están los sociólogos y politólogos). Pero externar mis sentimientos es una necesidad vital y perentoria. Por un lado, un profundo dolor por el cúmulo de signos negativos que saturan el ambiente. Por el otro, la esperanzada convicción de que los sectores marginados, aún con tropiezos y dificultades, siempre encuentran la ruta hacia mejores derroteros. Nunca camina en reversa la rueda de la historia.
Por Helen Umaña
El 28 de junio venía de Guatemala con el único y exclusivo propósito de votar a favor de la cuarta urna. Veía, en ésta, la posibilidad concreta de un cambio hacia senderos de beneficio colectivo. Era el camino para modificar, con el consenso de todos los partidos políticos y de una amplia difusión y discusión (a través de los medios de comunicación, foros, comentarios, etc.), una Constitución cuyas lagunas son evidentes. La ciencia dice que nada es estático y que todo lo hecho por el ser humano es susceptible de perfeccionarse. Manejar que la cuarta urna lo que pretendía era la reelección de Mel ha sido la distorsión más grande en la historia política del país. La hipotética Constitución se redactaría ya cuando Mel hubiese dejado de ser presidente. Su elaboración estaría, pues, en manos de diputados elegidos por quienes se acercasen a votar. De ahí que la propuesta de la cuarta urna prendiese, con tanto entusiasmo, en la voluntad de los sectores históricamente marginados: campesinos, obreros, grupos étnicos…
Por esa razón, cuando en el bus que me traía de Guatemala me enteré del golpe de Estado, el impacto emocional fue intenso. En esencia, abortar, con alevosía, la semilla de lo que pudo ser un encaminar al país por senderos de equidad y justicia. Darle un golpe de muerte a la posibilidad de un sueño factible: la construcción de una sociedad en donde, no como varita mágica sino como proceso de ardua construcción, se empezasen a solventar las necesidades más urgentes de comida, salud, educación y vivienda para la mayoría. Mel había dado el primer paso. Impedírselo, con el golpe de Estado, fue como abrir la puerta para llevar al país a una espiral de violencia cuyas consecuencias ya se empiezan a sentir: secuestros, asesinatos políticos y persecución a los disidentes. Una realidad que ya se ha instalado en el horizonte de la patria. Al amparo de la nocturnidad y la falta de energía eléctrica, la captura del artista de la caricatura Allan MacDonald (con todo y su hija de diecisiete meses); los asesinatos de Isis Obed Murillo (en el aeropuerto de Toncontín) y de Róger Ivan Bados González y Ramón García, miembros del partido Unificación Democrática (UD) son ominosas señales del abismo hacia el cual Honduras se encamina. A menos que prevalezca la sensatez (que pasa necesariamente por el restablecimiento del Estado de derecho), no es aventurado vaticinar que se está a las puertas de una vorágine social sin precedentes: la reactivación de la tenebrosa Doctrina de la Seguridad Nacional y, como lógica respuesta, la adopción de formas de lucha que llevan consigo incalculables cuotas de dolor y sangre. Una factura que, a la postre, pagará la sociedad en su conjunto. Al respecto, la historia de la humanidad es un espejo en el cual los sectores dominantes del país —por su inveterada miopía— todavía no se han visualizado.
La pesadilla que se repite. El protagonismo de las botas. Las imágenes de los militares apuntando, en posición de combate, a humildes mujeres, a jóvenes imberbes y a personas desarmadas son devastadoras. En Toncontín…, el sonido de las balas. El huir alocado de la gente. El ulular de la ambulancia. El cuerpo frágil sostenido por manos solidarias... Un revivir la estela de sangre y terror que han dejado en Latinoamérica los ejércitos nacionales. Ratificar que el monstruo sigue vivo, agazapado, listo a dar el salto y el zarpazo cuando los grandes consorcios internacionales y sus socios nacionales así lo indiquen. Desde siempre, el brazo armado del poder económico. Y, en niveles de alta graduación, ellos mismos convertidos en poder económico que actúa en defensa de sus intereses.
El contubernio iglesias-poder político. Es indignante el espectáculo de los pastores evangélicos y de la alta jerarquía católica encabezando y bendiciendo las marchas de la oligarquía. Con falaces mensajes bíblicos, violentando las conciencias para llevarlas a la posición política que les permitirá seguir medrando a la sombra de sus iglesias, no casas de oración, sino auténticos emporios económicos. Complementado, todo, con otro bochornoso espectáculo: en un Estado constitucionalmente laico, los «honorables» diputados y sus testigos de honor (Custodio, Aguilar Paz, Leitzelar, Mauricio Villeda, Irma Acosta de Fortín…) agarrándose las manos e inclinando la cabeza, pronunciando una oración en el momento mismo en que, enarbolando una falsa carta de renuncia, ratificaban su traición y consumaban el golpe de Estado.
La guerra mediática. En los meses precedentes al golpe de Estado, la oposición a Mel Zelaya llegó a niveles jamás vistos. Quizá, en ninguna parte del mundo, un periodismo como el hondureño. Especialistas en sesgar y manipular la información. Todos los días mintiendo flagrantemente. Conductores de programas radiales y televisivos moviendo la noticia hacia el lugar en donde sopla el dinero. Tergiversando los hechos para confundir al receptor. Al día siguiente del golpe, desde Radio América, llamando a encauzar el país por las vías de la «normalidad»: «Preséntense en las fábricas, en los negocios…»; «Dejémosle la política a los políticos y que los niños y maestros vuelvan a la escuela, los obreros a sus fábricas…»; «Aquí no ha habido golpe de Estado…»; «Aquí todo es normal»; «Es necesario producir…». En otras palabras, producir para seguir llenando los bolsillos de la minoría… La infamia revestida de amor patrio.
La ambigüedad e indiferencia de la máxima casa de estudios. Duele el comunicado gallo-gallina de las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, institución, en horas más lúcidas, a la vanguardia del pensamiento progresista y democrático. ¿Dónde el análisis de la crisis social y política? ¿Dónde el comunicado orientador para un pueblo carente de instituciones que salvaguarden sus intereses? ¿Cómo puede hablarse de vinculación universidad-sociedad si se evade el compromiso del análisis y del mensaje clarificador? ¿En qué momento se extravió el rumbo de la dignidad?
El manipuleo lingüístico. Desde la espuria sesión del domingo cuando se nombró presidente a Micheletti, éste insistió en que no era un golpe de Estado y lo llamó «un acto de sucesión presidencial». El lenguaje designa realidades y, en función social, no es un instrumento de uso antojadizo. Como se lo hizo ver un corresponsal español, cuando un contingente armado asalta la casa del presidente; lo secuestra y lo envía, contra su voluntad, a Costa Rica, eso sólo puede llamarse golpe de Estado. Aquí y en cualquier parte del mundo. Por más que los medios, los funcionarios y los diplomáticos desleales, mentirosos y oportunistas repitan las palabras del usurpador. El inútil querer tapar el sol con un dedo. La comunidad internacional y el pueblo, que no es el ignorante que muchos creen, lo saben.
El papel de comparsa a que se redujo la querida figura de Ramón Custodio, ¡a quien tanto debo en lo personal!, pero a quien, por respeto a mi propia conciencia, tengo que referirme al haberlo visto en el más triste papel de su carrera! ¡Que es mejor que a Mel lo hayan enviado a Costa Rica ya que, por lo menos, está vivo!, dijo. La cuestión de fondo es el acto ilegal que con él se cometió. Eso era lo que había que condenar. Nunca, con su presencia (es el Comisionado Nacional de Derechos Humanos), avalar la monstruosidad jurídica perpetrada contra un presidente legítimamente electo. Y, como broche de oro: afirmar que eran balas de goma las que usó el ejército la tarde en que, violando la Constitución, vedaron el aterrizaje de Mel en Toncontín. De goma, pero acabaron con la vida de un joven de diecinueve años. (¡Con una humilde «burrita» aguantó las largas horas de espera con un único propósito: vitorear al presidente en el cual había cifrado la esperanza de un mañana mejor! Su pequeña pero gran odisea desde su remoto pueblo y las palabras de su digno padre explicando sus móviles son signos entrañables que hablan de ilusión en un futuro más humano y más digno… , pero también de sueños rotos por la brutalidad represiva…).
En un pueblo hambriento (hace pocos días una campesina, como no había dinero para comprar maíz, para fabricar tortillas, echó mano del que ya estaba «curado» para la siembra; resultado: tres hijos en el hospital y el de cinco años, en el cementerio), en donde el abismo entre ricos y pobres cada vez se hace más profundo y que, por lo mismo, no es cuestión de borrarlo con abrazos de paz y de reconciliación de la «familia hondureña», según cantan los defensores del golpe, la cuarta urna era una opción para intentar cambios positivos. Nunca, al pueblo llano (ese que es marginal y vive en los bordos y en los barrancos de la miseria), se le había dado la oportunidad real de expresar su sentir. Y, con el «Sí», la posibilidad de mejorar un instrumento (una nueva Constitución) que guiase la vida futura de la nación. Lo reiteramos: todo es susceptible de perfeccionarse. Máxime tratándose de la Carta Magna en donde las cuestiones son trascendentales en la cotidiana construcción de la república. Pero los sectores de poder (especialmente la clase política enquistada en el Congreso y que ha esquilmado el erario a través de las grandes erogaciones que se les otorgan a los diputados, supuestamente para obras de beneficio en sus comunidades) le temieron a la avalancha de un «Sí» popular. Sospecharon —con razón— que podía representar el fin de sus incalculables dividendos. El golpe de Estado fue su manera torpe y desesperada de oponerse a la incontenible marea humana que cada vez es más consciente de sus verdaderos intereses y de la mejor forma de defenderlos. Para muestra, una consecuencia inmediata: en un santiamén se hizo añicos la base social de los partidos políticos responsables de la acción delictiva.
Estamos, pues, frente a estatuas con pies de barro. Su desmesurada reacción ante la crucial pregunta de la encuesta abortada revela su debilidad. Son poderosos y se amparan en las múltiples redes nacionales e internacionales que propicia el dinero…, pero le temen al pueblo. Saben que éste es mayoría y que, en justa lid, ellos llevan las de perder. Esa es una de las grandes lecciones que, de estos días trágicos, se debe extraer. Aunque lenta, la rueda de la historia nunca se detiene.
Desde hace treinta años, sólo he escrito sobre arte y literatura. Pero la ruptura del orden constitucional y el descaro con que actuaron Micheletti y sus socios golpistas me sacaron de la voluntaria torre de marfil. Las alucinantes imágenes de esa sesión grotesca en que se le dio un golpe de muerte a la débil democracia hondureña me han confirmado que el artista y el intelectual no pueden esconderse en una pretendida neutralidad. Tratándose del bienestar colectivo no hay apoliticidad que valga. El silencio equivale a aquiescencia y complicidad. Por lo tanto, tomo partido. En los momentos decisivos —cuando está en juego el devenir de los años futuros en Latinoamérica— a lo estético, se sobrepone la opción ética. Y ésta me dice, con claridad meridiana, de qué lado están la razón y la justicia.
Mis palabras no pretenden formular un análisis de la situación (para eso están los sociólogos y politólogos). Pero externar mis sentimientos es una necesidad vital y perentoria. Por un lado, un profundo dolor por el cúmulo de signos negativos que saturan el ambiente. Por el otro, la esperanzada convicción de que los sectores marginados, aún con tropiezos y dificultades, siempre encuentran la ruta hacia mejores derroteros. Nunca camina en reversa la rueda de la historia.
jueves, 17 de septiembre de 2009
La lucha contra la corrupción como uno de los factores clave a considerar en la modelación del Ministerio del Ambiente
Por: Rodrigo Arce Rojas
Según el Diccionario de la RAE corrupción (Derecho) consiste en la utilización de las funciones y medios en provecho económico, o de otra índole, especialmente en las instituciones públicas. Por su parte Vito Tanzi (1994) refiere que la corrupción alude a “todo acto por parte de autoridades gubernamentales, sean estos hacedores de política o burócratas, que se desvía del objetivo de brindar el mayor bienestar social motivado por un fin de lucro personal o en beneficio de familiares o allegados.”
Veamos algunas características de la corrupción señaladas por Egaña (2006):
• Es un fenómeno de a dos (proceso interaccional): un corrupto (que se deja sobornar) y un corruptor (el que corrompe).
• Supone el menoscabo de un bien público, institucional o aún grupal en beneficio de un bien privado particular, grupal o familiar
• Implica un acto de desviación normativa
• El beneficio puede ser monetario o de otro tipo
• En la situación de corrupción normalmente se presenta una situación de asimetría en alguna dimensión del poder por parte del actor corruptor frente al actor corrompido
• Es cometido, generalmente, por personas de alto status socio - económico en el marco de su profesión, y por lo tanto frecuentemente expuesto a un sistema de inmunidades y criminalización selectiva, que puede aprovecharse de la indefensión
La corrupción no sólo se da en el ámbito político sino también empresarial Veamos algunas manifestaciones de estos tipos de corrupción:
Corrupción Política
• Malversación
• Patrocinio
• Extorsiones
• Sobornos
• Fraudes
• Nepotismo
Corrupción empresarial
• Transacciones no registradas
• Contabilidad alterada
• Falsedad en la declaración de impuestos
• Información distorsionada con fines de ocultamiento
• Códigos de conducta que no se aplican o simplemente no se implementan
Fuente: Adaptado de Quintana (2007).
Según PROETICA el Perú en el año 2006 se ubicaba en el puesto 76 (de 163 países) con 3.3 de puntuación en el índice anual de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional. En un estudio realizado por APOYO (2006), encargado por CONFIEP y PROETICA la corrupción es uno de los cuatro problemas que preocupa a la ciudadanía pero el mayor que enfrenta el Estado. Aunque en el mismo estudio se señala que la mayoría cree que la democracia ayuda a enfrentar la corrupción y está demostrado que la corrupción tiene correlación directa con el desarrollo económico, la percepción es que no se hace mucho para atacar este gran problema.
En el Perú tenemos diferentes formas cómo se presenta la Ley:
• Hay Ley pero no hay reglamento
• Hay reglamento pero no hay recursos para la implementación
• Hay reglamento, recursos pero falta la voluntad política para su implementación
De ello se desprende la necesidad de:
• Difundir apropiadamente la normatividad
• Hacer cumplir la normatividad existente
• Contar con una institucionalidad pertinente con capacidad para hacer cumplir la ley
• Contar con los recursos necesarios para implementar la ley
Pero no basta una visión legalista para resolver el problema de la corrupción. Vemos que la ley también tiene algunos problemas:
• Muchas veces las leyes, como hijas de su tiempo y fusión de intereses políticos y económicos están direccionados por los grupos de poder al margen de consideraciones ambientales o sociales
• Muchos mecanismos de consulta y participación son más bien actos administrativos que compromisos reales por la sostenibilidad
• Muchas leyes ambientales están subordinadas a la necesidad de profundizar las inversiones privadas
Algunas de estas incoherencias se ponen de manifiesto cuando:
• Se declara de interés nacional la explotación de un recurso para subestimar aspectos ambientales y sociales
• Se pretenden hacer “interpretaciones auténticas”
• Se hacen malabares lingüísticos y se cambian las definiciones (valor agregado por ejemplo)
• Adrede se mantienen estándares ambientales muy por debajo de los estándares internacionales
• Se acortan plazos para la participación ciudadana
• Se encasillan a los que protestan como retardatarios del progreso
• Se dilatan eternamente los plazos de remediación ambiental
• Se direccionan los estudios de impacto ambiental, entre otros aspectos.
Por todo ello no basta un enfoque legalista. Lo que interesa es construir procesos de legitimidad normativa en base a un encuentro axiológico entre los actores. El desarrollo sostenible por definición involucra la transparencia y ética como base para la construcción de la confianza que es el pegamento para la construcción de capital social.
Puesto que la corrupción tiene una implicancia directa en la degradación ambiental es importante desplegar los esfuerzos necesarios para erradicarla. La gestión ambiental tiene en la estrategia de lucha contra la corrupción un elemento fundamental para hacerla viable.
Consideramos por tanto que la dimensión de lucha contra la corrupción, o mejor dicho, la dimensión a favor de la transparencia ambiental, es un factor que no debe ser soslayado. Tan importante como el factor humano en el diseño organizacional se debe considerar aspectos como la probidad e integridad de los funcionarios.
Es indudable que en la lucha contra la corrupción se debe favorecer la confluencia de mecanismos estatales como mecanismos de control social en base a la participación ciudadana. Estos son sólo unos apuntes para favorecer un diálogo generativo en esta dirección.
Literatura citada:
Egaña, Rodrigo y un colectivo de autores. Gobernabilidad y responsabilidad social: una tarea compartida. Santiago de Chile. 2006.
Quintana Martínez, Onexy. Corrupción, transparencia y sostenibilidad ambiental. ¿Relación peligrosa o beneficiosa? Publicado en Revista Futuros No.19, 2007 Vol. V.
http://www.revistafuturos.info
Según el Diccionario de la RAE corrupción (Derecho) consiste en la utilización de las funciones y medios en provecho económico, o de otra índole, especialmente en las instituciones públicas. Por su parte Vito Tanzi (1994) refiere que la corrupción alude a “todo acto por parte de autoridades gubernamentales, sean estos hacedores de política o burócratas, que se desvía del objetivo de brindar el mayor bienestar social motivado por un fin de lucro personal o en beneficio de familiares o allegados.”
Veamos algunas características de la corrupción señaladas por Egaña (2006):
• Es un fenómeno de a dos (proceso interaccional): un corrupto (que se deja sobornar) y un corruptor (el que corrompe).
• Supone el menoscabo de un bien público, institucional o aún grupal en beneficio de un bien privado particular, grupal o familiar
• Implica un acto de desviación normativa
• El beneficio puede ser monetario o de otro tipo
• En la situación de corrupción normalmente se presenta una situación de asimetría en alguna dimensión del poder por parte del actor corruptor frente al actor corrompido
• Es cometido, generalmente, por personas de alto status socio - económico en el marco de su profesión, y por lo tanto frecuentemente expuesto a un sistema de inmunidades y criminalización selectiva, que puede aprovecharse de la indefensión
La corrupción no sólo se da en el ámbito político sino también empresarial Veamos algunas manifestaciones de estos tipos de corrupción:
Corrupción Política
• Malversación
• Patrocinio
• Extorsiones
• Sobornos
• Fraudes
• Nepotismo
Corrupción empresarial
• Transacciones no registradas
• Contabilidad alterada
• Falsedad en la declaración de impuestos
• Información distorsionada con fines de ocultamiento
• Códigos de conducta que no se aplican o simplemente no se implementan
Fuente: Adaptado de Quintana (2007).
Según PROETICA el Perú en el año 2006 se ubicaba en el puesto 76 (de 163 países) con 3.3 de puntuación en el índice anual de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional. En un estudio realizado por APOYO (2006), encargado por CONFIEP y PROETICA la corrupción es uno de los cuatro problemas que preocupa a la ciudadanía pero el mayor que enfrenta el Estado. Aunque en el mismo estudio se señala que la mayoría cree que la democracia ayuda a enfrentar la corrupción y está demostrado que la corrupción tiene correlación directa con el desarrollo económico, la percepción es que no se hace mucho para atacar este gran problema.
En el Perú tenemos diferentes formas cómo se presenta la Ley:
• Hay Ley pero no hay reglamento
• Hay reglamento pero no hay recursos para la implementación
• Hay reglamento, recursos pero falta la voluntad política para su implementación
De ello se desprende la necesidad de:
• Difundir apropiadamente la normatividad
• Hacer cumplir la normatividad existente
• Contar con una institucionalidad pertinente con capacidad para hacer cumplir la ley
• Contar con los recursos necesarios para implementar la ley
Pero no basta una visión legalista para resolver el problema de la corrupción. Vemos que la ley también tiene algunos problemas:
• Muchas veces las leyes, como hijas de su tiempo y fusión de intereses políticos y económicos están direccionados por los grupos de poder al margen de consideraciones ambientales o sociales
• Muchos mecanismos de consulta y participación son más bien actos administrativos que compromisos reales por la sostenibilidad
• Muchas leyes ambientales están subordinadas a la necesidad de profundizar las inversiones privadas
Algunas de estas incoherencias se ponen de manifiesto cuando:
• Se declara de interés nacional la explotación de un recurso para subestimar aspectos ambientales y sociales
• Se pretenden hacer “interpretaciones auténticas”
• Se hacen malabares lingüísticos y se cambian las definiciones (valor agregado por ejemplo)
• Adrede se mantienen estándares ambientales muy por debajo de los estándares internacionales
• Se acortan plazos para la participación ciudadana
• Se encasillan a los que protestan como retardatarios del progreso
• Se dilatan eternamente los plazos de remediación ambiental
• Se direccionan los estudios de impacto ambiental, entre otros aspectos.
Por todo ello no basta un enfoque legalista. Lo que interesa es construir procesos de legitimidad normativa en base a un encuentro axiológico entre los actores. El desarrollo sostenible por definición involucra la transparencia y ética como base para la construcción de la confianza que es el pegamento para la construcción de capital social.
Puesto que la corrupción tiene una implicancia directa en la degradación ambiental es importante desplegar los esfuerzos necesarios para erradicarla. La gestión ambiental tiene en la estrategia de lucha contra la corrupción un elemento fundamental para hacerla viable.
Consideramos por tanto que la dimensión de lucha contra la corrupción, o mejor dicho, la dimensión a favor de la transparencia ambiental, es un factor que no debe ser soslayado. Tan importante como el factor humano en el diseño organizacional se debe considerar aspectos como la probidad e integridad de los funcionarios.
Es indudable que en la lucha contra la corrupción se debe favorecer la confluencia de mecanismos estatales como mecanismos de control social en base a la participación ciudadana. Estos son sólo unos apuntes para favorecer un diálogo generativo en esta dirección.
Literatura citada:
Egaña, Rodrigo y un colectivo de autores. Gobernabilidad y responsabilidad social: una tarea compartida. Santiago de Chile. 2006.
Quintana Martínez, Onexy. Corrupción, transparencia y sostenibilidad ambiental. ¿Relación peligrosa o beneficiosa? Publicado en Revista Futuros No.19, 2007 Vol. V.
http://www.revistafuturos.info
sábado, 12 de septiembre de 2009
BOURDIEU Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
Eugenio Sosa
Los que tienen la suerte de poder dedicar su vida al estudio del movimiento social, no pueden permanecer, neutros e indiferentes, al margen de las luchas que ponen en juego el futuro del mundo.
Pierre Bourdieu
I. Breve introducción
En este ensayo se pretende indagar, en una primera exploración y de manera muy preliminar, la potencialidad de la sociología bourdieusiana para la investigación y estudio de los movimientos sociales.
Se exploran los aspectos epistemológicos, los metodológicos a partir de las categorías conceptuales de campo, habitus y capital; el papel de los intelectuales y la televisión.
II. Consideraciones epistemológicas para el estudio de los movimientos sociales
Uno de los aportes de Bourdieu que deben ser considerados en la investigación científica y, de manera especial, en el estudio de los movimientos sociales, es la relación entre ciencia y poder, y entre ciencia y política.
Para Bourdieu no hay una frontera infranqueable entre epistemología y política. Al respecto, sostiene que: “los conflictos epistemológicos son siempre, inseparablemente conflictos políticos: es por eso que una investigación sobre el poder en el campo científico podría comprender sólo cuestiones de tipo epistemológico” (Bourdieu, 2008:15).
Nuestro autor combate la idea de una ciencia neutra y completamente objetiva, que ubica al quehacer científico lejos de la esfera del poder y de todo tipo de intereses. Desde la perspectiva de Bourdieu la pretendida búsqueda de neutralidad no es más que una ficción. “La idea de una ciencia neutra es una ficción, y es una ficción interesada, que permite considerar científica una forma neutralizada y eufemística (y por lo tanto particularmente eficaz simbólicamente porque es particularmente desconocible) de la representación dominante del mundo social” (Bourdieu, 2008:47).
Bourdieu no sólo no acepta la supuesta neutralidad de la ciencia, sino que va mucho más allá cuando afirma: “la ciencia social toma necesariamente partido en la lucha política” (Bourdieu, 2008:48).
Siguiendo la lógica de argumentación anterior, Bourdieu es consciente que bajo la autoridad de la ciencia se construye la conciencia falsa, la política oficial y se niega la existencia de la lucha de clases.
“La ciencia falsa destinada a producir y mantener la falsa conciencia, la sociología oficial (cuya politología es su más bello florón) debe hacer exhibición de objetividad y de “neutralidad ética” (es decir neutralidad en la lucha de clases cuya existencia niega, por otro lado) y dar todas las apariencias de una ruptura decidida con la clase dominante y sus demandas ideológicas, multiplicando los signos exteriores de cientificidad […]” (Bourdieu, 2008:53).
En resumen, el estudio de los movimientos sociales, desde las posiciones epistemológicas de Pierre Bourdieu, exige el reconocimiento de la existencia de la lucha de clases, de la relación entre epistemología y política, y entre epistemología y poder que tienen las prácticas científicas en la creación y legitimación de la dominación simbólica.
III. Habitus, campo y capital en el estudio de los movimientos sociales
En el estudio de los movimientos sociales se encuentran dos grandes perspectivas teóricas. Una, que explica los movimientos sociales desde los factores externos como la teoría del agravio y la teoría de la Estructura de Oportunidades Política (EOP); y dos, la que explica los movimientos sociales desde factores más internos como las subjetividades, las identidades y la movilización de recursos. En la actualidad, se ha demostrado que ambas perspectivas analíticas son insuficientes y existen esfuerzos para la construcción de una síntesis teórica que articule tanto la teoría de los factores externos como los internos para la explicación de los movimientos sociales. En la búsqueda de esta síntesis teórica, los conceptos de habitus, campus y capital pueden dar un aporte significativo. Bourdieu busca romper con las parejas dicotómicas como objetividad/subjetividad, estructura/acción, micro/macro, entre otras.
La preocupación central de Bourdieu es pensar e investigar la realidad en términos de relaciones, más que de estructuras. Campo significa pensar en términos de relaciones. “Lo real es relacional: lo que existe en el mundo son relaciones; no interacciones o vínculos intersubjetivos entre agentes, sino relaciones objetivas que existen “independientemente de la conciencia y voluntad individuales”, como dijera Marx” (Bourdieu, 1995:64).
El concepto de capital es clave para conocer con que “armas” o recursos, no sólo materiales sino que también simbólicos, se enfrentan los movimientos sociales. “Un capital o una especie de capital es el factor eficiente en un campo dado, como arma y como apuesta; permite a su poseedor ejercer un poder, una influencia, por tanto, existir en un determinado campo, en vez de ser una simple “cantidad deleznable” (Bourdieu, 1995: 65).
Lo fundamental es que Bourdieu reconoce que a todo ejercicio de poder le corresponde determinada lucha y resistencia de los dominados, sea esta oculta o abierta, y esto es parte de los acumulados históricos sin los cuales la gestación e irrupción, mucha veces de manera sorpresiva e intempestiva, de los movimientos sociales sería muy difícil de comprender. Veamos el siguiente planteamiento de Pierre Bourdieu:
“Quienes dominan en un determinado campo están en posición de hacerlo funcionar en su beneficio, pero siempre deben tener en cuenta la resistencia, las protestas, la reivindicaciones y las pretensiones, “políticas” o no, de los dominados. Es verdad que dentro de ciertas condiciones históricas, las cuales deben estudiarse empíricamente, un campo puede comenzar a funcionar como aparato. Cuando el dominante logra aplastar o dominar la resistencia y las reacciones del dominado, cuando todos los movimientos ocurren exclusivamente de arriba hacia abajo, la lucha y la dialéctica constitutivas del campo tienden a desaparecer. Sólo puede haber historia mientras los individuos se rebelen, resistan y reaccionen.
Las instituciones totalitarias –asilos, prisiones, campos de concentración- y las dictaduras son intentos de acabar con la historia. Así, los aparatos representan un caso extremo, algo que se puede considerar un estado patológico de los campos. Pero, se trata de un extremo que nunca se alcanza del todo, aun en los regímenes “totalitarios” más represivos” (Bourdieu, 1995:68).
Los campos son espacio de disputa de las fuerzas sociales, ya sea por conservar o transformas los capitales. El campo es algo dinámico y para nada estático. “El campo es escenario de relaciones de fuerza y de luchas encaminadas a transformarlas y, por consiguiente, el sitio de un cambio permanente” (Bourdieu, 1995:69).
Sin mayor explicación, Bourdieu no hace referencia a las categorías de sujeto o de actor, sino que prefiere hablar de agente. Pero lo más importante es que presenta una perspectiva que busca romper con los determinismos de los factores internos o externos del sujeto. Es decir, está contra el determinismo estructural, pero también contra el determinismo de la elección racional y del individualismo metodológico. Así plantea que: “Los agentes sociales no son “partículas” mecánicamente arrastradas y empujadas por fuerzas externas. Son, más bien, portadores de capital y, según su trayectoria y la posición que ocupan en el campo en virtud de su dotación de capital (volumen y estructura), propenden a orientarse activamente, ya sea hacia la conservación de distribución del capital, ya sea hacia la subversión de dicha distribución […]” (Bourdieu, 1995: 72).
Bourdieu enfatiza que, “la teoría de la acción racional sólo reconoce las “respuestas racionales” de un agente carente de historia, indeterminado e intercambiable” (Bourdieu, 1995:85), y plantea la categoría de habitus como un concepto clave para romper con las dicotomías epistemológicas falsas, al reconocer que, “hablar de habitus es plantear que lo individual, e incluso lo personal, lo subjetivo, es social, a saber, colectivo” (Bourdieu, 1995:87).
“El concepto de habitus da cuenta del hecho de que los agentes sociales no son ni partículas de materia determinada por causas externas, ni tampoco pequeñas mónadas guiadas exclusivamente por motivos internos y que llevan a cabo una suerte de programa perfectamente racional. Los agentes sociales son el producto de la historia, esto es, de la historia de todo el campo social y de la experiencia acumulada en el curso de una trayectoria determinada en el subcampo considerado […]
En otras palabras, los agentes sociales determinan activamente, mediante categorías de percepción y apreciación social e históricamente constituidas, las situaciones que los determinan. Se puede decir, incluso, que los agentes sociales están determinados solamente en la medida que se autodeterminan; pero, las categorías de percepción y apreciación que forman la base de esta autodeterminación están así mismas determinadas en gran parte por las condiciones económicas y sociales de su constitución” (Bourdieu, 1995: 93-94).
Así las cosas, el concepto de habitus, sería la categoría fundamental para romper con los determinismos sobre los agentes.
IV. Los intelectuales y los movimientos sociales
En las ciencias sociales existe un largo debate sobre el papel de los intelectuales en la política. Antonio Gramsci desarrolló la idea del “intelectual orgánico”, pero Bourdieu plantea el intelectual comprometido pero a la vez autónomo.
Bourdieu en los últimos años de su vida apoyó en las calles y huelgas los movimientos sociales contra el neoliberalismo. Rechazó de manera enérgica las medidas de privatización, la destrucción de los sindicatos y la discriminación y mal trato a los trabajadores migrantes en Europa.
Denunció los procesos de flexibilización y precarización laboral, y llamó a la movilización social: “La privatización de muchas grandes empresas y la multiplicación de los “trabajitos”, limitado casi siempre a los servicios, y por tanto temporales y a tiempo parcial, interinos y a veces a domicilio, las propias bases de un sindicato de militantes están amenazadas, como lo demuestran no sólo el declive de la sindicación, sino también y sobre todo la escasa participación de los jóvenes y sobre todo los jóvenes procedentes de la inmigración, que provocan tanto inquietud y que nadie -o casi nadie- piensa en movilizar en ese frente.” (Bourdieu, 2001:20-21).
Bourdieu llamó a los movimientos sociales, y sobre todo al movimiento sindical europeo a realizar una serie de rupturas para que se pudiera colocar a la altura de los desafíos históricos que reclama el momento. Llamó a romper con los particularismos nacionales, con el pensamiento conciliador, con el fatalismo económico y con el neoliberalismo.
Ruptura con los particularismos nacionales, “ruptura con un pensamiento conciliador que tiende a debilitar el pensamiento y la acción críticos, a valorizar el consenso social hasta el punto de animar a los sindicatos a compartir la responsabilidad de una política encaminada a hacer aceptar a los dominados su subordinación; ruptura con el fatalismo económico, que estimulan no sólo los discursos mediático-políticos sobre las necesidades ineluctables de la “globalización” y sobre el dominio de los mercados financieros […], sino también el propio comportamiento de los gobiernos socialdemócratas […] ruptura con un neoliberalismo diestro en presentar las exigencias inflexibles de contratos de trabajo leoninos bajo la apariencia de la “flexibilidad” […]” (Bourdieu, 2001: 21-22).
Desde la perspectiva de Bourdieu el neoliberalismo, los procesos de globalización y de precarización laboral, desafían a los movimientos sociales y al sindicalismo en particular en la construcción de nuevas formas de pensar y actuar. “No hay tarea más urgente que la invención de unas maneras de pensar y actuar nuevas que impone la precarización” (Bourdieu, 2001:25).
Pierre Bourdieu se pronunció por la construcción del “intelectual colectivo”, y por una solidaridad práctica entre los intelectuales y los huelguistas, y movimientos sociales en general. Sin embargo, su propuesta no es que el intelectual abandone su campo y se convierta en un simple activista más, sino que su principal lucha debía estar en el mismo campo intelectual.
“Es en la esfera intelectual donde los intelectuales deben sostener el combate, no sólo porque es allí donde sus armas gozan de mayor eficacia, sino también porque las nuevas tecnocracias consiguen imponerse frecuentemente en nombre de la autoridad intelectual.
La nueva demagogia se apoya principalmente en las encuestas para legitimar las medidas represivas contra los extranjeros, o las políticas culturales hostiles a la vanguardia. He aquí porque los intelectuales deben de disponer de medios de expresión autónomos que no dependan de subvenciones públicas o privadas y organizarse colectivamente, para poner sus propias armas al servicio de los combates progresistas” (Bourdieu, 2005a:50).
Bourdieu criticó de manera férrea la complacencia y supuesta neutralidad de los intelectuales, y su refugio en los recintos universitarios. “No se trata de leer ponencias, como en la universidad, sino de “exponerse” lo cual es muy distinto: los académicos exponen mucho en los coloquios, pero se exponen poco” (Bourdieu, 2005a:52).
Señaló que una de las tareas de la sociología debía ser la politización de la sociedad. “La sociología no invita a moralizar sino a politizar” (Bourdieu, 2005a: 58).
Desde la perspectiva de Bourdieu quien estudia los movimientos sociales no puede permanecer neutro ni indiferente. “Los que tienen la suerte de poder dedicar su vida al estudio del movimiento social, no pueden permanecer, neutros e indiferentes, al margen de las luchas que ponen en juego el futuro del mundo” (Bourdieu, 2001:7).
Todo lo anterior, tiene que ver con la importancia que Bourdieu atribuye a los intelectuales para la lucha social. “Los intelectuales (entendiendo por ello a los artistas, escritores y científicos que se comprometen en una acción política) son indispensables para la lucha social, especialmente hoy, dadas las formas completamente nuevas que adquiere la dominación” (Bourdieu, 2001:40).
La propuesta de Bourdieu en torno a los intelectuales y su compromiso político se sintetiza en el siguiente párrafo que por su importancia cito en extenso.
“Debemos oponer las producciones de redes críticas que agrupen “intelectuales específicos” (en el sentido de Foucault) de un verdadero intelectual colectivo capaz de definir los objetos y los fines de su reflexión y de su acción, es decir, autónomo. Este intelectual colectivo puede y debe cumplir en primer lugar funciones negativas, críticas, trabajando en la producción y extensión de instrumentos de defensa contra la dominación simbólica que hoy se ampara casi siempre en la autoridad de la ciencia; haciendo valer la competencia y la autoridad del colectivo reunido, puede someter el discurso dominante a una crítica lógica que ataque sobre todo el léxico (“globalización”, “flexibilización”, etc.), pero también la argumentación y el uso de metáforas; también puede someterlo a una crítica sociológica, que prolonga la primera, poniendo en evidencia los determinantes que pesan sobre los productores del discurso dominante (empezando por los periodistas sobre todo económicos) y sobre sus productos; por último puede oponer una crítica propiamente científica a la autoridad predeterminadamente científica de los expertos, sobre todo económicos” (Bourdieu, 2001:40-41). “Pero también puede cumplir una función positiva contribuyendo a un trabajo colectivo de invención política […]
Pero la doxa neoliberal ha ocupado todo el espacio vacante y la crítica se ha refugiado en el “pequeño mundo” académico, donde está encantada de sí misma, pero no es capaz de inquietar realmente a nadie en nada” (Bourdieu, 2001:41).
V. La televisión y las nuevas tecnologías en el estudio de los movimientos sociales
En la actualidad está en el debate académico el tema de las nuevas tecnologías de la comunicación y la influencia y cambios que han producido en los movimientos sociales. Bourdieu no estudió de manera general las nuevas tecnologías de la información y comunicación, pero sí el papel de la televisión. Claro que es importante aclarar que reflexionó desde la televisión europea -cuando las grandes empresas televisoras tomaban fuerza en el ámbito del mercado, y se desprendían, de alguna manera, de su vinculación estatal-. Sin embargo, aun con esta advertencia, sus reflexiones son más que interesantes para realidades como la latinoamericana.
En primer lugar a Bourdieu le preocupó mucho la falta de autonomía y, por tanto, la invasión del campo de la televisión por el campo económico y otros. Así señaló que, “el acceso a la televisión tiene como contrapartida una formidable censura, una pérdida de autonomía que está ligada, entre otras cosas, a que el tema es impuesto, a que las condiciones de comunicación son impuestas y, sobre todo, a que la limitación del tiempo impone al discurso que resulta poco probable que pueda decirse algo […] Lo que pesa sobre la televisión es la coerción económica […]” (Bourdieu, 1997:19).
Pero, qué relevancia tiene el campo de la televisión en la sociedad. En primer lugar, su capacidad de reproducir el orden simbólico dominante. En la perspectiva de Bourdieu, “los mecanismos anónimos, invisibles, a través de los cuales se ejercen las censuras de todo orden que hacen que la televisión sea un colosal instrumento de mantenimiento del orden simbólico” (Bourdieu, 1997:20).
Por ello, le atribuía a la sociología la tarea de descubrir las cosas ocultas y contribuir a minimizar la violencia simbólica. “La sociología, al igual que todas las ciencias, tiene como misión descubrir cosas ocultas; al hacerlo, puede contribuir a minimizar la violencia simbólica que se ejerce en las relaciones sociales en general y en las de la comunicación mediática en particular” (Bourdieu, 1997:22).
La televisión tiene la potencialidad de producir la realidad, y a partir de esa producción de la realidad convocar o generar procesos de movilización o desmovilización social. Dicho en otras palabras, tiene la potencialidad de influir sobre las fuerzas políticas y sociales en contienda. “Los peligros políticos inherentes a la utilización cotidiana de la televisión resulta de que la imagen posee la particularidad de producir lo que los críticos literarios llaman el efecto de la realidad, puede mostrar y hacer creer en lo que muestra. Este poder de evocación es capaz de provocar fenómenos de movilización social […] el hecho de informar implica […] siempre una elaboración social de la realidad capaz de provocar la movilización (o desmovilización) social […] “La televisión que pretende ser un instrumento que refleja la realidad, acaba convirtiéndose en instrumento que crea la realidad […] La televisión se convierte en árbitro del acceso de la existencia social y política” (Bourdieu, 1997:28).
Pero, de manera más específica, que implicaciones tiene todo esto para los movimientos sociales y sus luchas populares, “En estas luchas, hoy en día, la televisión tiene un papel determinante. Quienes todavía creen que basta con manifestarse, sin ocuparse de la televisión, corren el serio peligro de errar el tiro: hay que producir, cada vez más, manifestaciones para la televisión, es decir, manifestaciones que por su naturaleza despierten el interés de la gente de la televisión, haciendo hincapié en sus categorías de percepción, y que, retransmitidas y amplificadas por esa gente, alcancen su plena eficacia” (Bourdieu, 1997:29).
VI. Conclusiones
1. En lo epistemológico la sociología de Pierre Bourdieu presenta una perspectiva en la que se pueden estudiar los movimientos sociales rompiendo epistemológicamente con la preocupación e ilusión de la academia dominante que propugna por una ciencia neutral, pura en términos políticos y que niega la existencia de la lucha de clases.
2. Siempre en lo epistemológico, pero sobre todo en lo metodológico, Bourdieu presenta tres categorías: campo, habitus y capital; con potencial para buscar la síntesis que articule los factores externos e internos para el estudio y explicación de los movimientos sociales. Estos tres conceptos son clave para romper con las parejas epistemológicas, que en el fondo son dicotomías falsas, como las siguientes: objeto/sujeto, materialismo/idealismo, cuerpo/mente, micro/macro, individual/colectivo, cualitativo/cuantitativo.
Estas parejas epistemológicas dicotómicas producen cortes en el papel que en la realidad no existen. Entonces, estos conceptos de campo, habitus y capital, presentan un marco general episte-metodológico para explicar el surgimiento y desarrollo de los movimientos sociales desde la síntesis de los aspectos objetivos externos y los subjetivos internos.
3. En relación al papel de los intelectuales y la política, Bourdieu propone un intelectual comprometido pero a la vez autónomo. Atribuyó a los intelectuales la tarea urgente de inventar nuevas maneras de pensar y actuar ante la precarización laboral y de la sociedad en general.
Lo anterior, es congruente con la idea de que la sociología está llamada a politizar no a moralizar. Propone la necesidad de construir el intelectual colectivo, que debe desarrollar una crítica negativa contra la dominación simbólica, y una crítica positiva de invención política.
4. La relación entre la televisión y los movimientos sociales es muy relevante. Bourdieu atribuye a la televisión no sólo la capacidad de reproducir la realidad, sino que también de de crearla. Además, considera a este campo uno de los principales instrumentos de la dominación simbólica.
En referencia a las luchas sociales, asume que no basta con manifestarse sin ocuparse de la televisión. Es decir, la televisión y los medios de comunicación en general, constituyen un campo de batalla de los movimientos sociales.
VII. Bibliografía citada y de referencia
1. Bourdieu, Pierre (2008). Los usos sociales de la ciencia, Nueva Visión, Buenos Aires, Argentina.
2. Bourdieu, Pierre (2006). La distinción. Criterio y bases sociales del gusto. Editorial Taurus, Madrid, España.
3. Bourdieu, Pierre (2005a). Pensamiento y acción. Libros del Zorzal, Buenos Aires, Argentina.
4. Bourdieu, Pierre y Loic J.D. Wacquant (2005b). Una invitación a la sociología reflexiva, Siglo veintiuno editores, Buenos Aires, Argentina.
5. Bourdieu, Pierre (2003). El oficio de científico. Ciencia de la ciencia y reflexividad, Editorial Anagrama, Barcelona, España.
6. Bourdieu, Pierre (2002). Lección sobre la lección. Editorial Anagrama. Barcelona, España.
7. Bourdieu, Pierre (2001). Contrafuegos 2. Por un movimiento social europeo. Editorial Anagrama, España.
8. Bourdieu, Pierre (2000). Poder, derecho y clases sociales. Editorial desclée, Bilbao, España.
9. Bourdieu, Pierre (1997). Sobre la televisión. Anagrama, Barcelona, España.
10. Bourdieu, Pierre y Loic J.D. Wacquant (1995). Respuestas por una antropología reflexiva. Editorial Grijalbo, México.
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Dr. José Gómez Cumpa
Director de la Escuela Profesional de Sociología
FACHSE-UNPRG
Lambayeque, Perú
Telf. 51-74-283158
Cel. (51-74) 97-9877958
websites: www.sociologiasiglo21.blogspot.com - www.chiclayosigloxxi.blogspot.com
Los que tienen la suerte de poder dedicar su vida al estudio del movimiento social, no pueden permanecer, neutros e indiferentes, al margen de las luchas que ponen en juego el futuro del mundo.
Pierre Bourdieu
I. Breve introducción
En este ensayo se pretende indagar, en una primera exploración y de manera muy preliminar, la potencialidad de la sociología bourdieusiana para la investigación y estudio de los movimientos sociales.
Se exploran los aspectos epistemológicos, los metodológicos a partir de las categorías conceptuales de campo, habitus y capital; el papel de los intelectuales y la televisión.
II. Consideraciones epistemológicas para el estudio de los movimientos sociales
Uno de los aportes de Bourdieu que deben ser considerados en la investigación científica y, de manera especial, en el estudio de los movimientos sociales, es la relación entre ciencia y poder, y entre ciencia y política.
Para Bourdieu no hay una frontera infranqueable entre epistemología y política. Al respecto, sostiene que: “los conflictos epistemológicos son siempre, inseparablemente conflictos políticos: es por eso que una investigación sobre el poder en el campo científico podría comprender sólo cuestiones de tipo epistemológico” (Bourdieu, 2008:15).
Nuestro autor combate la idea de una ciencia neutra y completamente objetiva, que ubica al quehacer científico lejos de la esfera del poder y de todo tipo de intereses. Desde la perspectiva de Bourdieu la pretendida búsqueda de neutralidad no es más que una ficción. “La idea de una ciencia neutra es una ficción, y es una ficción interesada, que permite considerar científica una forma neutralizada y eufemística (y por lo tanto particularmente eficaz simbólicamente porque es particularmente desconocible) de la representación dominante del mundo social” (Bourdieu, 2008:47).
Bourdieu no sólo no acepta la supuesta neutralidad de la ciencia, sino que va mucho más allá cuando afirma: “la ciencia social toma necesariamente partido en la lucha política” (Bourdieu, 2008:48).
Siguiendo la lógica de argumentación anterior, Bourdieu es consciente que bajo la autoridad de la ciencia se construye la conciencia falsa, la política oficial y se niega la existencia de la lucha de clases.
“La ciencia falsa destinada a producir y mantener la falsa conciencia, la sociología oficial (cuya politología es su más bello florón) debe hacer exhibición de objetividad y de “neutralidad ética” (es decir neutralidad en la lucha de clases cuya existencia niega, por otro lado) y dar todas las apariencias de una ruptura decidida con la clase dominante y sus demandas ideológicas, multiplicando los signos exteriores de cientificidad […]” (Bourdieu, 2008:53).
En resumen, el estudio de los movimientos sociales, desde las posiciones epistemológicas de Pierre Bourdieu, exige el reconocimiento de la existencia de la lucha de clases, de la relación entre epistemología y política, y entre epistemología y poder que tienen las prácticas científicas en la creación y legitimación de la dominación simbólica.
III. Habitus, campo y capital en el estudio de los movimientos sociales
En el estudio de los movimientos sociales se encuentran dos grandes perspectivas teóricas. Una, que explica los movimientos sociales desde los factores externos como la teoría del agravio y la teoría de la Estructura de Oportunidades Política (EOP); y dos, la que explica los movimientos sociales desde factores más internos como las subjetividades, las identidades y la movilización de recursos. En la actualidad, se ha demostrado que ambas perspectivas analíticas son insuficientes y existen esfuerzos para la construcción de una síntesis teórica que articule tanto la teoría de los factores externos como los internos para la explicación de los movimientos sociales. En la búsqueda de esta síntesis teórica, los conceptos de habitus, campus y capital pueden dar un aporte significativo. Bourdieu busca romper con las parejas dicotómicas como objetividad/subjetividad, estructura/acción, micro/macro, entre otras.
La preocupación central de Bourdieu es pensar e investigar la realidad en términos de relaciones, más que de estructuras. Campo significa pensar en términos de relaciones. “Lo real es relacional: lo que existe en el mundo son relaciones; no interacciones o vínculos intersubjetivos entre agentes, sino relaciones objetivas que existen “independientemente de la conciencia y voluntad individuales”, como dijera Marx” (Bourdieu, 1995:64).
El concepto de capital es clave para conocer con que “armas” o recursos, no sólo materiales sino que también simbólicos, se enfrentan los movimientos sociales. “Un capital o una especie de capital es el factor eficiente en un campo dado, como arma y como apuesta; permite a su poseedor ejercer un poder, una influencia, por tanto, existir en un determinado campo, en vez de ser una simple “cantidad deleznable” (Bourdieu, 1995: 65).
Lo fundamental es que Bourdieu reconoce que a todo ejercicio de poder le corresponde determinada lucha y resistencia de los dominados, sea esta oculta o abierta, y esto es parte de los acumulados históricos sin los cuales la gestación e irrupción, mucha veces de manera sorpresiva e intempestiva, de los movimientos sociales sería muy difícil de comprender. Veamos el siguiente planteamiento de Pierre Bourdieu:
“Quienes dominan en un determinado campo están en posición de hacerlo funcionar en su beneficio, pero siempre deben tener en cuenta la resistencia, las protestas, la reivindicaciones y las pretensiones, “políticas” o no, de los dominados. Es verdad que dentro de ciertas condiciones históricas, las cuales deben estudiarse empíricamente, un campo puede comenzar a funcionar como aparato. Cuando el dominante logra aplastar o dominar la resistencia y las reacciones del dominado, cuando todos los movimientos ocurren exclusivamente de arriba hacia abajo, la lucha y la dialéctica constitutivas del campo tienden a desaparecer. Sólo puede haber historia mientras los individuos se rebelen, resistan y reaccionen.
Las instituciones totalitarias –asilos, prisiones, campos de concentración- y las dictaduras son intentos de acabar con la historia. Así, los aparatos representan un caso extremo, algo que se puede considerar un estado patológico de los campos. Pero, se trata de un extremo que nunca se alcanza del todo, aun en los regímenes “totalitarios” más represivos” (Bourdieu, 1995:68).
Los campos son espacio de disputa de las fuerzas sociales, ya sea por conservar o transformas los capitales. El campo es algo dinámico y para nada estático. “El campo es escenario de relaciones de fuerza y de luchas encaminadas a transformarlas y, por consiguiente, el sitio de un cambio permanente” (Bourdieu, 1995:69).
Sin mayor explicación, Bourdieu no hace referencia a las categorías de sujeto o de actor, sino que prefiere hablar de agente. Pero lo más importante es que presenta una perspectiva que busca romper con los determinismos de los factores internos o externos del sujeto. Es decir, está contra el determinismo estructural, pero también contra el determinismo de la elección racional y del individualismo metodológico. Así plantea que: “Los agentes sociales no son “partículas” mecánicamente arrastradas y empujadas por fuerzas externas. Son, más bien, portadores de capital y, según su trayectoria y la posición que ocupan en el campo en virtud de su dotación de capital (volumen y estructura), propenden a orientarse activamente, ya sea hacia la conservación de distribución del capital, ya sea hacia la subversión de dicha distribución […]” (Bourdieu, 1995: 72).
Bourdieu enfatiza que, “la teoría de la acción racional sólo reconoce las “respuestas racionales” de un agente carente de historia, indeterminado e intercambiable” (Bourdieu, 1995:85), y plantea la categoría de habitus como un concepto clave para romper con las dicotomías epistemológicas falsas, al reconocer que, “hablar de habitus es plantear que lo individual, e incluso lo personal, lo subjetivo, es social, a saber, colectivo” (Bourdieu, 1995:87).
“El concepto de habitus da cuenta del hecho de que los agentes sociales no son ni partículas de materia determinada por causas externas, ni tampoco pequeñas mónadas guiadas exclusivamente por motivos internos y que llevan a cabo una suerte de programa perfectamente racional. Los agentes sociales son el producto de la historia, esto es, de la historia de todo el campo social y de la experiencia acumulada en el curso de una trayectoria determinada en el subcampo considerado […]
En otras palabras, los agentes sociales determinan activamente, mediante categorías de percepción y apreciación social e históricamente constituidas, las situaciones que los determinan. Se puede decir, incluso, que los agentes sociales están determinados solamente en la medida que se autodeterminan; pero, las categorías de percepción y apreciación que forman la base de esta autodeterminación están así mismas determinadas en gran parte por las condiciones económicas y sociales de su constitución” (Bourdieu, 1995: 93-94).
Así las cosas, el concepto de habitus, sería la categoría fundamental para romper con los determinismos sobre los agentes.
IV. Los intelectuales y los movimientos sociales
En las ciencias sociales existe un largo debate sobre el papel de los intelectuales en la política. Antonio Gramsci desarrolló la idea del “intelectual orgánico”, pero Bourdieu plantea el intelectual comprometido pero a la vez autónomo.
Bourdieu en los últimos años de su vida apoyó en las calles y huelgas los movimientos sociales contra el neoliberalismo. Rechazó de manera enérgica las medidas de privatización, la destrucción de los sindicatos y la discriminación y mal trato a los trabajadores migrantes en Europa.
Denunció los procesos de flexibilización y precarización laboral, y llamó a la movilización social: “La privatización de muchas grandes empresas y la multiplicación de los “trabajitos”, limitado casi siempre a los servicios, y por tanto temporales y a tiempo parcial, interinos y a veces a domicilio, las propias bases de un sindicato de militantes están amenazadas, como lo demuestran no sólo el declive de la sindicación, sino también y sobre todo la escasa participación de los jóvenes y sobre todo los jóvenes procedentes de la inmigración, que provocan tanto inquietud y que nadie -o casi nadie- piensa en movilizar en ese frente.” (Bourdieu, 2001:20-21).
Bourdieu llamó a los movimientos sociales, y sobre todo al movimiento sindical europeo a realizar una serie de rupturas para que se pudiera colocar a la altura de los desafíos históricos que reclama el momento. Llamó a romper con los particularismos nacionales, con el pensamiento conciliador, con el fatalismo económico y con el neoliberalismo.
Ruptura con los particularismos nacionales, “ruptura con un pensamiento conciliador que tiende a debilitar el pensamiento y la acción críticos, a valorizar el consenso social hasta el punto de animar a los sindicatos a compartir la responsabilidad de una política encaminada a hacer aceptar a los dominados su subordinación; ruptura con el fatalismo económico, que estimulan no sólo los discursos mediático-políticos sobre las necesidades ineluctables de la “globalización” y sobre el dominio de los mercados financieros […], sino también el propio comportamiento de los gobiernos socialdemócratas […] ruptura con un neoliberalismo diestro en presentar las exigencias inflexibles de contratos de trabajo leoninos bajo la apariencia de la “flexibilidad” […]” (Bourdieu, 2001: 21-22).
Desde la perspectiva de Bourdieu el neoliberalismo, los procesos de globalización y de precarización laboral, desafían a los movimientos sociales y al sindicalismo en particular en la construcción de nuevas formas de pensar y actuar. “No hay tarea más urgente que la invención de unas maneras de pensar y actuar nuevas que impone la precarización” (Bourdieu, 2001:25).
Pierre Bourdieu se pronunció por la construcción del “intelectual colectivo”, y por una solidaridad práctica entre los intelectuales y los huelguistas, y movimientos sociales en general. Sin embargo, su propuesta no es que el intelectual abandone su campo y se convierta en un simple activista más, sino que su principal lucha debía estar en el mismo campo intelectual.
“Es en la esfera intelectual donde los intelectuales deben sostener el combate, no sólo porque es allí donde sus armas gozan de mayor eficacia, sino también porque las nuevas tecnocracias consiguen imponerse frecuentemente en nombre de la autoridad intelectual.
La nueva demagogia se apoya principalmente en las encuestas para legitimar las medidas represivas contra los extranjeros, o las políticas culturales hostiles a la vanguardia. He aquí porque los intelectuales deben de disponer de medios de expresión autónomos que no dependan de subvenciones públicas o privadas y organizarse colectivamente, para poner sus propias armas al servicio de los combates progresistas” (Bourdieu, 2005a:50).
Bourdieu criticó de manera férrea la complacencia y supuesta neutralidad de los intelectuales, y su refugio en los recintos universitarios. “No se trata de leer ponencias, como en la universidad, sino de “exponerse” lo cual es muy distinto: los académicos exponen mucho en los coloquios, pero se exponen poco” (Bourdieu, 2005a:52).
Señaló que una de las tareas de la sociología debía ser la politización de la sociedad. “La sociología no invita a moralizar sino a politizar” (Bourdieu, 2005a: 58).
Desde la perspectiva de Bourdieu quien estudia los movimientos sociales no puede permanecer neutro ni indiferente. “Los que tienen la suerte de poder dedicar su vida al estudio del movimiento social, no pueden permanecer, neutros e indiferentes, al margen de las luchas que ponen en juego el futuro del mundo” (Bourdieu, 2001:7).
Todo lo anterior, tiene que ver con la importancia que Bourdieu atribuye a los intelectuales para la lucha social. “Los intelectuales (entendiendo por ello a los artistas, escritores y científicos que se comprometen en una acción política) son indispensables para la lucha social, especialmente hoy, dadas las formas completamente nuevas que adquiere la dominación” (Bourdieu, 2001:40).
La propuesta de Bourdieu en torno a los intelectuales y su compromiso político se sintetiza en el siguiente párrafo que por su importancia cito en extenso.
“Debemos oponer las producciones de redes críticas que agrupen “intelectuales específicos” (en el sentido de Foucault) de un verdadero intelectual colectivo capaz de definir los objetos y los fines de su reflexión y de su acción, es decir, autónomo. Este intelectual colectivo puede y debe cumplir en primer lugar funciones negativas, críticas, trabajando en la producción y extensión de instrumentos de defensa contra la dominación simbólica que hoy se ampara casi siempre en la autoridad de la ciencia; haciendo valer la competencia y la autoridad del colectivo reunido, puede someter el discurso dominante a una crítica lógica que ataque sobre todo el léxico (“globalización”, “flexibilización”, etc.), pero también la argumentación y el uso de metáforas; también puede someterlo a una crítica sociológica, que prolonga la primera, poniendo en evidencia los determinantes que pesan sobre los productores del discurso dominante (empezando por los periodistas sobre todo económicos) y sobre sus productos; por último puede oponer una crítica propiamente científica a la autoridad predeterminadamente científica de los expertos, sobre todo económicos” (Bourdieu, 2001:40-41). “Pero también puede cumplir una función positiva contribuyendo a un trabajo colectivo de invención política […]
Pero la doxa neoliberal ha ocupado todo el espacio vacante y la crítica se ha refugiado en el “pequeño mundo” académico, donde está encantada de sí misma, pero no es capaz de inquietar realmente a nadie en nada” (Bourdieu, 2001:41).
V. La televisión y las nuevas tecnologías en el estudio de los movimientos sociales
En la actualidad está en el debate académico el tema de las nuevas tecnologías de la comunicación y la influencia y cambios que han producido en los movimientos sociales. Bourdieu no estudió de manera general las nuevas tecnologías de la información y comunicación, pero sí el papel de la televisión. Claro que es importante aclarar que reflexionó desde la televisión europea -cuando las grandes empresas televisoras tomaban fuerza en el ámbito del mercado, y se desprendían, de alguna manera, de su vinculación estatal-. Sin embargo, aun con esta advertencia, sus reflexiones son más que interesantes para realidades como la latinoamericana.
En primer lugar a Bourdieu le preocupó mucho la falta de autonomía y, por tanto, la invasión del campo de la televisión por el campo económico y otros. Así señaló que, “el acceso a la televisión tiene como contrapartida una formidable censura, una pérdida de autonomía que está ligada, entre otras cosas, a que el tema es impuesto, a que las condiciones de comunicación son impuestas y, sobre todo, a que la limitación del tiempo impone al discurso que resulta poco probable que pueda decirse algo […] Lo que pesa sobre la televisión es la coerción económica […]” (Bourdieu, 1997:19).
Pero, qué relevancia tiene el campo de la televisión en la sociedad. En primer lugar, su capacidad de reproducir el orden simbólico dominante. En la perspectiva de Bourdieu, “los mecanismos anónimos, invisibles, a través de los cuales se ejercen las censuras de todo orden que hacen que la televisión sea un colosal instrumento de mantenimiento del orden simbólico” (Bourdieu, 1997:20).
Por ello, le atribuía a la sociología la tarea de descubrir las cosas ocultas y contribuir a minimizar la violencia simbólica. “La sociología, al igual que todas las ciencias, tiene como misión descubrir cosas ocultas; al hacerlo, puede contribuir a minimizar la violencia simbólica que se ejerce en las relaciones sociales en general y en las de la comunicación mediática en particular” (Bourdieu, 1997:22).
La televisión tiene la potencialidad de producir la realidad, y a partir de esa producción de la realidad convocar o generar procesos de movilización o desmovilización social. Dicho en otras palabras, tiene la potencialidad de influir sobre las fuerzas políticas y sociales en contienda. “Los peligros políticos inherentes a la utilización cotidiana de la televisión resulta de que la imagen posee la particularidad de producir lo que los críticos literarios llaman el efecto de la realidad, puede mostrar y hacer creer en lo que muestra. Este poder de evocación es capaz de provocar fenómenos de movilización social […] el hecho de informar implica […] siempre una elaboración social de la realidad capaz de provocar la movilización (o desmovilización) social […] “La televisión que pretende ser un instrumento que refleja la realidad, acaba convirtiéndose en instrumento que crea la realidad […] La televisión se convierte en árbitro del acceso de la existencia social y política” (Bourdieu, 1997:28).
Pero, de manera más específica, que implicaciones tiene todo esto para los movimientos sociales y sus luchas populares, “En estas luchas, hoy en día, la televisión tiene un papel determinante. Quienes todavía creen que basta con manifestarse, sin ocuparse de la televisión, corren el serio peligro de errar el tiro: hay que producir, cada vez más, manifestaciones para la televisión, es decir, manifestaciones que por su naturaleza despierten el interés de la gente de la televisión, haciendo hincapié en sus categorías de percepción, y que, retransmitidas y amplificadas por esa gente, alcancen su plena eficacia” (Bourdieu, 1997:29).
VI. Conclusiones
1. En lo epistemológico la sociología de Pierre Bourdieu presenta una perspectiva en la que se pueden estudiar los movimientos sociales rompiendo epistemológicamente con la preocupación e ilusión de la academia dominante que propugna por una ciencia neutral, pura en términos políticos y que niega la existencia de la lucha de clases.
2. Siempre en lo epistemológico, pero sobre todo en lo metodológico, Bourdieu presenta tres categorías: campo, habitus y capital; con potencial para buscar la síntesis que articule los factores externos e internos para el estudio y explicación de los movimientos sociales. Estos tres conceptos son clave para romper con las parejas epistemológicas, que en el fondo son dicotomías falsas, como las siguientes: objeto/sujeto, materialismo/idealismo, cuerpo/mente, micro/macro, individual/colectivo, cualitativo/cuantitativo.
Estas parejas epistemológicas dicotómicas producen cortes en el papel que en la realidad no existen. Entonces, estos conceptos de campo, habitus y capital, presentan un marco general episte-metodológico para explicar el surgimiento y desarrollo de los movimientos sociales desde la síntesis de los aspectos objetivos externos y los subjetivos internos.
3. En relación al papel de los intelectuales y la política, Bourdieu propone un intelectual comprometido pero a la vez autónomo. Atribuyó a los intelectuales la tarea urgente de inventar nuevas maneras de pensar y actuar ante la precarización laboral y de la sociedad en general.
Lo anterior, es congruente con la idea de que la sociología está llamada a politizar no a moralizar. Propone la necesidad de construir el intelectual colectivo, que debe desarrollar una crítica negativa contra la dominación simbólica, y una crítica positiva de invención política.
4. La relación entre la televisión y los movimientos sociales es muy relevante. Bourdieu atribuye a la televisión no sólo la capacidad de reproducir la realidad, sino que también de de crearla. Además, considera a este campo uno de los principales instrumentos de la dominación simbólica.
En referencia a las luchas sociales, asume que no basta con manifestarse sin ocuparse de la televisión. Es decir, la televisión y los medios de comunicación en general, constituyen un campo de batalla de los movimientos sociales.
VII. Bibliografía citada y de referencia
1. Bourdieu, Pierre (2008). Los usos sociales de la ciencia, Nueva Visión, Buenos Aires, Argentina.
2. Bourdieu, Pierre (2006). La distinción. Criterio y bases sociales del gusto. Editorial Taurus, Madrid, España.
3. Bourdieu, Pierre (2005a). Pensamiento y acción. Libros del Zorzal, Buenos Aires, Argentina.
4. Bourdieu, Pierre y Loic J.D. Wacquant (2005b). Una invitación a la sociología reflexiva, Siglo veintiuno editores, Buenos Aires, Argentina.
5. Bourdieu, Pierre (2003). El oficio de científico. Ciencia de la ciencia y reflexividad, Editorial Anagrama, Barcelona, España.
6. Bourdieu, Pierre (2002). Lección sobre la lección. Editorial Anagrama. Barcelona, España.
7. Bourdieu, Pierre (2001). Contrafuegos 2. Por un movimiento social europeo. Editorial Anagrama, España.
8. Bourdieu, Pierre (2000). Poder, derecho y clases sociales. Editorial desclée, Bilbao, España.
9. Bourdieu, Pierre (1997). Sobre la televisión. Anagrama, Barcelona, España.
10. Bourdieu, Pierre y Loic J.D. Wacquant (1995). Respuestas por una antropología reflexiva. Editorial Grijalbo, México.
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Dr. José Gómez Cumpa
Director de la Escuela Profesional de Sociología
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